El autor de la masacre noruega, Anders Breivik, dedica muchas páginas a criticar a España y al presidente Zapatero, al que llama "comadreja apaciguada" y líder de una España que, según dice, olvidó su pasado de reconquista y que, bajo Zapatero, “ha rendido el país a los musulmanes y a la inmigración masiva” y provocado un "efecto llamada" conocido en toda África y parte de Asia. Las críticas a España y a su líder aparecen en el documento de 1.500 páginas que publicó en Internet antes de cometer suterrible atentado, titulado "Una Declaración de Independencia Europea", demostrando así que la política de Zapatero no sólo crea dolor, ruina y rechazo en España sino que sirve también para inspirar y provocar a asesinos dementes y desequilibrados en otros rincones del mundo.
Breivik crítica políticas zapateristas como la Alianza de Civilizaciones y la cobarde retirada de las tropas españolas del escenario bélico de Irak y escribe que el nombramiento como ministra de Defensa de “una mujer embarazada” -se refiere a Carme Chacón- fue una burla del presidente español a las Fuerzas Armadas y que con ello pretendía indicar "que no tenía intención de defenderse" frente a los musulmanes.
Las críticas de un despreciable asesino como Breivik no prestigian a Zapatero porque esas críticas son compartidas en el mundo no sólo por muchos extremistas y violentos, sino también por muchos que aspiran a vivir en una sociedad democrática y decente, exenta de abusos de poder, de corrupción, de arbitrariedad y de arrogancia política.
Las abundantes alusiones críticas de Breivik a Zapatero y su gobierno hunden todavía más a los actuales socialistas españoles, convertidos en símbolo universal de lo que una política moderna jamás debe hacer: castigar a su pueblo con la pobreza, Las alusiones de Breivik a Zapatero coinciden con muchas de las críticas que el hoy desahuciado político recibe en España, donde le atacan los demócratas, los que han perdido sus empleos y empresas como consecuencia de sus desastrosa política económica y los que se resisten a permanecer impasibles mientras Zapatero y su gobierno despliegan cobardía frente a otras culturas y destruyen los valores y principios sobre los que se sustentaba la nación española.