Decididamente, Zapatero tiene mala suerte con las fotos. No sólo, por ejemplo, las ridículas fotos de "la ceja" (suyas y de sus epígonos/as), ni tampoco el espanto y escándalo de la foto familiar con los Obama en la Casa Blanca, ni siquiera aquel reportaje de Vogue con ocho ministras posando como modelos de moda en la entrada de Moncloa.
Hoy la FAZ (Frankfurter Algemeine Zeitung) publica un largo artículo, "Zapateros Modepüppchen" ("Las muñequitas de Zapatero"), claramente escrito en clave irónica, divertida y desenfadada, pero no tanto mordaz ni insultante.
Y a las ministras -no sé si las más feministas o las más madrugadoras en acudir a la prensa- les ha faltado tiempo para sentirse ofendidas, ultrajadas: para De la Vega resulta que el artículo es "completamente irrespetuoso, ofensivo, intolerable y antiguo".
No parece que la "antigüedad" aludida en ese contexto se refiera a la actualidad del asunto o la fecha de la publicación, sino más bien a algo que parecer contradecir el sentido de la historia universal: dice De la Vega que el artículo "no sólo es conservador, sino que pertenece a épocas que felizmente tenemos superadas". Interesante apreciación, que sin duda tendrá eco inmediato en las Facultades de Comunicación.
Aunque quizá alguno se pregunte acerca de el porqué de aquel famoso reportaje en Vogue, que dio origen al apelativo de la ministra "De la Vogue", que quizá es lo que realmente le ha sentado mal, dado el tiempo y presumiblemente el dinero que dedica a acicalarse y vestirse.
Le debe de haber sentado mal el recuerdo de ese apelativo y desde luego del malhadado reportaje de las ministras posando en la puerta de la Moncloa, con la desenvuelta nonchalance propia de nuevas vestales del poder, entre pieles animales naturales.
Porque si la política socialista está por la elegancia, la moda y la liberación femenina, dado que también está por la igualdad de los sexos, no debería haber olvidado de hacer un posado semejante, en plan fashion, a la entrada de Moncloa, con los ministros bien vestidos al efecto.
Así, sin ese descuido antiigualitario, entonces la F.A.Z. hubiera tenido que hablar también de los "muñequitos" de Zapatero.
Y sin ese garrafal descuido de comunicación o propaganda institucional, todo este asunto de hoy hubiera quedado mucho más acorde con la realidad del gobierno del partido socialista obrero español.