Las zapatillas de ciclismo son el componente del equipamiento ciclista que cambiamos con menos frecuencia. Puede que se deba a que aguantan mucho más el paso del tiempo que otros componentes como los maillots. Sin embargo, cada cierto tiempo es necesario cambiar las zapatillas ¿Cómo sabremos cuándo? Veamos algunos tips.
¿Cómo saber cuándo se deben cambiar las zapatillas de ciclismo?
Unas zapatillas pueden durarnos durante muchísimos años si le damos el cuidado apropiado. La mayoría de los cambios se producen por querer probar mayor rigidez zapatillas ciclismo, por mejores prestaciones o por estética. Cuando presenten roces significativos o hayan sufrido algún corte tras una caída habrá llegado el momento de cambiarlas.
Sin embargo, cambiar las zapatillas de ciclismo no será estrictamente necesario si solo se les daña el cierre o cordón. O quizás se le haya dañado algún broche, siendo así solo tendrás que sustituir la pieza dañada. De seguro nuestro zapatero de confianza podrá reparar cualquier daño menor, es una de las ventajas de las zapatillas ciclismo.
Un factor determinante para el cambio es la suela, sobretodo en el caso de las zapatillas de mountain bike. En este deporte con terrenos tan variables suele consumirse la suela de la zapatilla con mayor rapidez. Entonces cuando notes algunos signos de desgaste en la suela, será un buen indicio de que debes cambiar tus zapatillas.
En el caso de las zapatillas de ciclismo de carretera estas por lo general sufren mucho menos desgaste. Así que este tipo de zapatillas pueden durarnos muchísimo tiempo si las sabemos cuidar. Algunos ciclistas incluso tienen incluso más de 20 años con las mismas zapatillas y aún siguen rindiendo. La clave está en invertir en un modelo de alta gama.
Tips para cuidar tus zapatillas de ciclismo
La limpieza de las zapatillas juega un papel importante en el mantenimiento de estas. Si queremos que nos duren algunas décadas debemos asegurarnos de limpiarlas de forma apropiada. Algunos fabricantes suelen indicar como darles el mantenimiento correctamente. A continuación, veamos cómo limpiar cada parte de la zapatilla.
Limpiar el interior
Limpiar las zapatillas de ciclismo por el interior es muy sencillo. Lo primero que tenemos que hacer es sacar las plantillas para lavarlas por aparte. Antes de colocar nuevamente las plantillas asegúrate de que se hayan secado. Puedes secar la humedad en el interior del calzado con un paño o con papel absorbente. Con ayuda del papel puedes conservar la horma del calzado.
También es apropiado colocar las zapatillas en un lugar ventilado, pero nunca directamente bajo el sol. Aunque el sol puede secarlas más rápido no es aconsejable pues puede deformar el aspecto original del calzado. Una buena idea es utilizar papel periódico para secar el interior, esperando lo suficiente para que absorba toda la humedad.
Limpiar el exterior
Limpiar las zapatillas de ciclismo por el exterior es fundamental pues con constancia se llenan de barro y piedras. Es recomendable pasar un paño húmedo sobre la piel de la zapatilla si es de cuero o cualquier superficie lisa. Así se eliminarán fácilmente los residuos de polvo o el barro de ellas.
En el caso de las zapatillas con malla se recomienda usar un cepillo húmedo. Pasar un paño húmedo en este tipo de material seria en vano por que la superficie es porosa. Una vez que hayamos quitado el barro adherido con ayuda del cepillo mojado podremos terminar la limpieza pasando el trapo.
Para limpiar las zapatillas de ciclismo no hace falta sumergirlas en agua, esto más bien podría dañarlas. Obviamente está contraindicado meterlas a la lavadora o la secadora, esto podría deformar tus zapatillas.
Limpiar por debajo
Limpiar las zapatillas por debajo es fundamental. La suela es muy importante, es en ella donde reside el sistema que nos permite fijarnos a los pedales automáticos. Lo ideal es revisar esta área tras cada salida en la bici. Así podremos retirar cualquier piedra u objetos pequeños que puedan quedarse enganchados en la suela o en las calas.
Tener en cuenta esta recomendación al cuidar tus zapatillas de ciclismo es especialmente útil. Sobre todo, si en tu hogar tienes suelo de madera u otro material que pueda rayarse con las piedritas incrustadas. Revisar la suela no solo contribuirá a que te duren más tus zapatillas, también contribuirá a preservar lo que pises.
Limpiar los cierres
Los cierres de las zapatillas son otro aspecto fundamental que no se debe descuidar. Puede que no te parezca muy importante, pero limpiarlos adecuadamente puede alargar su vida útil. Si lo haces podrás ahorrarte el dinero de la reparación. Por supuesto existe gran variedad de cierres de calzado ciclista, pero, sin importar el tipo, todos deben limpiarse regularmente.
Tipos de cierres en las zapatillas de ciclismo
Actualmente hay infinidad de tipos de cierre según cada modelo de zapatillas de ciclismo. A continuación, veamos cuales son los cierres más utilizados y cómo podemos limpiarlos:
Cierres con Velcro: En el cierre de las zapatillas de velcro podemos utilizar un cepillo para eliminar la suciedad incrustada en el cierre. Si tiene sucio muy incrustado puedes usar un palillo para removerlo.
Cierres de cordones: Los cordones son muy fáciles de limpiar puesto que pueden lavarse en la lavadora o lavarlos a mano. Solo tenemos que tener cuidado al quitarlos y colocarlos en las zapatillas de ciclismo para hacerlo en la forma correcta.
cierre boa: Estos cierres son fabricados bajo un sistema cerrado que contribuye a que no entre polvo ni barro. Sin embargo, este tipo de cierres es muy sensible a la suciedad. Para limpiarlos lo más apropiado es aflojar la cuerda y frotarla con un paño. También es recomendable revisar frecuentemente el cierre para evitar que se incrusten piedras o suciedad.
cierre milimétrico: las zapatillas de ciclismo con cierre milimétrico son unas de las más comunes y buscadas por los ciclistas. Además, puesto que es un sistema sencillo, es muy fácil de limpiar. El cierre milimétrico puede limpiarse en el mismo proceso en el cual lavamos la parte superior de la zapatilla. Puede limpiarse con un paño o un cepillo húmedo.