Los zapatos de salón están permanentemente de moda, son como el vestidito negro del calzado. En su forma más pura y exenta de adornos, con un tacón mediano, resulta práctico, elegante, refinado y clásicamente conservador. El zapato de salón es un zapato cerrado que sujeta el pie lo bastante bien como para quedar en su sitio voluntariamente. No posee cierre, ni hebillas, ni cordones, ni cremalleras.