Revista Política

Zaplana

Publicado el 27 diciembre 2018 por Alejandropumarino

Zaplana

No cuestiono si el Sr. Zaplana es culpable o inocente de los delitos que se le imputan; se trata de un asunto sobre el que se pronunciarán en su momento los jueces… si el acusado lleva vivo hasta entonces. Pudo D. Eduardo ser un político corrupto, trincar mordidas, financiar irregularmente su partido, prevaricar, en fin, toda una colección de ilícitos penales que lo condujeron a prisión. Pero está enfermo. Muy enfermo. Y además, entre sus fechorías no se cuenta la violencia, el derramamiento de sangre o el apoyo a asesinos. Nada de eso. Y a la ciudadanía, empezando por el autor de estas líneas, le resulta repugnnte haber visto a Bolinaga pasearse por su pueblo, con “txapela”, tomando vinos, mientras sus víctimas se pudren en las tumbas y el asesino jamás mostró, ni de lejos, signo alguno de arrepentimiento. La libertad de Bolinaga y la prisión de Zaplana son dos caras de una misma moneda, que parece de curso legal en un país moralmente enfermo. Más que Zaplana, a quien la leucemia amenaza, cada vez más cerca, con matar.


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