Aquellos artistas y escritores que imitaban las cejas circunflejas de Zapatero en la campaña electoral de 2008 se han pasado en su mayoría a Izquierda Unida, aunque no lo han hecho Ana Belén y Víctor Manuel, quizás porque este último podría confundirse con Cayo Lara, líder comunista de la coalición.
Ponemos juntos al cantante asturiano y al agricultor y exalcalde de Argamasilla de Alba y no sabemos quién es uno u otro, dado su parecido, como también se ignora por qué los artistas zapateristas no apoyan a Rubalcaba, cuyo proyecto es más izquierdista aún que el del leonés.
Se añoran aquellos tiempos de la Plataforma de Apoyo a Zapatero (PAZ), con el dedo encorvado como un garfio de pirata sobre una ceja.
Wikipedia señala específicamente como los miembros más activos de PAZ a Miguel Bosé, Boris Izaguirre y Jesús Vázquez, quizás agradecidos porque Z. le dio nombre de matrimonio, y no de enlace civil, a la unión homosexual.
Ahora Rubalcaba se ha quedado sin ellos, pese a que en todos sus mítines recalca como el mayor logro del zapaterismo el de ese nombre para una legislación cuyo fondo y características legales nadie discutía.
Pero los zejijuntos, como Alberto San Juan y Carlos Bardem se han ido a Izquierda Unida, igual que la novelista Almudena Grandes, que se regodeaba sádicamente en un escrito imaginando unos sudorosos milicianos que violaban a una monja.
Igual que 36 artistas y escritores hicieron en 2004 “¡Hay motivo!”, largometraje zapaterista, los defensores de Cayo Lara y Gaspar Llamazares han grabado seis youtube renegando del antes bienamado Z.
Desagradecidos. Zapatero habrá llegado a los cinco millones de parados, de los que no habla Rubalcaba, pero sus ocho años de mandato se justifican por una sola palabra: llamarle matrimonio al enlace homosexual.
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SALAS