10 años innovando en el campo de la captura de movimientos no sale barato. Y más si el intento es con películas más que discutibles que no bajan de los 150 millones de presupuesto. La escasa rentabilidad de Beowulf, Polar Express y Cuento de Navidad obligó el pasado año a Disney cerrar el estudio Image Movers Digital, dejando a Zemeckis con Dark Life en el aire y sin otra opción que volver al terreno que mejor domina.
A día de hoy la cosa está entre dos proyectos. El director de Forrest Gump tiene sobre la mesa Flight, un thriller aéreo donde Denzel Washington daría vida a un piloto que se convierte en un héroe tras evitar una tragedia. La chicha está en que el protagonista mantiene oculta una adicción aún por determinar (a thrillers "flipaos" con Tony Scott podría ser) y que saldrá a la luz durante la investigación del suceso. Personalmente, me interesa mucho más el otro proyecto sobre el que lleva rondando meses el realizador, Timeless. Poco se sabe de su argumento más allá de que supondría el regreso de Zemeckis a los viajes en el tiempo. Algo que los fans de Regreso al Futuro acogerían con los brazos abiertos, pero que no tiene muchas posibilidades de hacerse realidad tras los meses de silencio al respecto (el rumor salió en septiembre).
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