Revista Cine
Director: Andrei Tarkovsky
"Zerkalo" es una película desgarradora y dolorosamente honesta, una película en donde su director nos abre su corazón y su alma en forma de sublime y precioso e inolvidable poema fílmico. Tiene fama de hermética, de críptica; a mí desde el inicio me pareció una película totalmente abierta, sincera, diáfana, como un abrazo tan desolador, cual despedida, el preludio a un adiós inevitable, como rebosante de un extraño y furtivo optimismo, lleno de vitalidad, quizás desgastada, pero aún viva. Memorias, recuerdos, sueños... la vida, la muerte, la soledad, el arrepentimiento, el amor perdido, los anhelos... "Zerkalo" es una búsqueda, una mirada del director a sí mismo, a su propia historia, a la historia de los demás, un espejo de la realidad; una búsqueda desesperada, descorazonadora, desalentadora, de armonía, de paz, de equilibrio, de perdón, de reconciliación; una forma de expresar sus miedos, inquietudes, sueños, deseos, contradicciones, etc... No se puede ser más honesto, ser más honesto llegaría a doler físicamente, la cantidad de emociones, pensamientos, reflexiones que Tarkovsky vierte en estas imágenes es imponderable, es un hondo pozo de amargura e, insisto, vitalidad, porque a pesar de todo eso, y quizás es lo que más duela, el hombre aún conserva esperanzas, aún hay esperanzas de hallar eso, sea lo que sea, porque no se puede vivir con ese vacío encima, con ese peso enorme que aplasta y abate, en algún lado (pasado, presente, realidad, sueños) debe encontrarse la llave, la clave, para abrir cadenas y correr libres, unirse con los otros, encontrarse a sí mismo y por fin sentirse en paz, en plenitud. "Zerkalo" es un viaje íntimo, introspectivo, trascendental, simple en su concepción, simple como cualquier deseo, pero complejo en su desarrollo, complejo como el mundo interior de quien vive en confusión y desorden espiritual, complejo como el dolor y las vivencias del mundo entero, eterno como los millones de ojos que se miran los unos a los otros, infinitos espejos de la vida...Obra maestra intemporal, única, inigualable, hermosa, inconmensurablemente humana, una verdadera maravilla.
...¿se imaginan se hubiera titulado 'Tarkovskis'?...