'Zeus transexual y la ninfa Calisto' Referentes LGTB en la mitología clásica VI

Aida Acero Marquina

Cuando se tienen los poderes de un dios, poco hay que se te resista, incluidas conquistas amorosas. Una vez más Zeus, sus caprichos, sus artimañas, y lo que éstas desencadenaron después, son las protagonistas del relato. Dicen las historias que Zeus se prendó de Calisto, hija de Licaón Rey de Pelasgia, quien ya había tratado con el dios anteriormente.
Hasta aquí es todo normal si no fuera porque “la más bella” era una de las cazadoras pertenecientes a la corte de Artemisa. (Recordemos que Artemisa era la hermana melliza de Apolo, y que por tanto compartía el genio familiar) Uno de los requisitos para ser parte de éste círculo era mantener una promesa de castidad, ya que Artemisa era la diosa de la virginidad.
Sin embargo un voto de castidad no es impedimento suficiente cuando eres el rey del Olimpo. Como hemos dicho al principio si tienes poder para hacer lo que quieres, hay muy pocos motivos para no hacerlo, así que ni corto ni perezoso, Zeus se “autotransexualizó” tomando la imagen de Artemisa y se presentó ante Calisto para seducirla, para posteriormente, acostarse con ella. (Curioso pensar que el sexo entre mujeres no suponía el quebrantamiento del voto de castidad).
El asunto no hubiera trascendido si no fuera porque, incluso bajo forma de mujer, la dejó preñada. Calisto intentó ocultar el embarazo ya que era una prueba más que incriminatoria de que había roto el voto. A partir de este punto la historia diverge.
Por un lado se dice que Artemisa lo descubrió un día que estaban bañándose en el río. Al percibir el vientre redondeado símbolo de gestación, su irá fue tal que acusó a la ninfa de haber roto la promesa, a lo que Calisto le recriminó que no se hiciera la sorprendida ya que el niño que esperaba pertenecía a la diosa. Ésta enfadada la transformó en osa y la expulsó de su séquito.
Otra versión dice que fue Zeus quien la transformó para ocultar su affaire para que su esposa no se enterara. Aunque pese a sus esfuerzos, Artemisa se enteró ordenando darle caza a Calisto.
Según Ovidio, la transformación se debe al enfado de Hera ante una nueva infidelidad de su esposo. Y que Artemisa al descubrir su deslealtad la dispararía posteriormente.
Sea como fuere, Calisto murió en el lance y Zeus, verdadero culpable, la transformó en la Osa Mayor para inmortalizarla en la bóveda celeste.
De esta unión nació Arcas, al cual se le relaciona como posible autor material de la muerte de su propia madre transformada en oso. Zeus encomendó a la pléyade Maya la crianza del niño, quien llegó a ser rey de Pelasgia, lugar bautizado como Arcadia en su honor.
Se dice que la constelación de la Osa Mayor es circumpolar, es decir que nunca baja del horizonte, porque Tetis esposa de Océano, (no la madre de Aquiles) era la niñera de Hera y no quería que la Osa se sumergiera en el mar pues no quería que Calisto entrara en contacto con el lecho de su protegida.
El mito termina con la muerte de Arcas quien es transformado por su padre en la constelación de Boötes, el guardián de la osa, permaneciendo por siempre al lado de su madre.
De alguna manera el firmamento era para el Dios como su propio álbum de recuerdos.

Aida Acero Marquina

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