
Arriesgada propuesta, que perfectamente se puede establecer como una visión alternativa del Fantasma de la Opera, - el personaje de El Topo, tiene características fisiológicas de Lon Chaney (1925)-, pero no deja de lado, la crítica a la sociedad argentina, y en general a Latinoamérica, como pueblos de exclusión, doble moral y rechazo. Rechazo al que viven forzados, estos topos humanos, que habitan las subterráneos callejones de una ciudad, condenados a arrastrase por tierra, a espiar a los que están en la superficie; y El topo, el líder de la resistencia, no puede evitar observar lo que sucede en el Instituto de Danza; con el secuestro de Amadeo, una promesa del instituto, la historia se desarrolla. Aunque cíclico en su argumento, el filme es de un desarrollo lineal (narrativa, moral y físicamente hablando), que nos muestra a El Topo (Lautaro Delgado), quien mejor traduce el cambio y ambigüedad moral del personaje, a los directores del instituto: Leonor Manso y Gabriel Goity, literalmente travestís morales, psicológicos, y obvio referente de los cambios en las jerarquías, jerarquías dominadas por las mujeres las cuales son interpretadas por Dalila Romero y Maria Figueras, pareja y hermana de El Topo, respectivamente.Una más que lograda opera prima, que visualmente, tanto la fotografía de Martín Frías como la ambientación y puesta en escena, dirección de arte logran manifestar la idea del director argentino.
Zoom in: Participación y nominación en diversos festivales de cine fantástico, latinoamericanos y de cine independiente.En Argentina, es considerada una película de culto, que más que exhibirse en cines, se muestra en centro culturales, cineclubs y otros espacios alternativos.
Montaje Paralelo: Delicatessen (1991) - Leo Carax
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