Zona tibia…libia…

Que mal la verdad, otra guerra y podríamos estar pensando que esto ya es una costumbre y no de las buenas. Una guerra por cierto que aunque continúa parece que ha pasado a un segundo plano informativo. Odio y lo digo de corazón, tener que escribir sobre asuntos tan desagradables como éste y más cuando la contienda lleva tantos días y sigue sin terminar, pero es que es triste que se sigan sucediendo episodios bélicos como el de  Libia. Tras las revueltas de Egipto, han sido muchos ciudadanos de oriente medio los  que salían a la calle en su momento para reclamar sus derechos, pero prácticamente solo ha sido en Libia donde quizá, estas protestas hayan acabado en un baño de sangre.

El antes regente y ahora tirano Muhamar Gadafi ha logrado que desde países como E.E.U.U., Francia o incluso España hayan decidido poner freno a las desmedidas actuaciones militares de su régimen y poner fin así al abuso de poder del gobernante. Pero es curioso como de repente, aquel que antes era amigo y que salía en tantas y tantas fotos con líderes mundiales apretando sus manos y recibiendo grandes abrazos, se convierte ahora en el villano de turno.

Y con esto no quiero decir que no sea culpable de todos los delitos que se le imputan, al contrario, lleva siendo culpable desde hace muchos años pero de una forma moderada, lo que ocurre es que ahora que la cosa ha pasado a mayores no interesa a ciertos países mostrar desidia alguna respecto a la situación. Pero, sí es verdad que, como publican algunos medios o aseguran desde el periódico El País, la campaña del presidente Sarkozy en Francia fue pagada por Gadafi o España hasta hace poco le suministraba armas a los libios, hace que el asunto sea aún más desagradable y grave.

¿Y todo por qué?, pues seguro que por la riqueza del país, uno de los grandes proveedores de petróleo del mundo. Porque si no se puede hacer a las buenas, se hará a las malas. Y sí no eres mi amigo aunque pase por alto algunos ‘defectos’ (por llamarlos de alguna forma), acabas convirtiéndote en enemigo mío y del resto de la pandilla. Lo malo es que el país en cuestión también puede hacer nuevos amigos y formar otra pandilla y prueba de ello es que Rusia, Turquía e Irán han manifestado no estar conformes con las actuaciones militares llevadas a cabo en Libia.

Así que, crucemos los dedos para que la cosa no vaya a más y aunque al final y como siempre pasa, sean unos u otros los que se queden con el pastel y saqueen el país a su antojo, por lo menos que respeten la libertad de sus habitantes y que eviten que otra guerra con claros intereses como la que se desarrolló en Irak, no deje tantas víctimas, ya sean civiles o militares. Porque en el fondo éstas, no dejan de ser personas.

Esta es la crónica habitual, de un día como otro cualquiera…