ZP, aliado del fuerte frente al débil

Es posible que me esté haciendo mayor y tal vez por ello el mundo que veo a mi alrededor no me gusta. Siempre pensé que, aunque fuera lentamente, íbamos a poder avanzar en derechos y libertades. Ahora comprendo que era un iluso. Quienes defienden hoy la justicia, los derechos humanos, la participación en la vida pública o la transparencia en las actuaciones de los gobiernos son perseguidos y detenidos, mientras los corruptos, los especuladores y los ladrones de guante blanco -banqueros y grandes empresarios- aumentan sus beneficios y condicionan la vida de millones de personas, víctimas de su ambición, sus atropellos y sus abusos.  Ayer mismo el actor Willy Toledo fue retenido, junto a cinco activistas más, por reivindicar en el Congreso de los Diputados ”libertad” para el Sáhara.  

Todos ellos fueron invitados por Izquierda Unida a una sesión de la Cámara Baja y fueron desalojados y trasladados en un furgón policial a la Brigada de Información, donde se negaron a prestar declaración. Han quedado en libertad, pero deben comparecer ante el juez, e incluso podrían ser condenados a una pena de entre seis y doce meses de cárcel. No deja de ser una ironía más, de las muchas que cito en este blog, el hecho de que el Gobierno Zapatero reciba en Madrid al ministro de Interior marroquí, responsable del desmantelamiento del Campamento de la Dignidad, en El Aaiún, y, al mismo tiempo, José Bono ordena a la policía, con medios y modos  que recuerdan el pasado,  que desaloje del Congreso de los Diputados a los activistas prosaharauis por apelar al derecho de autodeterminación de un pueblo arrojado de su territorio, perseguido y masacrado.  

El Gobierno Zapatero cuando tiene que elegir siempre apuesta por el fuerte frente al débil. Entre Marruecos y el Sáhara, sin ir más lejos,  se posiciona del lado de un régimen feudal, una monarquía dictatorial, abandonando a su suerte a toda una población, con la que, además, tenemos una deuda histórica no resuelta. Ayer vivimos como eliminaba la ayuda de 426 euros a las personas sin empleo, su última tabla de salvación, atendiendo así los requerimientos de la banca y la patronal. Wikileaks ha desvelado que entre el derecho de la familia de José Couso a la verdad y las presiones de Estados Unidos para ocultar un crimen, el Ejecutivo español apoya a los norteamericanos.  El socialismo de verdad, la izquierda, hace justo lo contrario: defender al débil frente al fuerte.  No soy quien para decir a qué partido debe votar nadie, pero sólo diré que el desencanto y la frustración que el PSOE está generando no debe canalizarse a través del Partido Popular, que hará la misma política cuando le llegue su momento. Castigar a Zapatero significa mirar y votar izquierda. No más derecha.