Foto Keld Navntof/AFP
Cada día me lío con estos dos conceptos que, machaconamente, invaden los medios de comunicación. La competitividad es la capacidad de una organización pública o privada, lucrativa o no, de mantener sistemáticamente un nivel que le permitan alcanzar, sostener y mejorar una determinada posición en el entorno socioeconómico. Es muy utilizado en los medios empresariales, políticos y socioeconómicos. La productividad es la relación entre los resultados y el tiempo utilizado para obtenerlos: cuanto menor sea el tiempo que lleve obtener el resultado deseado, más productivo es el sistema. Se ha informado, por el profesor Sala i Martín y colaboradores, que España ha descendido 9 puestos en competitividad y se ha colocado en el 42 del mundo; consolémonos porque nuestros amigos italianos están en el 48, hecho que me llama la atención debido a la popularidad de sus productos en cocina, diseño, coches, moda, etc.Como en nuestro país tenemos tendencia a solucionarlo todo a base de "pastillazo limpio" en ver de buscar soluciones propongo un tratamiento nacional para elevar el nivel de nuestro país: dar cada mañana a todos los españoles un comprimido de metilfenidato.
El metilfenidato se emplea ampliamente en el trastorno por déficit de atención y sus efectos son semejantes a los de la cocaína pero al absorberse lentamente tiene muchos menos efectos adictivos. Tiene unas propiedades llamads "reforzadoras" produciendo mejoría del ánimo, sensación de aumento de la energía física, de la capacidad mental y del estado de alerta, supresión del apetito, la fatiga y el sueño, aumento de atención/enfoque, locuacidad y euforia. Si su olfato es fino enseguida captarán que si se administrara de modo masivo a todos los españoles las cosas irían mucho mejor:
- los políticos serían capaces de planificar tareas
- la gente estaría más contenta incluyendo a los parados
- los trabajadores no perderían el tiempo
- habrían menos gordos
- llegaríamos puntuales al trabajo, despiertos y con ganas