Revista Cultura y Ocio
Por Ricardo Martínez.Zsigmond Móricz: Sé bueno hasta la muerteAcantilado, Barcelona, 2016.De la Web: CulturamasLa literatura, en su concepción de ejercicio reflexivo –siempre bajo el argumento primigenio del hombre espiritual y el peso de los avatares cotidianos-, guarda todavía su nido más precioso, creo, en lo que se ha venido en definir la Metaliteratura o literatura de pensamiento.Siempre, en mi labor como crítico, he pretendido optar por la literatura que piensa frente a la literatura que cuenta. No pretendo disgregar ambas entre sí, desde luego, pero me lleva a tal afirmación el hecho de que la mayoría de los últimos títulos literarios no parecen hacer sino remedar el discurso de la abuela, lugares comunes llenos de personajes comunes que se transfieren problemas comunes: pocos piensan por sí, pocos arriesgan en una actitud propia y libre. A mayor abundamiento, nadie es capaz de contar con el sosiego e intención de la abuela; solo les preocupa, al parecer, urdir una historia anodina que tenga algo de gancho para el productor cinematográfico de turno.Por el contrario, me gusta el personaje único, raro, distinguido en el sentido de originalidad y riesgo; el que suscita y sueña, el loco, el descarriado que posee una conciencia propia aunque ésta sea juzgada, en un primer momento, desaforada. Como lector me interesará siempre lo distinto, lo nuevo, aquello que desafía el lugar común en favor del humor, de la virtud o el temor; de la inteligencia como lugar sintiente.Más información