Revista Moda

Zurbarán y Caprile en el Palacio de Liria

Por Vintagebyl_l @VintageByL_L

Me encanta ver las revistas del corazón cuando publican alguna boda famosa. Observo las fotos despacio: los trajes, los tocados, los bolsos y zapatos… Me entusiasma fijarme en todos los detalles que rodean la ceremonia. Creo que el entorno en el que se celebra el enlace, junto con el traje de la novia, son dos de las cosas que más llaman mi atención.

Por eso, cuando vi en mayo pasado la portada del Hola con la boda de Asela Pérez Becerril y Jacobo Fitz-James Stuart, me quedé prendada.

El Palacio de Liria y ese traje… Fue verlo y pensar en Lorenzo Caprile, sus corpiños son inconfundibles.

Abrí el Hola, por supuesto, saltándome todas las hojas hasta llegar a la 67, donde se encontraba el reportaje completo.

La primera imagen que vi del traje me terminó de convencer… En ese preciso instante supe que iba a escribir sobre él.

Zurbarán y Caprile en el Palacio de Liria

La "Toile" del traje de Asela

No me equivoqué, el mago que había conseguido semejante maravilla no era otro que Lorenzo Caprile. Lo demás fue pura casualidad.

Unos meses después Chiquín Figueroa, la mano derecha de Lorenzo, pasó por nuestro espacio. Chiquín es alegre y cercana. A los pocos minutos ya me encontraba charlando con ella, con mi Hola en la mano (lo tenía guardado a buen recaudo) y explicándola mis deseos de escribir sobre ese vestido.

Mi sorpresa fue mayúscula cuando a los pocos días me llamó para decirme que nos invitaba a pasar por el taller, conocer a Lorenzo y fotografiar el vestido.

Nuestra cita (calle de Claudio Coello, 20): un precioso edificio del S.XIX en el corazón del Barrio de Salamanca. El atelier de Lorenzo estaba a rebosar, era finales de Julio, todo eran carreras de una lado para otro. Todo ese trajín no impidió que Lorenzo y Lola tuvieran preparado para nosotras un “Toile” con el traje de Asela.

Lola se entretuvo en colocarnos el corpiño, la cola, las mangas, así como el recogido delantero del traje, para que pudiéramos apreciar la pieza en todo su esplendor.

Zurbarán y Caprile en el Palacio de Liria

Me entusiasmó la cola del traje

Lorenzo no pudo ser más amable. Comenzamos hablando de la novia. Asela tiene una galería de arte: Espacio Valverde . Me explica Lorenzo que es una mujer de una sensibilidad exquisita. La novia tenía claro qué estilo de vestido buscaba. Lo más importante para ella: que fuera acorde con el entorno… ni más ni menos que los jardines del Palacio de Liria.

¡Qué maravilla de lugar para celebrar una boda!

La inspiración le llegó a Lorenzo a través del pintor clásico favorito de Asela: Zurbarán. Los volúmenes de sus trajes, la caída de sus telas y la grandiosidad de su obra fueron su inspiración.

Zurbarán y Caprile en el Palacio de Liria

La inspiración

Se necesitaron 17 metros de tela. Un raso y un tafetán ambos de seda natural  fueron las elegidas, y la firma Valenciana “Catalá” la seleccionada  para tejerlos. Su experiencia de más de 200 años y sus magníficos telares, únicos en España, fueron considerados por Lorenzo los indicados para tan delicado encargo. No en vano, de sus telares habían salido las sedas de los vestidos de la Infanta Cristina, la Princesa de Asturias, así como la tela que decoró el dormitorio de los Kennedy en la Casa Blanca.

¿Quién mejor que ellos iban a ser capaces de fabricar una tela que pareciera salida de un cuadro de Zurbarán?

Me llamó muchísimo la atención que Asela llevara mantilla y velo. Me explica Lorenzo que la idea fue suya. Asela quería llevar una mantilla de encaje de Bruselas, una joya antigua de 2 m. de largo que pertenece a la familia de su madre desde hace más de 100 años. Y como quería entrar velada en la ceremonia, Lorenzo decidió colocarla un velo de tul ilusión cubriendo el rostro y la mantilla.

El velo iba sujeto en la cabeza con una simple presilla. Lorenzo cortó el velo de una forma un tanto especial, para que quedara ligero y no restara protagonismo a la autentica joya que lucía debajo: la mantilla del S. XIX. Me destaca Lola que la mantilla es una joya, una pieza soberbia de las más bellas que han visto y, además, en perfecto estado de conservación.

Lorenzo nos explica los pormenores de la confección del traje:

Zurbarán y Caprile en el Palacio de Liria

Interior de uno de los corpiños de Lorenzo Caprile

El bordado del corpiño fue realizado por Joan Cat, increíble artesano que trabaja para Lorenzo desde hace años, quien bordo enteramente a mano el dibujo que habían elegido entre Asela y Lorenzo. Una joya floral inspirada en las pecheras de los trajes del S.XVII.

Un pequeño movimiento de Asela dejaba al descubierto las enaguas del traje, otra pequeña joya rematada con puntillas y encajes de “valencien”. Todas ellas cosidas a mano.

Disfrutamos con Mar, su jefa de taller, rodeada de patrones y reglas. Ella nos explicó, con todo lujo de detalles, cómo se confecciona la pieza estrella de Lorenzo… “Los corpiños”.

Zurbarán y Caprile en el Palacio de Liria

Una de las bordadores de Lorenzo Caprile

Los corpiños de Lorenzo llevan entre 14 y 16 varillas, y dice Lorenzo de ellos que eran la cirugía estética de la antigüedad. Con ellos las mujeres disimulaban sus defectos y resaltaban sus virtudes.

Admiramos un almacén lleno de encajes, tules, puntillas y bordados, que harían las delicias de cualquier amante de la alta costura.

Vimos a Ana y Marian “Entolando” un corpiño… ¡Qué palabra más bonita… entolar!, no la conocía, es un trabajo delicado y muy laborioso. Se recorta el encaje y se vuelve a coser sobre la seda. Todo ello a mano, por supuesto.

Zurbarán y Caprile en el Palacio de Liria

Entolando un encaje

En total dos meses de duro trabajo: Isabel, Paco, Fran, Nines, Marta, Mar, Lola… fueron algunas de las expertas manos por las que pasó la pieza. Cada una de ellas dejó horas de trabajo, pero sobre todo de cariño… Se respira alegría, ilusión, profesionalidad y compañerismo en su taller, y todo ello se refleja en cada una de sus piezas. Me sorprende el amor y pasión con el que nos explican cada detalle. Un gran equipo de profesionales, de eso no cabe la menor duda.

Zurbarán y Caprile en el Palacio de Liria

Interior del taller

No quiero dejar de comentar dos detalles que me gustaron muchísimo también: la tiara que llevaba Asela, una joya de carey del S.XIX perteneciente a su familia; y el ramo de novia, un pequeño y delicado bouquet de rosas blancas.

Para Lorenzo lo más importante es que la novia confíe en él desde el principio, y me destaca cómo la química con Asela fue perfecta desde el primer momento. Está claro que formaron un tándem perfecto, y entre los dos lograron realizar el sueño de cualquier novia: lucir espléndida el día más importante de su vida.

Para mí este es el más soberbio traje de novia creado en 2011.

Muchísimas gracias a Lorenzo Caprile, Chiquín Figueroa y todo su equipo, por el cariño con el que nos trataron. Y nuestro agradecimiento también a Asela Pérez Becerril por permitirme escribir este reportaje.

Si queréis conocer mejor a Lorenzo Caprile podéis vistar su web:

Lorenzo Caprile

Zurbarán y Caprile en el Palacio de Liria

Chiquín Figueroa y Lorenzo Caprile con Ana y María López-Linares


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