"Los estereotipos que sustituían el pensamiento debían de estar grabados profundamente en la conciencia nacional para que, sesenta y cinco años después del Holocausto, sesenta y tres después del último pogromo y cuarenta después de que en 1968 se echara a los últimos supervivientes judíos, llegara ahora un pirado, que por su aspecto habría nacido en los años setenta, y se creyera lo del ritual de la sangre."
[...]
"Nos van a crujir de lo lindo en cuanto salga a la luz que investigamos los círculos judíos para encontrar a un asesino. Nos tildarán de fascistas, de nazis; dirán que estamos llenos de prejuicios y de odio, que creemos en la leyenda de la sangre."
Nada había leído de este escritor polaco, Zygmunt Miloszewski. Veo que la novela que he tenido en mis manos, "La mitad de la verdad", lleva el subtítulo de " un caso del fiscal Szacki 2" con lo que caigo en la cuenta de que estoy leyendo una novela que es la segunda entrega de una serie, concretamente la protagonizada por el fiscal Teodor Szacki. Al saberlo pensé que quizás no iba a controlar debidamente algún extremo del relato, pero para nada. Está visto que los novelistas que escriben series son sabedores de que los lectores, salvo los muy fans de este o aquel narrador, leemos libros sin prestar mucha atención a ese hecho. Por eso las novelas pueden leerse independientemente sin mayor problema. Concretamente al leer en esta segunda entrega que el fiscal protagonista está divorciado de Veronika con la que tuvo a su hija Hela, deduzco que, quizás, en la primera de la saga además del caso policíaco que se dirima allí aparecerá la vida algo tormentosa de Teodor con Veronika; hombre, mira tú por donde según que escribo estas líneas me invaden las ganas de leer el primero de la serie para ver la vida matrimonial de Teodor, algo que en esta segunda entrega sólo intuyo al comprobar la poca sintonía existente entre los miembros de la pareja.
En cuanto al asunto criminal del que en esta novela se encarga el fiscal Szacki, se trata de una serie de asesinatos, concretamente tres, que parecen tener entre ellos un móvil común: el odio legendario existente entre judíos y cristianos de la ciudad polaca de Sandomierz, en cuya catedral figuran una serie de grandes cuadros dieciochescos que relatan las atrocidades, todas ellas imaginarias, cometidas por los seguidores de David contra los cristianos a quienes robaban los niños para convertirlos en 'matzá' ( pan ácimo). Es La mitad de la verdad una novela negra que conviene leer con atención y cuya trama engancha a los lectores.
Además de las vicisitudes del estamento policial y de las dudas que la fiscalía de la ciudad tiene ante tan extraño caso, es muy interesante en la novela asistir a la vida privada de Teodor Szacki, un hombre exitoso entre las mujeres y que disfruta del sexo con prodigalidad. Me ha recordado a nuestro don Juan Tenorio en el sentido de que a Szacki todas las mujeres le atraen, sean éstas jueces, fiscales, abogadas o simples ciudadanas; lo mismo le ocurría a nuestro Tenorio quien, según dice en la relación que lee a don Luis Mejía, afirma: "yo a las cabañas bajé / yo a los palacios subí / yo los claustros escalé", o sea, no había mujer ante la que su afán depredador se detuviera. Esto me ha parecido de lo más interesante,
Me ha gustado mucho enterarme de las barbaridades que los judíos polacos sufrieron durante la ocupación del país por los alemanes. Y no sólo eso, sino la mala conciencia de los polacos ante lo hecho por cada uno de ellos durante el nazismo. Especialmente fue duro esto cuando, al acabar la guerra, volvieron al país los judíos polacos supervivientes dispuestos a recuperar sus posesiones que estaban ocupadas por polacos no judíos que se quedaron con ellas.
"una parte de los judíos ortodoxos regresaron tras la guerra, aunque no fueron recibidos con flores precisamente, aquí nadie los esperaba. Sus inmuebles habían sido repartidos, igual que los bienes que habían dejado para que se los guardaran."
En cuanto a la estructura narrativa empleada cada uno de los catorce capítulos que forman la novela está introducido por una especie de prontuario de las efemérides que ese día [la cita es la del capítulo cuarto que se fecha el Sábado, 18 de abril de 2009] se producen en el mundo:
"Para los católicos, séptimo día, penúltimo de la Octava de Pascua; para los cristianos ortodoxos, Sábado Santo; en todo el mundo judío, Sabbat. [...] En el exterior, el Parlamento de Somalia impone la ley islámica en todo el país; en Bulgaria se produce un pánico generalizado porque un conocido astrólogo presagia un terremoto; [...] El Arsenal juega con el Chelsea y cae en la semifinal de la copa inglesa. En Sandormierz, unos ladrones talan seis manzano y un ciruelo. [...] Primer día medianamente primaveral, cálido, soleado y sin lluvia.".
Como se ve va de los aspectos más universales a los más particulares (la ciudad donde vive, el fútbol, la temperatura...).
Creo que Zygmunt Miloszewski de quien, como ya he dicho, nada había leído hasta ahora escribe muy bien. En especial he disfrutado con momentos de introspección y autoanálisis por parte del personaje protagonista que el escritor presenta utilizando el monólogo interior o una especie de soliloquio reflexivo muy interesante en el que el lector debe discernir adecuadamente al sujeto de cada una de las formas verbales empleadas:
"Espera, espera, hay que tachar a la amante; si Sobieraj y Wilczur había dicho la verdad, entonces era el hombre más enamorado del planeta. No, espera, no se puede tachar nada, esto es una ciudad pequeña, aquí todos se llevan a partir un piñón, a saber quién, qué y con qué intenciones le cuenta algo al fiscal."
"Las bomberas de Wrocław se quejan de que no se les permite ir a los operativos porque no hay vestuarios femeninos, cuando en realidad a ellas no les molesta usar vestuarios mixtos, y mucho menos a sus compañeros."
"Fue el mayor éxito de la policía de Sandomierz desde que recuperaran la bicicleta robada del padre Mateusz" ["El padre Mateusz" es una serie televisiva rodada en la ciudad de Sandomierz de enorme éxito en Polonia a finales del XX e inicios del XXI]
"Las versiones se diferenciaban por algunos matices, pero todas contestaban elegantemente a la pregunta "¿por qué?", de una forma digna de las novelas negras."
"Yo creo que aquella generación de antisemitas de posguerra educó a la siguiente generación, y esta a la siguiente. Personas que creían en lo del judeocomunismo, en la conspiración internacional judía, en lo de que dominan las finanzas del mundo entero."
"usted piensa según unos estereotipos políticamente correctos. Le han inculcado que el mejor ciudadano es el cosmopolita de izquierdas de memoria corta y que el patriotismo es una especie de hobby vergonzoso que está al mismo nivel que el catolicismo popular, la xenofobia y, por supuesto, el antisemitismo."
"Szacki comprobó con espanto que en provincias los periodistas eran aún más estúpidos que en Varsovia."