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Cajón de arena de Dragon Age

Publicado el 30 septiembre 2015 por Oligbert
No suelo hablar de partidas que no dirijo, es algo que no me gusta. Cuando dirijo estoy más pendientes de los jugadores, de lo que hacen y lo que no, tomando notas tanto en papel como mentales. Cuando juego, obviamente, estoy pendiente de mí, de lo que hago, lo que me pasa y lo que dice el DJ. No presto tanta atención a lo que hacen mis compañeros de mesa como cuando soy yo el que se sienta detrás de la pantalla. Por eso, como digo, no hablo de partidas que no dirijo yo pues es seguro que se pierden detalles importantes.
Hoy, sin embargo, voy a hacer una excepción y voy a hablar de las sesiones de Dragon Age que está dirigiendo Maese Gica Sabinescu. Yo me he enganchado a las dos últimas, pero es una iniciativa (de momento no lo llamaré campaña ni partida) que lleva ya cuatro sesiones en marcha. La idea parte de un grupo de aventureros afincados en Amaranthine, al norte de Ferelden, en un pueblo llamado Garahdik. Este grupo de aventureros tiene una formación itinerante, es decir, en algunas partidas ha habido unos jugadores, en otras otros pero en ninguna todos, un total de siete. Cada sesión es una partida de una tarde en la que siempre hay algo que hacer: o buscar a un sabio desaparecido, investigar un brote de licantropía, esclarecer la presencia de engendros en la zona, también había unos qunari huidos, un apostáta que posiblemente esté infectado de licantropía, el fantasma de un pirata orlesiano que pide ser liberado a cambio de decirnos dónde está su tesoro enterrado, un antiguo mapa de puestos militares construidos durante la invasión orlesiana, unas ruinas enanas utilizadas para mercadear entre a saber quienes (y de donde salen los engendros), un mercado negro de restos arqueológicos y, además, los objetivos individuales de cada pj. En cada sesión, dependiendo del objetivo, descubrimos nuevas localizaciones y ponemos cara y nombre a nuevos pnj, abriendo el abanico de posibilidades de la partida. Todo ello con todo el mapa por explorar y con libertad para hacerlo, que es importante. Un entorno sandbox, vaya.

Cajón de arena de Dragon Age

Mochila, armas y a ver qué depara el camino

Esta puede ser la primera vez en que jugamos sin un objetivo principal que guíe nuestras acciones, aunque lo de los engendros está tomando más importancia tras el descubrimiento de la entrada a las ruinas enanas. También podíamos haber tirado por la quest del fantasma del pirata, pero eso de jugar con criaturas del Velo no nos mola mucho, más si en el grupo hay dos magos. La licantropía también es otro tema que no deberíamos descuidar, sobre todo si además puede estar implicado un apóstata en todo ello. Por supuesto, estos tres temas son los que más preocupan a mi pj, y quizás el resto de mis compañeros tienen otras prioridades en su agenda que no coinciden con las mías.
En resumen, si a una ambientación de la que soy muy fan, le metes unas partidas interesantes y divertidas, con un sistema que me gusta mucho, aunque sea simple hasta decir basta y te lo vendan por entregas, pues encantado de la vida y deseando seguir jugando con mi mago para ver qué hacemos con el problema de los engendros, que para poder ser Guardias Grises nos quedan todavía unos cuantos niveles.  

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