Revista Opinión

-- Alcohol y drogas: dopaje y literatura

Publicado el 18 diciembre 2014 por Jesustadeosila

-- ¡Señor Ernest Hemingway!, le ha sido concedido el Premio Nobel de Literatura...    El Señor Hemingway  sube al estrado, se atusa las barbas, respira hondo y regurgita alcohol, le pega un puñetazo al Jefe de Ceremonias y suelta un eructo en el micrófono...
--¡Señor Winston Churchill !, le ha sido concedio el Premio Nobel de Lit...    Míster Churchill sube al estrado, se enreda un pie con la alfombrilla y cae de bruces sobre el Jefe de Ceremonias, tragándose el puro sin querer...
-- ¡Señora doña Ana María Matute!, ha sido usted galardonada con el Premio Cervantes que...    La Matute se arremanga la falda, sube al estrado dando saltitos y se le derrama la copa de whisky en las notas que para su discurso llevaba. Por si fuera poco, pellizca en la pierna al Jefe de Ceremonias.       Hablemos de dopaje.       ¡Hablemos en serio de dopaje, por favor!       Como todo el mundo sabe, dopar significa añadir impurezas a un monocristal que ...       Empecemos de nuevo. Primera acepción de la RAE: dopar es "administrar sustancias estimulantes para potenciar artificialmente el rendimiento".       ¿El rendimiento de qué?, pregunto. ¿De quién?       ¿Solamente de los atletas? ¿Rendimiento solamente físico? ¿Somos solamente músculos, brazos, piernas y pulmones? ¿Y dónde anda la cabeza?      -- Señor Ernest Hemingway, le ha sido concedido el Premio Nobel de Lit... -- ¡Paso! ¡Paso! ¡Guardia Civil! Señor Hemingway, coja esta boquilla y sople... -- ¿Cómo? -- ¡Que sople, leches! -- ¡Brrfffffffffff....! -- Positivo. No hay Premio Nobel. Usted ha escrito "El viejo y el mar" estando dopado. -- ¿Brrrfff...? -pregunta Hemingway. -- Dopado. Borracho. ¡Harto Ron y harto whisky! Y a saber lo que se ha fumado. ¡Nada, nada! ¡A casita! ¡No hay premio, so tramposo!       ¿Y ahora qué?       Un atleta no puede tomar estimulantes para potenciar su rendimiento, pero un escritor suele escribir mejor cuanto más borracho o drogado o dopado está. Y eso a mí, no hay quien me lo quite de la cabeza. ¿Resumimos solamente un diez por ciento de la Literatura Universal?       Hemingway (boxeador, borracho y escritor, por ese orden).    Thomas de Quincey (dopado hasta para freírse un  huevo. Obras maestras).    Charles Baudelaire (no había papelillos, pero se los liaba en los bajos de las cortinas. Gran Literatura).    Edgar Allan Poe (todavía le dejan flores y botellas de tinto en la tumba. Y si no es tinto de reserva, no sale a beberlo ni aunque lo resuciten).    Louise May Alcott (sí, sí, la que escribió "Mujercitas". Le daba a la garrafa  y al porrón).    Francis Scott Fitzgerald ("El Gran Gatsby". Toda su vida creyó que tenía estrabismo,  hasta que un amigo lo convenció de que llevaba 26 años borracho).    Truman Capote (dicen que escribió  "Desayuno en Tiffany`s" subido a una encimera del salón de su casa y dictándoselo a su canario).    Feodor Dostoyesky ("Crimen y Castigo". Al parecer, no recordó nunca haberlo escrito y le echaba las culpas a su cuñado y a un vendedor de alfombras persas que pasaba habitualmente por su domicilio).    Remontándonos unos milenios más atrás, tenemos a Catulo, a Ovidio y a Fernando Sánchez Dragó.    Y hasta en las Santas Escrituras, ya Noé plantaba viñedos como quien planta marihuana. Y Nuestro Señor Jesucristo, tampoco tuvo el detalle de convertir el agua en zumo de naranja, precisamente... ¿para qué?       Total. Que las Grandes Obras Literarias, al modo de ver de algunos, debieran estar prohibidas o al menos no debieran de estar reconocidas. ¡Por dopaje!      -- Sopla aquí, anda, literato. -- Oiga, que yo acabo de ganar el... -- Que soples, coño. ¡Guardia Civil! -- ¡Brrrrffff....! -- Positivo. Tire el bolígrafo y la libreta. Y no vuelva a escribir hasta que se le pase la papa, chulo. -- ¡Pero...! -- Vergüenza debiera darle escribir borracho. Ande, ande... ¿Qué buscaba? ¿El Planeta, el Cervantes o el Nobel...? ¡No vale! Dopado no es escribe, listillo.       No pretendo hacer apología de nada. De nada... de nada... ¿Pero cuántas obras maestras han salido de una mente efervescente de alcohol?       ¿Cuánta buena literatura ha brotado de una cepa, de una viña, de un caldo bien pisado o de una planta bien regada...? ¿Cuánto legado no nos ha transmitido la buena y ensoñadora cogorza de un Graham Green, de un Thomas Wolfe o de un don Francisco de Quevedo? Incluso Cervantes se dopaba, señores: que ideó el Quijote en la cárcel de Sevilla y no me lo imagino yo sin dos chatitos de mosto o de manzanilla a la mano.       Somos pura química (o al menos, eso han reconocido algunos científicos después de experimentar con medio litro de anís y un mono). Y si somos pura química, ¿qué diferencia puede haber entre llegar a una Meta harto de pastillas o llegar a un Nobel harto de cubatas?       Si nuestro cerebro es  pura química, hasta los sentimientos debieran de ser tenidos en cuenta tanto como el alcohol o las drogas: porque todo nos hace reaccionar o nos estimula el neuronaje de manera distinta.      -- ¡Pablo Neruda! Premio Universal de... -- Sopla, Pablo, sopla. ¡Guardia Civil! -- Oiga, que yo solamente estaba desesperado y he escrito... -- Se lo cuentas a otro, Pablillo. ¡Sopla, leches! -- ¡Brrrfff...! -- Positivo. Has escrito con una sobredosis de desesperación. Eso está penalizado, machote. La desesperación es dopaje puro. Y las canciones de amor, te lo complican más.      Si somos química, la química manda en cuanto hacemos. Y se está dopado, entonces,  cuando se escriben poemas de amor. Y se está dopado, entonces, cuando se escriben cantos a la esperanza. Y se está dopado cuando escribiendo rememoramos situaciones o seres queridos que ya no están. Y se está dopado cuando solamente escribimos con la sola pretensión de escribir... o incluso, con la pretensión de que nos lean.      Porque hasta levantarse y cargarse de ilusión cada día para tirar adelante, ¿quién me dice que no es dopaje?      Y este artículo te puede gustar o no, pero...      -- ¡Jesús! -- Sí... -- Sopla, chulo. ¡Guardia Civil! -- Oiga, que en mi blog... -- ¡Que soples, mamandurria! -- ¡Brrfff...! -- Positivo. ¡Otro que aspira al Nobel! Aparca el teclado y entra en la furgoneta. ¡Vaya nochecita!    -- Alcohol y drogas: dopaje y literatura.         Y quizás, ¿por qué no?, le guste leer:
--  Toreros y Atletas.
-- Anécdotas literarias. -- Momeciclo: maestro Jardiel Poncela.
  


Volver a la Portada de Logo Paperblog