Revista Cultura y Ocio

- Rememorando XIX: La heroina del pueblo soviético -

Por Lord José A. Márquez Periano @delhroh
- Rememorando XIX: La heroina del pueblo soviético -
Los partisanos fueron fundamentales durante la 2ª Guerra Mundial para combatir a los alemanes en la inmensidad de la estepa soviética. Hubo muchos de aquellos que perecieron luchando contra las tropas alemanes en multitud de sabotajes, aunque quizás la más famosa de aquellos héroes del pueblo fue sin duda Zoya A. Kosmodemyasnkaya.
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KosmodemyanskayaZoya Anatolyevna, en ruso Зо́я Анато́льевна Космодемья́нскаяZoya, una joven partisana que representa en su figura y en su trágico destino la resistencia a ultranza de un pueblo contra una potencia invasora. Esta extraordinaria mujer nació el 13 de septiembre de 1923, en la pequeña aldea de Osino-Gay, cerca de la ciudad de Tambov.
Su padre, Anatoly Kosmodemyanskaya, estudió teología en su juventud, pero jamás llegaría a graduarse. Finalmente regentaría una pequeña librería, mientras que su madre, Lyubov fue maestra de escuela. En 1925, su querido hermano, otro futuro héroe de la Unión Soviética (presente en este libro), Aleksandr, nacía.
El apellido Kosmodemyansky era muy famoso en su región natal, pues el apellido siempre había estado íntimamente relacionado con la iglesia ortodoxa desde el siglo XVII. Muchos miembros de la familia había sido sacerdotes. Por poner un ejemplo, el abuelo de Zoya fue asesinado por ateos en 1918.
En 1929, la familia decidió emigrar a Siberia, por miedo a ser asesinados por su apellido, aunque en 1930 se trasladaría a Moscú por razones desconocidas. ¿Se sentiría más seguro el cabeza de familia estando en la capital soviética? Es una buena pregunta sin respuesta, aunque es seguro que, quizás, algún alto cargo del partido comunista con profundas raíces y creencias religiosas (en privado, por supuesto) diera protección a los Kosmodemyansky, lo que tal vez podría explicar la facilidad con la que los dos hijos del matrimonio se convirtieron en Héroes de la Unión Soviética. ¿Casualidad o destino?
Dejando de un lado estas hipótesis, Zoya continuó sus estudios en el colegio. Era una buena estudiante, y su asignatura favorita era la literatura, pasión heredada de su padre librero. Sus redacción estaban llenas de un profundo entendimiento del mundo de su alrededor, y su aguda inteligencia le ayudaba a entender los textos más complicados. Entre los autores que leyó de joven figuran Tolstoy, Pushkin, Lermontonv, Karamzin Byron, Molière, Cervantes, Dickens, Goethe y Shakespeare entre otros. Zoya era estudiante muy aplicada, tanto que comenzó a anotar en un cuaderno sus profundas impresiones de cada obra que leía y que caía en sus manos.
Algunas de las notas que dejó escritas nos dan ligeras pistas de la alta personalidad moral que se estaba forjando con la lectura de aquellos libros. Por ejemplo, escribió:
<En las tragedias de Shakespeare, la muerte de los héroes siempre está acompañada por el triunfo de una alta causa moral>.
Una de las anécdotas más conocidas de su biografía ocurrió en 1939. En el instituto, en la navidad de 1939, cuando ella tenía 16 años, las alumnas se regalaban entre sí pequeñas notas de Año Nuevo, deseando los mejores deseos para el futuro. Zoya recibió una nota que decía lo siguiente:
<Zoya, no juzgues tan estrictamente a las personas. No le des tanta importancia a todo como para que ocupe un lugar en tu corazón. Ya sabe que la mayor parte de las personas son aduladores, egoístas, y mentirosos y no puedes depender de ellos. Deberías dejar de prestar atención a sus palabras. Estos son mis deseos de año nuevo>.
Después de leer la nota Zoya, sonrió, y se limitó a decir:
<Si alguien piensa así, ¿para que sirve vivir?>
Un año antes de esta anécdota, Zoya se unía a las juventudes comunistas en 1938. En octubre de 1941, cuando aún era estudiante de instituto en Moscú, y con la invasión alemana a su patria (en junio de ese año), se ofreció voluntaria para formar parte de una unidad partisana. Su madre se puso como loca, ¿Su hija partisana? ¿Su querido ángel empuñando un fusil? ¿Nos hemos vuelto locos?
Zoya, mirando a su madre con comprensión, le dijo:
<¿Qué puedo hacer cuando el enemigo está tan cerca? Si llegan hasta aquí, no podremos seguir viviendo en Moscú>.
Y así, de esta forma tan rotunda, la madre le dio la razón a su hija. Más de 1.000 personas se unieron a aquella heterogénea unidad en aquel octubre de 1941. Solamente unas 100 personas sobrevivirían a la guerra. Zoya ya era una partisana, con el número 9903.
Pocos días después, cerca de la ciudad de Obukhovo, la unidad de Zoya pasó las líneas alemanes y se dirigieron a territorio controlado por los nazis. Las primeras misiones que realizarían sería minar las carreteras y cortas las líneas de comunicación.
El 27 de noviembre de 1941, Zoya y algunos de sus compañeros, recibieron la orden de quemar un edificio de la ciudad de Pestrichevo, que era utilizado por un regimiento alemán de caballería. Allí, Zoya trató de quemar los establos, aún con los caballos dentro. Los alemanes la capturaron en el momento en le que trataba de quemar un segundo edificio, pues ya había conseguido incendiar los establos. Sería retenida por miembros de la Gestapo o las Waffen-SS (las fuentes difieren) y sería torturada durante toda la noche para tratar de reunir la mayor cantidad de información posible, pero se negaba una y otra vez a responder.
Tras negarse a responder una y otra y a ser salvajemente golpeada, la trasladaron al centro de la ciudad con un cartel que se podía leer en ruso "Pirómana". Iba a ser colgaba en presencia de todo el pueblo  y de sus habitantes. Antes de colgar dijo:
<-¡Camaradas! ¿Por qué estáis tan tristes? ¡No tengo miedo a morir!>
Y mirando desafiante a los alemanes, dijo:
<-Vais a colgarme, pero no estoy sola. Nosotros somos dos millones. No podéis colgarnos a todos>
- Rememorando XIX: La heroina del pueblo soviético -- Momento de la muerte de Zoya idealizada por una artista rusa -- Las fotos de su ejecución se pueden encontrar en internet con suma facilidad -
Los alemanes colgaron a la joven de 19 años… su cuerpo estaría colgado durante varias semanas, dejado ahí como advertencia de lo que pasaría a aquellos que osaran sabotear de nuevo a los soldados del III Reich. Su cuerpo sería enterrado antes de que los soviéticos retomaran aquel pueblo en enero de 1942.
La historia de la joven Zoya se hizo realmente popular después de la aparición de un artículo que fue escrito por Pyotr Lidov, el cual fue publicado el 27 de enero de 1942. El periodista pudo conocer la historia cuando el pueblo en el que fue colgada pasó de nuevo a manos soviéticas y un anciano campesino le contó al escritor lo ocurrido:
<Cuando la iban a colgar comenzó su discurso.Aunque la fueran a matar no sintió miedo alguno.>
Lidov visitó el lugar de la ejecución para recabar los testimonios de los campesinos, y después publicó el artículo sobre la chica partesana. El artículo llegó a manos de Stalin, el cual, al leerlo, dijo:
<Aquí hay una heroína del pueblo.>
Pronto comenzó una importante campaña de propaganda honrando a la partisana caída, y más adelante fue proclamada, en febrero, Heroína de la Unión Soviética.  La historia de Zoya se convirtió en leyenda, y multitud de poetas, escritores, artistas y escultores la utilizaron como inspiración, e incluso llegaron a rodar una película sobre su vida en 1944. Incluso, en 1968, un planetoide descubierto por astrónomos soviéticos llevaría su nombre. Su cuerpo fue recuperado y sería enterrado en el cementerio de Novodevichy, en Moscú, donde descansan los grandes héroes de la Unión Soviética.
Aquí acabaría la historia de la leyenda de Zoya, si no fuera por las controversias que azotaron su biografía en septiembre de 1991. Un periodista, Aleksandr Zhovtis, afirmó que en la ciudad de Petrischevo no había tropas alemanas y que Zoya fue capturada por partisanos locales, descontentos con la destrucción de sus propiedades. Hubo una tremenda controversia que llegaría incluso a los Tribunales, y muchos llegaron a cuestionar el valor de aquella joven. Se escribieron sendos artículos a favor y en contra de Zoya, e incluso llegaron a cuestionar la salud mental de la joven.
El mayor homenaje posible a su figura, independientemente de la polémica sobre el modo en el que fue capturada y quien la condenara a muerte, es que el 13 de septiembre de 2008, con motivo del 85º aniversario de su nacimiento, se propuso que la muchacha fuera canonizada por la Iglesia Ortodoxa, algo que aún hoy en día sigue en discursión.
EXTRACTO DE LA OBRA DEFENSORES DE LA MADRE PATRIA.

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