Revista Cine
007: Spectre (Sam Mendes, 2015. Gran Bretaña & EEUU): segunda y correctita incursión del autor de American beauty, tras la inspiradísima Skyfall (2012), en el universo Bond, donde toma especial importancia la referencialidad (el enemigo es una organización terrorista vieja conocida del agente, y Bond conduce, en la última escena, su mítico Aston Martin) y que podría traducirse en despedida del personaje bajo los rasgos de Daniel Craig. Por el contrario, al villano le falta carisma (le falta hasta al protagonista), y tampoco el clásico fragmento non-stop action del inicio está a la altura. Actioner cuidado pero al cual le falta el alma que caracterizaron otros proyectos 007 del siglo XXI, como la magistral Casino royale (2006) o la ya mencionada Skyfall. Cierto suspense en la secuencia de la infiltración de Bond en la mansión donde se reúne la organización, y su desenlace en el puente de Londres añaden algo de sofisticación a un film aceptable y equilibrado pero sin grandeza alguna.