Uno de los propósitos más repetidos con el comienzo del nuevo año es el de perder los kilos que hemos acumulado por las comilonas de Navidad.
Está bien cuidarnos y estar en nuestro peso ideal pero sin cometer ninguna locura porque el remedio puede ser peor que la enfermedad.
Por ello, es importante tener en cuenta algunos consejos como los que nos da la Dra. Amaro, directora médico de la Clínica Feel Good y autora del tratamiento de pérdida de peso patentado como "la dieta definitiva".
Algunos de ellos no serán nuevos para vosotros pero otros puede que aún no los tuviéseis demasiado en cuenta y ese fuera el motivo de la pérdida de peso frustrada.
¡Aquí los tenéis!
1. Las dietas milagro no existen. Perder 3 kilos en una semana no es sano y sólo llevarán al tan temido efecto rebote.
Debemos perder esos kilos de más de manera progresiva, perdiendo grasa y no líquidos y siempre a través de una alimentación equilibrada, que incluya todos los grupos alimenticios y bajo supervisión médica, sobre todo si existe alguna patología previa.
2. El ayuno no es la solución. Si sometemos a nuestro cuerpo a una situación de estrés se pondrá en alerta y cuando volvamos a comer con normalidad todo lo que ingiramos lo guardará por si se produce una nueva etapa de escasez.
Debemos hacer, ahora más importante que nunca, cinco comidas al día. Lo importante es lo que ingiramos, cómo lo hagamos y en qué cantidad.
3. Retomemos el ejercicio físico. No es necesario acudir al gimnasio todos los días, lo importante es que adquiramos una rutina semanal que nos ayude a encontrarnos mejor.
El tipo de ejercicio dependerá del sexo, la edad y la condición física de cada uno de nosotros. Caminar 45 minutos a paso ligero puede ser un buen comienzo. Lo importante es coger el hábito y mantenerlo.
4. El desayuno debe ser la comida más importante del día. Evitemos los alimentos más calóricos y optemos por lácteos desnatados, zumo de naranja o limón y una pieza de fruta.
Si no podemos evitar el pan, tomémoslo, a poder ser integral y con un poco de aceite oliva virgen o mermelada sin azúcar.
5. A media mañana debemos tomar un pequeño tentempié. Podemos optar por fruta o yogures desnatados con 4 o 5 nueces. También fiambre como la pechuga de pavo o el jamón de york bajo en grasa puede ayudarnos a llegar a la siguiente comida con menor apetito.
Lo que no debemos hacer nunca es llegar a la comida sin haber tomado nada desde el desayuno.
6. Agua e infusiones. Es importante que bebamos entre 2 y 3 litros de agua al día en función del sexo, la actividad física que desarrollemos y si existe o no alguna patología previa.
El primer vaso de agua debe ser en ayunas y, si lo que queremos es adelgazar, a ser posible fría (el cuerpo consumirá más calorías para calentarla).
Tras los excesos es muy importante hidratarse bien entre otras cosas porque nos ayudará también a eliminar toxinas.
7. Reducir el consumo de grasas. Si queremos perder peso debemos ingerir mayor cantidad de verduras (espárragos, alcachofas, lechuga, pepino, o lombarda), carnes (blancas como el conejo, pollo o pavo) y pescados (mejor los blancos que los azules).
8. Tan importante como lo que comemos es la forma de prepararlo. Debemos evitar las salsas y rebozados cocinando al vapor, a la plancha o al horno y utilizar poco aceite (no debemos superar las dos cucharadas al día).
9. Eliminar bollería, pan, galletas y dulces. Son alimentos muy calóricos y poco saludables.
Si no podemos evitar pasar sin ellos, optemos por repostería elaborada en casa con ingredientes naturales (a ser posible integrales y con edulcorantes en lugar de azúcar refinado).
10. Fruta. Es la gran aliada en los tratamientos de pérdida de peso. Se recomienda su consumo previo a la comida y la cena de tal manera que nos ayude a saciarnos y llegar con menos hambre a las comidas más fuertes del día.
Manzana, piña, naranja, kiwi o pera son las más recomendables debiendo evitar frutas como el plátano, la chirimoya, las uvas o el aguacate.
¿Qué os parecen estos consejos? ¿Ya los ponéis en práctica?