Revista Infancia

10 consejos para desarrollar la resilencia en niños y adolescentes.

Por Mamapsicologain @mamapsicologain

La Asociación Americana de Psicología publica estos 10 consejos para desarrollar la resilencia en niños y adolescentes en su Guía de Resilencia: para padres y maestros de la que me hago eco y quiero difundir. Es cierto que los padres occidentales tenemos la tendencia a idealizar la niñez, lo hemos hablado en otras ocasiones a lo largo de otros artículos del blog. Queremos tener la visión de la niñez como una época en la que no existen los problemas o las preocupaciones, pero no es cierto. La infancia es un momento más de la vida del ser humano, ser niño no protege contra la tristeza, la depresión o los traumas. Es más, los problemas a esta edad pueden parecer incluso más grandes de lo que en sí son porque los niños no tienen desarrolladas aún las estratégias cognitivas, emocionales o relacionales necesarias para hacerles frente.

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Ser niño no ofrece ninguna protección contra los daños emocionales y los traumas que pueden enfrentar los niños. No nos damos cuenta pero en muchas ocasiones empujamos a nuestros hijos a enfrentarse a diferentes problemas como por ejemplo la adaptación al cole, a una nueva clase, …, en otras sin saberlo son intimidados por sus compañeros o incluso algunos deben soportar el abuso en el hogar. Si a todo ello le sumamos la incertidumbre que forma parte del crecimiento, la infancia puede ser cualquier cosa menos una época sin problemasñ. La aptitud para desarrollarse pese a estos desafíos surge de la capacidad de resiliencia.

La resilencia puede aprenderse.

La resilencia es la capacidad para afrontar con éxito las adversidades, los problemas, la enfermedad, los traumas, las tragedias, … a las que una persona se ve sometida a lo largo de una etapa de su vida, ya sea niño o adulto.

Desarrollar resiliencia puede ayudar a manejar el estrés y los sentimientos de ansiedad e incertidumbre. Sin embargo, que los niños sean resilientes no significa que no experimentarán dificultades o angustia. El dolor emocional y la tristeza son comunes cuando tenemos un trauma de importancia o una pérdida personal, o incluso cuando nos enteramos de la pérdida o trauma de otra persona.

La buena noticia es que la resiliencia es una capacidad que puede aprenderse.

Todos podemos desarrollar resiliencia y ayudar a que nuestros hijos la desarrollen también. Implica conductas, pensamientos y acciones que pueden aprenderse con el paso del tiempo. A continuación, presentamos consejos para desarrollar la resiliencia.

¿Cómo desarrollar y aprender a ser resilentes? 10 consejos para desarrollar la resilencia en niños y adolescentes.

Nunca me cansaré de insistir y repetir lo importante que es escuchar atentamente a nuestros hijos tanto cuando nos hablan como cuando callan. Saber qué les gusta, preocupa, ilusiona o decepciona. Aprender y desarrollar la capacidad de resiliencia, de afrontar con éxito los problemas que nos depara la vida, es una camino personal, un cambio individual y para guiar a nuestros hijos en este recorrido debemos hacer uso del conocimiento que tenemos de ellos.

Ante todo debemos ser conscientes que una estrategia para desarrollar resiliencia que funciona para nosotros o nuestro hijo puede no funcionar para otra persona. Estos 10 consejos pueden servirte de guía para encaminar a tu hijo y ayudarle en este camino vital, no es necesario seguirlos todos, puesto que muchos ya los habrá desarrollado él por su cuenta  pero si notas que necesita un empujoncito estos consejos te pueden ayudar a inspirarte.

  1. Enséñale a hacer amigos.
    Enseña a tu hijo cómo hacer amigos, inclusive la capacidad de sentir empatía, o de sentir el dolor del otro. Animale a aprender a ser amigo para poder tener amigos. Tener una red familiar fuerte para respaldar a nuestro hijo ante las desilusiones y heridas inevitables. En la escuela, hay que estar atento al hecho de que ningún niño esté aislado. Relacionarse con las personas brinda apoyo social y fortalece la resiliencia.
  2. Ayuda a tu hijo haciendo que ayude a otros.
    Ayudar a otros puede permitir a los niños a superar la sensación de que no pueden hacer nada. Anima siempre que puedas a tu hijo a implicarse y a realizar trabajos voluntarios apropiados para su edad, o pidele ayuda con alguna tarea que él pueda hacer. En la escuela, podemos organizar una sesión creativa con los niños buscando maneras de ayudar a los demás.
  3. Mantén  una rutina diaria.
    Respetar una rutina puede ser reconfortante para los niños, en especial para los más pequeños que anhelan estructuras en su vida. Anima a tu hijo a desarrollar sus propias rutinas.
  4. Tómate un descanso.
    Si bien es importante seguir las rutinas, preocuparse incesantemente puede resultar contraproducente. Enseña a tu hijo cómo concentrarse en algo distinto a lo que le preocupa. Es importante  que nos demos cuenta de las cosas a las que nuestro hijo está expuesto y que puedan ser inquietantes; sean noticias, Internet o conversaciones que oyen por casualidad. Asegúrate de que tu hijo tome un descanso de esas cosas si le causan inquietud. Si bien las escuelas son responsables del rendimiento en exámenes estandarizados, destina un tiempo no estructurado durante el día escolar para que los niños desarrollen su creatividad.
  5. Enseña a tu hijo a cuidar de sí mismo.
    Se un buen ejemplo y enseña a su hijo la importancia de una alimentación sana, de hacer deporte  y descansar. Asegúrate de que tu hijo tenga tiempo para divertirse y de que no tenga programado cada minuto de su vida sin ningún momento para relajarse. Cuidarse e incluso divertirse ayudará a tu hijo a mantener el equilibrio y enfrentar mejor los momentos estresantes.
  6. Avanza hacia tus metas.
    Debemos enseñar a nuestros hijos a fijarse metas razonables y luego a avanzar para lograr alcanzarlas. Avanzar hacia esa meta, incluso con un paso muy pequeño, y recibir elogios por hacerlo hará que tu hijo se concentre en su logro en lugar de fijarse en lo que no logró y puede ayudarle a desarrollar resiliencia para salir adelante ante los desafíos. En la escuela, divide las tareas grandes en pequeñas metas alcanzables para los niños más pequeños, y para los más grandes, intenta reconocer los logros a medida que avanzan hacia las metas mayores.
  7. Alimenta una autoestima positiva.
    Ayuda a su hijo a recordar cómo pudo lidiar satisfactoriamente con dificultades en el pasado y luego ayúdalo a entender que esos desafíos pasados lo ayudan a desarrollar la fortaleza para manejar desafíos futuros. Ayuda a tu hijo a que aprenda a confiar en sí mismo para resolver los problemas y tomar las decisiones adecuadas. Enséñale  a tomar la vida con humor y la capacidad de reírse de sí mismo. En la escuela, se debe ayudar a los niños a ver cómo los logros individuales contribuyen al bienestar de la clase como un todo.
  8. Mantengamos las cosas en perspectiva y una actitud positiva
    Cuando nuestro hijo esté viviendo sucesos dolorosos debemos ayudarle a ver la situación en un contexto más amplio y a mantener una visión de largo plazo. Si bien nuestros hijo puede ser demasiado pequeño o joven para ver las cosas a largo plazo por sí mismo, intenta ayudarlo a ver que existe un futuro más allá de la situación actual y que el futuro puede ser bueno. Una actitud optimista y positiva permite que nuestro hijo se de cuenta de las cosas buenas de la vida y seguir adelante incluso en los momentos más difíciles.
  9. Busque oportunidades para el autodescubrimiento
    Los momentos difíciles suelen ser los momentos en los que los niños aprenden más sobre sí mismos. Ayudemos a nuestros hijos a ver cómo lo que está viviendo puede enseñarle a entender de qué está hecho.
  10. Aceptar que el cambio es parte de la vida
    Los cambios pueden a menudo ser terribles para los niños y adolescentes. Ayudemos a nuestros hijos  a ver que el cambio forma parte de la vida y que se puede reemplazar con nuevas metas a aquéllas que puedan haberse convertido en inalcanzables.

Si parece que tu hijo está estancado o abrumado y no puede seguir los consejos que se han detallado anteriormente, debemos considerar la posibilidad de hablar con alguien que pueda ayudarlo, como un psicólogo u otro profesional de la salud mental. Buscar apoyo o guía puede ayudar a que nuestro hijo fortalezca su resiliencia y persevere en momentos de estrés o trauma. La información contenida en este artículo no debe usarse como una sustitución de una consulta con un profesional de salud o salud mental. Las personas que creen que pueden necesitar o beneficiarse de atención profesional deben consultar a un psicólogo u otro profesional autorizado de salud o salud mental.

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