FIJA UN PRESUPUESTO REALISTA: Y no te pruebes vestidos que lo superen, así evitarás disgustos y /o posibles remordimientos de conciencia.
INSPIRATE: Hojea revistas de vestidos o mira en internet para saber las tendencias y definir un poco tu estilo.
MENTE ABIERTA: Está bien que tengas claro lo que quieres, pero no te cierres en banda. En ocasiones nos obcecamos con un vestido que creemos que nos va a sentar de maravilla y la realidad es otra. Puede que por el tipo de silueta creas que te va mejor un tipo de vestido. Pruébate otros estilos, igual te sorprendes.
ACOMPAÑANTES: Rodeate de un reducido grupo de personas de confianza que conozca y respete tus gustos y tu presupuesto, cuantos menos acompañantes, menos opiniones.
PIENSA EN TU COMODIDAD: Ese vestido puede ser increíble y sentarte como un guante, pero ¿es cómodo? Vas a llevarlo durante muchas horas, prueba a sentarte, moverte, bailar. No serás la primera novia que se marca un baile para poner a prueba su vestido.
EXTRAS: Pregunta en la tienda de vestidos qué tipo de arreglos están incluidos y cuáles no, para no llevarte sorpresas desagradables. Piensa que los zapatos y los complementos también aumentarán tu presupuesto.
TENDRÁS QUE ESPERAR: Lo normal es que no te hagas la segunda prueba hasta un par de meses antes de tu boda, así que pasarán muchos meses hasta que vuelvas a probártelo.
NO MIRES MÁS VESTIDOS: Como la espera será larga, una vez elegido el vestido, táchalo de tu lista y no busques más, sólo lograrás confundirte y crearte momentos de angustia.
PUEDE QUE SEA TU VESTIDO AUNQUE NO LLORES: Estamos tan acostumbrados a ver a las novias llorar en los realities de Divinity cuando encuentran su vestido de novia que puede que esperes esa misma reacción en ti. No te preocupes si no te pones como una madalena cuando encuentres tu vestido.
TU OPINIÓN ES LA MÁS IMPORTANTE: La función de los acompañantes es acompañarte, ayudarte y darte su opinión, pero recuerda que tú eres la que llevarás ese vestido, es tu día y tienes que ser tú la que elija tu vestido. No cometas el error de elegir otro vestido por complacer a tu madre, suegra o hermana. Tus acompañantes respetarán tu decisión porque te quieren.