Revista Solidaridad

10 cosas que no deberíamos olvidar sobre la desnutrición infantil

Por Hijosdeevayadan

El mes pasado, Save the children presentó el informe Una vida sin hambre: cómo combatir la desnutrición infantil. En el mismo se explica que si no se toman medidas, 450 millones de niños y niñas en todo el mundo sufrirán retrasos en su desarrollo físico y mental durante los próximos 15 años. Con motivo de dicha presentación, podíamos leer en uno de los blogs de la ONG los siguientes 10 aspectos a recordar sobre este tema, cifras que no esconden en momento historias de personas concretas que hay detrás de cada una de ellas:

1. Uno de cada cuatro niños en el mundo sufren retraso en el crecimiento como consecuencia de la desnutrición.
2. La desnutrición es la causa subyacente de la muerte de más de 2.6 millones de niños y niñas cada año – 1/3 del total de muertes infantiles que tienen lugar en el mundo.
3. Si un niño sufre desnutrición mientras está en el vientre de su amdre o antes de cumplir los dos años de edad, el daño será irreparable.
4. Mientras el mundo se centra en la crisis económica, la crisis oculta de la desnutrición infantil amenaza la vida de millones de niños y niñas.
5. El cambio es posible. Brasil ha logrado mejoras increíbles en el estado de nutrición de su población.
6. En torno al 80% de los niños y niñas que sufren retraso en el crecimiento viven en apenas 20 países.
7. Las soluciones son simples. Existen 13 tipos de intervenciones para combatir la desnutrición, como la vitamina A, que han probado su impacto en la mejora de la nutrición y el estado de salud de los niños y sus madres.
8. Mejorar la nutrición de la población y de la infancia será siempre la mejor inversión. Los niños y niñas bien nutridos, tendrán muchas menos probabilidades de sufrir enfermedades y podrán rendir correctamente en la escuela.
9. Centrando la atención en las madres embarazadas y en período de lactancia y en niños y niñas menores de 2 años, puede marcar la diferencia.
10. Combatir la desnutrición es, no sólo necesario, sino nuestro deber. Todos los niños y las niñas tienen derecho a una alimentación adecuada.


 


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