Revista Cultura y Ocio

10 preguntas a fernando noy

Publicado el 30 abril 2015 por Elalmacendelibros @almacendelibros

Fernando Noy 3

Protagonista y gestor de una movida que comenzó alrededor de 1982 y que alcanzó hasta entrados los años ´90, Fernando Noy recopila en Historias del Under (Penguin Random House), testimonios y recuerdos que compartió con Batato, Urdapilleta, Klaudia con K, Vivi Tellas, Mosquito Sancineto, Tortonese, las Gambas al Ajillo y una larga lista de actores, performers y personajes variopintos.

¿Cómo se pasa de formar parte del ERP a Reina del Carnaval de Bahía?

Como Arenas, como Lemebel, mi condición andrógina no era ideal para la militancia en el ERP, ya que resultaba inconveniente por escandalosa. Al mismo tiempo también nacía el hippismo, al que de inmediato adherí. De pronto, tuve que exiliarme de Argentina porque corría peligro de exterminio. Al llegar a Bahia, enseguida fui destacado como una de las primeras figuras de su carnaval. Fue inesperado al extremo de ver una muñequita de plástico sentada sobre un trono, representándome en la maquette del proyecto. Y como si fuera poco, ganó la decoración del carnaval bahiano de 1978. Los ya consagrados pintores Fernando Coelho y Tatti Moreno me invitaron y recibí además de un buen cachet, vestuario alucinante, incontables kilos de purpurina que arrojaba desde mi sitial. Todo durante el transcurso de esas noches de desmesura fabulosas como las del posteriormente aquí denominado “undergound”. Se podría decir que volví embarazado de esa fiesta sin límites, ¡ja!.

¿Conviven esos costados antagónicos o hubo que elegir un perfil?

Conviven pero sin estar relacionados. A no ser por una especie de ley de karma o destino que me hizo refugiar en un país donde estaba surgiendo el “tropicalismo” y los años mas áureos de la historia del carnaval bahiano.

¿Cómo nació el Fernando Noy escritor, el poeta?

Jamás me siento a escribir un poema, sino al revés, la casi siempre súbita llegada de una frase me hace copiarla donde sea que esté.

Por sobre todo uno es o no poeta, aparte de las valoraciones críticas. Desde niño ya escribía sobre la nieve de mi pueblo natal en el sur. Mi abuela porteña descubrió este don en las cartas que le enviaba todas las semanas. Por eso, cuando mi padre a su vez se dio cuenta de que yo no era un chico habitual, yo la escuchaba a ella decirle a papá: “Que importa que sea así, si escribe como un genio.”

 ¿En qué costumbres porteñas de hoy se ve reflejada la nostalgia del under de los ’80?

Las infinitas ofertas periféricas fuera del sistema comercial que surgen cada noche, incluso los lunes, para descubrir figuras increíbles como Cecilia Zabala, Sofía Viola o Susy Shock por solo decir nada mas que tres nombres. El “engrudo” original sigue siempre palpitante; con alas de Fénix y dragones por los cien barrios porteños. En la de ese publico no conformista ni habitual consumidor capaz de buscar con una lupa

¿Cómo define a Fernando Noy 2015 y cómo se definía en esa época? ¿Algo se modificó?

Como escribe Maiakovsky, yo soy “una nube en pantalones ” o el samba de Raul Seixas: “una metamorfosis ambulante” .

 ¿Qué es lo mejor que nos dejó el under?

Lo mejor es intentar que no desaparezca ese espíritu de cuerpo y alma entregados a la creación, cueste lo que cueste, contra viento y marea.

¿Qué es lo más bizarro que vivió en lugares como el Parakultural, por ejemplo? Algo que jamás podría repetirse hoy.

Echar de un camarín a Luca Prodan por haberme comparado con la porno-diputa Cicciolina y al día siguiente verlo llegar con esa dulzura impresionante, solo suya, para pedime disculpas y retractarse diciéndome que en verdad yo era Virna Lisi. El sí que fue un Dios, no por esta  mera anécdota, sino por aquella primera noche en que lo escuche tocar y cantar en inglés solo con su guitarrita, sin parar hasta el amanecer, en el Café de los Momentos; frente a una playa de Villa Gesell.

¿Quien es el Batato Barea de hoy?, si es que existe alguien que se le parezca.

Me acuerdo cuando juntos íbamos desde su casa en la calle Tucumán, con velas rojas encendidas en la mano hacia Babilonia, que justamente quedaba a tres cuadras. Como una suerte de Macedonio Fernández revivido. En ese tiempo el Abasto estaba considerado ultra peligroso, al extremo de que los taxis no se atrevían ni siquiera a entrar. Nunca nos pasó nada, solo amores, pasión y poesía en carne viva. Batato Barea seria una especie de metáfora que, como el duende de García Lorca, tienen todos los artistas excepcionales. Su nombre es adjetivo de libertad creativa sin limitaciones. El primer “claun-literario -travesti” de la historia.

¿Qué es lo más parecido al under, hoy? ¿En qué lugares detecta una movida artística más interesante?

Esos espacios no son tan identificables sino por medio del boca a boca o de las redes sociales. Podría decir Casa Brando, el templo LGTB, El Burlesque o El Bululu. Sé que hay muchísimos más y repito, es sólo arriesgarse, salir del canon, para al fin dar con ellos.

¿En qué se diferencia la ambigüedad sexual de hoy a la del under de los ’80?

No es algo ambiguo sino contundente y real. Hoy vivimos el hecho de haber asumido una diversidad sexual que ya no es tan difícil de expresar.

Los ochenta, aun con democracia, en sus inicios, seguían siendo un tiempo propicio para los mataputos. Hoy somos considerados un país “gay friendly”. ¡Y como no iba a serlo si tenemos los mejores amantes, ¿O estoy mintiendo acaso?

Entrevista realizada por María Molina para el blog. Muchas gracias Fernando Noy!


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