Pues sin darme cuenta, mi blog ha llegado a las 100 entradas.
¡100 entradas!
Desde aquel 7 de marzo del 2018 que os di la bienvenida en mi primer post, hasta hoy han pasado un total de 5 años, muchos aprendizajes, diferentes diagnósticos y 100 entradas (101 para ser más exactos). Inicié este blog como recurso para plasmar todo lo que iba ocurriendo en los primeros años de Bicho, mi hijo, cuando empezamos a sospechar que algo no iba bien en su desarrollo. En todo este tiempo he creado un refugio de paz, de soslayo, de comprensión y de expresión que me ha servido en los momentos más duros que he vivido desde que fui madre.
Poco a poco, he podido ver como este pequeño espacio ha sido también una fuente de información y apoyo para muchas familias que estáis atravesando lo que nosotros ya atravesamos. A lo largo de estos años os he leído a muchas, cada vez a más; he visto vuestros miedos y esperanzas reflejados en vuestros correos y mensajes privados, y he descubierto el poder de la unión y de la comunidad que hemos formado. MUCHAS GRACIAS por la confianza y por seguir estando ahí, entrada tras entrada y miedo tras miedo.
Sabéis que durante algunas temporadas no he tenido tiempo para dedicarle a esta pasión, pero siempre, siempre, he estado en el ruedo de las Necesidades Especiales, especialmente en el Retraso Global del Desarrollo y en el Trastorno del Espectro Autista. A través de este blog os he abierto una ventanita a nuestra vida, a nuestro día a día; os he contado mis miedos, mis esperanzas, los avances de mi hijo, y en definitiva, las dificultades por las que pasamos las familias neurodivergentes.
Os agradezco enormemente vuestra compañía y os animo a seguir recorriendo este camino juntos. El verdadero valor de la empatía es ayudarnos mutuamente, y en ello, ¡nosotros somos expertos!
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