No estaba seguro de escribir esta entrada. Se me pasó un poco el entusiasmo por los números redondos. Me gusta alcanzarlos, no lo niego, pero comunicarlo me produce menos alegría que antes.
Lo curioso es que esta vez llegué a los diez mil ejemplares vendidos. Una meta que supe fijarme hace largo tiempo, y que repetí para mí mismo como un mantra, como una obsesión incuestionable.
Al final se concretó. Disfruté bastante trabajando para que sucediera, y lo seguiré haciendo. Estableceré ahora nuevas metas que me obliguen a mantenerme en movimiento.