Revista Educación
Unas horas antes de salir desde su nacimiento con mi pequeño Valiente, y después de haber estado ingresado casi 90 días en el hospital. El otorrino me dijo las siguientes palabras:- Creo que tu hijo sufre hipoacusia neurosensorial bilateral como consecuencia de haber tomado medicamentos ototóxicos.Dentro de seis meses le operemos y le pondremos un implante coclear, con lo que solucionaremos el problema.
De repente la alegría por irnos del hospital, se esfumó. Me acababan de echar de un jarro de agua fría de realidad, salíamos del hospital pero con secuelas.
A los pocos días cuando Valiente inició sus sesiones de fisioterapia descubrimos que además del problema de audición también sufría otra secuela la hipotonía muscular.
Después tanto luchar, yo no estaba dispuesta a que mi bebe se tuviera que conformar con vivir con secuelas.Valiente es un gran luchador, ya había demostrado que nada le pararía.
Fue en este momento cuando iniciamos nuestro caminar, en búsqueda alguna solución, cuando comenzamos a descubrir e utilizar todo tipo de terapias incluidas las llamadas alternativas.A lo largo de estos años hemos probado con homeopatía, kinesiología, osteopatía, musicoterapia, método tomatis, integración sensorial, psicomotricidad, fisioterapia método bobath, psicomotricidad, psicólogos infantiles, logopedas y lengua de signos.
Hace poco descubrí vuestro blog Padres con alternativas, y me resultó muy interesante leer las opiniones de los padres sobre las distintas terapias con las que son tratados sus hijos. Hace pocos días he iniciado una nueva aventura abriendo mi propio blog mamadeunvaliente.blogspot.com, en que voy comentando nuestros avances y logros.Mi experiencia al respecto de las terapias alternativas, es que por lo general en el caso de Valiente han sido muy positivas. Pero hay que tener cuidado; hay que buscar el lugar y los terapeutas adecuados que realmente sean expertos las terapias que van aplicar. También es importante que sea el momento para aplicar esa terapia; es decir que el niño este fuerte físicamente para aguantar la terapia; y que el tipo de estimulación que le van a dar sea el adecuado para el momento evolutivo en el que se encuentra el niño.
En este tiempo también he aprendido que, tanto los papas como los terapeutas deben ir adaptándose a las mejoras del niño. Muchas veces por tranquilidad, comodidad o por no saber hacerlo de forma diferente, estacamos la evolución del niño, por eso yo creo que no hay que tener miedo a los cambios e ir utilizando las diferentes terapias que se nos presentan. Leyendo vuestro blog, me he dado cuenta que no había ningún comentario sobre la lengua de signos. Como os he comentado anteriormente el otorrino nos comentó que habría que colocarle un implante coclear para que mi pequeño oyera. Pero mi instinto de madre me decía que mi pequeño oía .Yo siempre les decía a los médicos que mi pequeño tenía un problema en la audición, pero que no era sordo. Tres años después y numerosas pruebas por fin me han dado la razón, la audición de mi pequeño es normal.
Sin embargo, aun no habla , el ultimo diagnostico es retraso en el lenguaje, a causa de retraso madurativo.
Mi pequeño Valiente ya tiene tres años, y tanto él como yo tenemos la necesidad de comunicarnos. Por eso, hace un año decidí probar con la lengua de signos. Fue una decisión que me costó mucho tomar. Los logopedas que hasta ese momento lo habían tratado , apenas tenían conocimiento sobre ella. Muchos al ser de la rama oralista, lo desaconsejaban. Pero de nuevo volví a hacer caso a mi instinto y luchando contra mis miedos, nos apuntamos a clases de lengua de signos, mi pequeño Valiente, mi marido y yo.Allí descubrimos que Valiente tiene una gran memoria visual, recuerda con facilidad los signos y le ayudan en la compresión del lenguaje. Gracias a la lengua de signos Valiente comprende mucho mejor lo que los demás le queremos decir, y está empezando a comunicarse.
La Mamá de un Valiente