1. Es muy importante fijarse en los ingredientes del champú para asegurarnos de que la fórmula del producto no agreda a la piel porque podría producir una reacción.
2. Hay que tener en cuenta el estado del cuero cabelludo. Es algo fundamental ya que es en esta zona donde podremos detectar problemas de grasa, caspa, deficiencias en la alimentación o caída del cabello.
3. Además del estado del cuero cabelludo, también conviene tener en cuenta el grosor del cabello, si es fino, normal o grueso.
4. Descubrir cuáles son las carencias de nuestro pelo y decidir qué beneficios queremos potenciar (brillo, hidratación, nutrición, etc.).
5. A ser posible, se debe lavar el cabello cada tres días pero, si el cabello es muy graso, se puede lavar a diario con una sola dosis de champú.
6. No hay que pasarse con la cantidad de champú. Es mejor trabajar la cantidad exacta ya que no por aplicar más, el cabello quedará más limpio.
7. Un truco para preparar el cabello para el lavado es cepillarlo antes.
8. Antes de aplicar el champú, se recomienda humedecer el pelo con abundante agua tibia. 9. No se debe aplicar el champú directamente en el cabello. Es mejor echarlo primero en las manos y repartirlo entre ambas para repartirlo de manera más homogénea. 10. Es mejor trabajr el champú sobre la raíz, masajeando el producto durante al menos 3 minutos para activar la circulación sanguínea favoreciendo así la nutrición de la vaina epitelial. Conviene repetir la aplicación dos veces: la priemra como gesto de limpieza y la segunda como masaje. 11. Aunque nos cueste creerlo no es necesario aplicar el champú por todo el cabello ya que el resto del pelo se limpia con la espuma que va cayendo de media a puntas.
12. Y, por último, se debe aclarar con abundante agua templada y el último aclarado hacerlo con agua fría para aportar un extra de brillo al cabello. ¿Qué os ha parecido estos consejos? ¿Ya lo sabíais todo o habéis aprendido algo nuevo?