13 fechas y ni una idea: Cappa, afuera; ¿y Borghi?

River y Boca no arrancaron el campeonato de la mejor manera. Los de Cappa arrancaron ganando las tres fechas, sin lucirse nunca y con los guantes de Carrizo encendidos; en ese mismo período, Borghi ya caminaba por la cuerda floja. En ambos casos, se repetía que necesitaban tiempo de maduración para conseguir entender y llevar a cabo las ideas que sus entrenadores tenían en mente. Cappa tenía la misión de conseguir que River jugara con su sello y Borghi, lograr instalar el controvertido sistema de la línea de tres y carrileros. Van ya 13 fechas y ambos equipos siguen en la misma línea de partida, sin mostrar alguna evolución, mejoría o cambio de fisionomía.

Se decía lo mismo, hace falta tiempo para poder amalgamar a las piezas nuevas y darle continuidad y rodaje. Es cierto, acomodar a los nuevos elementos y un sistema táctico no se logra en un puñado de fechas. Pero van ya 13 fechas y ni Boca ni River muestran ideas o algún adaptación. Parecen dos bandas que están en plena pretemporada, sin compromiso como cuando pesan las piernas, con automatismos que no terminan de quedar grabados, movimientos defensivos descoordinados y sin poder acertar tres pases seguidos a los de la misma camiseta.

Hasta acá llegó el ciclo de Cappa, que acaba de ser guiado a un retiro voluntario. Defensor de un estilo de fútbol con énfasis en la estética, Cappa, siempre fiel a sus convicciones, lo intentó y no logró hacer arrancar al equipo, que nunca reflejó su discurso o sus declaraciones post conferencia de prensa.

Borghi camina casi por el mismo sendero que cursó el entrenador de River. Intentó renunciar varias veces, no sería raro que deje de amagar y concrete. Más con la selección chilena llamando a su puerta. Convicció o capricho, no está dispuesto a cambiar su dibujo de juego. Prefiere irse antes de cambiar su modelo táctico.

El superclásico ya llega sin uno de los dos entrenadores que arrancaron el certamen. Hasta puede ser con dos interinos. 13 fechas y ni una idea, responsables, pero lejos de ser los únicos culpables del desastre futbolístico de River y Boca.