Revista Ciencia

14 Recursos clínicos para abordar el insomnio

Por Davidsaparicio @Psyciencia

El insomnio es un trastorno del sueño muy prevalente que se caracteriza por la dificultad para iniciar o mantener el sueño, o por tener un sueño no reparador durante al menos un mes. Los problemas de sueño son extremadamente comunes en las personas que padecen problemas de salud mental y cada vez hay más pruebas de que la alteración del sueño puede ser un factor causal de muchas dificultades de salud mental. El modelo cognitivo de insomnio de Harvey (2002) sugiere que la preocupación excesiva por la falta de sueño desencadena la excitación autonómica y la angustia emocional. Este aumento de la excitación conduce a una atención selectiva y a un mayor control de las señales de amenaza relacionadas con el sueño, lo que culmina en una percepción sesgada del déficit relacionado con el sueño. El modelo cognitivo conductual del insomnio se puede utilizar para conceptualizar el insomnio de su consultante. Es un marco útil para identificar comportamientos de seguridad y creencias inútiles sobre el sueño o la preocupación, los cuales Harvey destaca como factores exacerbantes clave. Este modelo propone que los procesos cognitivos contribuyen al mantenimiento del insomnio, independientemente de si la causa original fue psiquiátrica, circadiana, médica o inducida por fármacos.

El insomnio es uno de los trastornos del sueño más prevalentes y afecta a alrededor del 10% de la población. Existe una sólida base de evidencia que muestra que es un factor exacerbante de muchos trastornos psicológicos, y las personas que luchan contra la ansiedad y la depresión lo informan con frecuencia (aunque no es un síntoma principal). Además, se ha establecido que los problemas con el sueño preceden y pueden contribuir al desarrollo de la depresión (Harvey, 2001). Incluso sin conocer la dirección de la causalidad, existe una fuerte relación entre el insomnio y los trastornos psicológicos. La comorbilidad con otras afecciones de salud mental es alta y se incluye como un síntoma en una amplia gama de otros trastornos del sueño, del estado de ánimo, neurológicos y de salud mental: “el insomnio como síntoma de un trastorno psicológico es 10 veces más frecuente que el insomnio relacionado”. a una enfermedad física” (Ford & Kamerow, 1989; Harvey 2001). La falta de sueño crónica tiene un impacto significativo en la vida cotidiana de las personas, ya que afecta la concentración, la memoria y su capacidad para trabajar o completar las tareas diarias.

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