Revista Cultura y Ocio
#141. Harald, el Vikingo, de Antonio Cavanillas de Blas
Publicado el 30 enero 2015 por Zeleza @AtardecBajoArboEditorial: La Esfera de los Libros
Páginas: 440
Encuadernación: tapa blanda bolsillo
ISBN: 9788499702896
Precio: 10,00 €
Sinopsis
Harald el Vikingo novela la vida del varego más famoso que pasó por Bizancio, Harald Sigurdarson, después rey de Noruega (1047-1066). Hijo bastardo de rey y hermanastro de Olav Haraldsson, el futuro San Olav, patrono de Noruega, su extraordinaria trayectoria es el ejemplo más brillante de la huella que dejaron los vikingos en Bizancio. Encontramos a Harald peleando con su hermanastro Olav para reconquistar el reino de Noruega; lo vemos prisionero en Nóvgorod y al frente de los ejércitos del príncipe Yaroslav de Kiev; surge en Constantinopla al mando de una tropa varega para servir en la guardia imperial y defender Bizancio. Vacante el trono noruego tras la muerte de Olav y de su hijo Magnus, y luego de una fuga novelesca, regresa a Kiev, y en 1047, se hace con la corona de Noruega. Harald se embarca en la expedición de Inglaterra junto a Guillermo el Bastardo, duque de Normandía. En el verano de 1066 desembarca en las costas inglesas y aplasta a los británicos en Fulfort Gate, pero muere en la batalla de Stamford Bridge a primeros de octubre. Una novela épica y apasionante que te sumerge en la vida del vikingo más famoso de la historia cuya vida sólo se puede comparar a las de Alejandro Magno,Trajano o Napoleón.Batallas, conspiraciones, viajes… un retrato emocionante en la Europa de los siglos X y XI, en lo más profundo de la Edad Media.
Reseña
Libro sobre la "vida" del vikingo más famoso de todos los tiempos, el que llegaría a ser el futuro rey noruego Harald III Hardrada.
¿Por qué pongo "vida"? Bueno, conocer algo sobre la vida de este ilustre personaje es, cuanto menos, una ardua tarea. No porque no haya información, que abunda por todos lados, sino porque cada web, cada blog, dice una cosa distinta, sobre todo en castellano. Más o menos todos comparten las fechas: nacimiento, primera batalla, muerte, etc, pero cada uno le da un padre o una madre distintos, un hermano o hermanastro diferente, amantes, misiones que no aparecen en otros lados... Yo he optado por guiarme de las referencias bibliográficas de habla inglesa, que comparten prácticamente todo, y por supuesto, chocan frontalmente con muchísimas webs en castellano.Pero en el ámbito histórico este libro se lleva la palma.
Cualquiera que me conozca sabe que yo pienso que todo libro merece ser leído, por muy "malo" que sea. Pero históricamente, este libro es un desmadre. Si hiciese la reseña desde el punto de vista de una novela histórica dudo que alguien amante de esta época se plantease ni siquiera cogerlo si se lo regalan. Por eso voy a hacerla desde dos puntos de vista: desde la perspectiva de una novela histórica y desde la de una novela de ficción (algo estilo Juego de Tronos).
Como ya he dicho, desde el punto de vista histórico es un desmadre. Puedo llenar esta reseña y más de fallos históricos, de anacronismos, y aún así si leo con más atención podría sacar más.La novela empieza ya mal cuando dice que Harald nace en el 1001 -debido a que está documentado que nace entre 1015 y 1016-. Sigue mal cuando dice que su padre es Harald II, pero en el libro el protagonista se llama Harald Sigurdsson, cosa que choca, pero no más que históricamente su supuesto padre murió en el 965. Es también curioso que su madre real no es la que aparece en el libro, y que sea hermano de Olaf el Santo por parte de madre, pero no de padre como dice en el libro.Otro dato es que en un foro leí que en Trondheim nunca existió ningún alcázar, pero según el libro sí. En el castillo de Harad, los ventanales tenían cristales Tudor, que datan del s. XVI, pero ¡la casa Tudor es del s. XV! Y no solo eso: el castillo tenía chimenea de esquina (inventada a finales del s. XII), espejos venecianos que serían famosos en el s. XVI, y... ¿una gigantesca biblioteca? Estas cosas solo son en las diez o doce primeras páginas.
Bueno, sigamos con fallos gordos. Yo, personalmente, no concibo que se hable de España como unidad territorial en el s. XI, así como de muladíes españoles; es algo que me choca y mucho. Andalusíes y cristianos vale, pero no españoles. Lo mismo me pasa con Italia, que en esa época no era una unidad ni territorial ni política. O con Rusia y Ucrania por separado cuando en esos años todavía era un conjunto de territorios: Rus de Kiev. Otra cosa curiosa es el cisma entre el cristianismo ortodoxo griego y el católico, que ocurrió en 1054, pero Harald en el 1020 y poco ya lo conocía. Y seguimos con la religión: ¿cómo va a ser el confesor de su supuesto padre, que históricamente era pagano, un agustino si su orden se creó en el s. XIII?Militarmente tampoco es que acierte en exceso. Pelean contra los jenízaros, un unidad militar creada sobre el 1350 y se habla del rango de coronel, mando que se creó en el s. XVI. Aparecen también los notarios, que dudo que los hubiese en el el s. XI. Harald comanda una nao en el 1024 -fecha del libro-, pero fue a partir del s. XIII cuando los pequeños barcos mercantes medievales (cocas) y los barcos mercantes vikingos (knarr) evolucionaron hasta llegar a las naos. También interesante la aparición de los cosacos, por primera vez datados en 1395, así como la mención a Gengis Kan (s. XII-XIII) y Marco Polo (s. XIII-XIV).
A un libro histórico se le puede perdonar algún hermano bastardo que rellene un poco la historia si hay lagunas, como por ejemplo, un hermano que intenta matar al protagonista porque históricamente estuvo a punto de morir pero no se sabe porqué ni quién lo quiso matar.Pero cuando ya son fallos como los mencionados arriba da que pensar. Y esto sigue. Algo que choca es que las batallas importantes no las narre totalmente, ni muestre sus estrategias. También es algo raro que los dos que optaban por el dominio de Inglaterra de repente se hacen amigos y aliados. ¿En serio? También Harald recibe un medallón que es más propio de la época victoriana que de la medieval. Y que al protagonista, cuando muere, se lo lleven a su tierra en un féretro y esté rodeado con la "enseña"de Noruega es, simplemente, inimaginable.
Harald es un protagonista raro. Incombustible guerrero con un ansia de matar desde chico tremenda cuando está en batalla, relajado es una persona justa, valiente y honesta, incluso galante y dulce con las mujeres (cosa rara en la época). Se enamora rapidísimo, las deja embarazadas y se va, además de tener fetiche por los pies, como que me ha llamado la atención. Echa de menos a su amante o esposa y rápidamente le aparece otra. Tiene muchas historias de amor cortísimas. Y por cierto, históricamente lo de "el Vikingo" como epígrafe no existe. Es "Hardrada", algo así como "el Sanguinario" o "el Despiadado"en noruego. Cuando llegó a rey también se le conocía como "el Rey de la mano dura".
También hay algo sobre él que en el libro no es como en la realidad. Harald acaba bien con casi todos los gobernantes a los que ha servido, pero nada más lejos de la realidad. Generalmente, debía irse de los sitios porque los hacía enfadar. En Constantinopla se sabe que fue encarcelado por "quedarse" con un botín de Miguel V, pero no se menciona nada en el libro, y eso que es algo tan llamativo como que le arrancó los ojos al emperador. Algunos aspectos de la vida de Harald han sido ignorados y otros "inventados".
Ventana con el retrato de Harald III Hardrada en la catedral de San Magnus,Kirkwall, Islas Orcadas, Escocia"El Vikingo no consentía el menor abuso o prepotencia. Era calmoso, noble, accesible, nada altanero. Adornaba su fuerza con un carácter manso, como uno de esos grandes canes que buscan a los perdidos montañeros en medio del glacial. Acompañaba cualquier prédica con su mejor sonrisa. Solo si era atacado sacaba a relucir su casta y una fe en la victoria que lo hacía invencible."
Después de leer esto uno se cuestiona si realmente el libro merece ser leído. Como dije, desde el punto de vista del rigor histórico pues como que no. Pero si se lee como una novela de ficción, como un Juegos de Tronos, la verdad que no está mal. Vikingos, combates, batallas (aunque no las más importantes), enfermedades, heroicidades, amantes y sexo -quizás en exceso-. Podría ser perfectamente una novela épica de ficción, y si le hubiese metido algún dragón, de fantasía. Y debo reconocer que me empezó a gustar cuando dejé de leerla como novela histórica -aunque me resultó difícil porque para reseñar la tengo que leer como es-.
Pero si se lee como una novela de ficción también tiene sus cosas malas también, como todo en esta vida. El autor se centra en el uso de un lenguaje culto, demasiadas palabras "raras" o de poco uso, en detrimento de la calidad literaria. Expresiones como albúr, alimón e infinitas más no ayudan a engancharte a la historia.Digo en detrimento de la calidad literaria porque hay veces que la narración cojea por culpa de la escritura. Frases como la siguiente cuando explicaba cosas del Valhalla no tienen mucho sentido: "Los guerreros muertos prosiguen peleando hasta que no quedase nadie vivo". Están en el Valhalla, están todos muertos. Lo lógico hubiese sido "nadie en pie".
En cuanto a las descripciones tenemos cosas buenas y otras no tanto. Buenas por tener muchos detalles en general, pero también por el uso indiscriminado de palabras muy raras. Además del abuso de explicación de algo sin importnacia: "El menor ruido que produjesen fauna o flora en tres leguas era filtrado y analizado por sus finos tímpanos: el gorjeo de los pájaros, la berrea de los alces, el otilar del lobo, el canto del urogallo, el titear de la nívea perdiz, el silbo del ofidio, el ladrido de los perros selváticos, el cuco del búho y el cuclillo, el frémito del oso, el rebudio del jabalí, el crotorar de la cigüeña en los días largos, el mugido del uro…". Es que ya el lector se entera de que tiene un excelente oído con decirlo, no poniendo a todos animales que habitan en Noruega, que también hay que decir que en Noruega no había uros ni cigüeñas, estás ultimas al menos de forma general.Sí decir que las descripciones de las ciudades están muy detalladas, quizás un poco en exceso, pero el lector puede teletransportarse de lleno a las urbes donde sucede la acción. Sobre todo con Kiev y Constantinopla, las más trabajadas y con un mayor número de detalles. Otras muchas zonas solo son descritas brevemente o, incluso, solamente mencionadas.
La narración tiene unos altibajos gigantescos desde mi punto de vista. Hay secciones que me han conseguido atrapar debido los sentimiento que generan los protagonistas por cómo están narradas, y en cambio hay veces que me canso de los párrafos y se me hace muy pesada la lectura. Un ejemplo de la primera es la narración de la peste negra en Constantinopla en 1030 y poco, que es la parte que más me ha gustado, pero tiene delito que no haya pasado o no esté documentada, aunque espero que algún entendido me diga que sí. Por la contra, me cansa la cantidad de alusiones al sexo femenino que hay. En ciertos momentos, cada tres páginas el protagonista se acuesta con alguna. Todas rasuradas, siempre mencionando el olor de los fluidos femeninos... Frases estilo "Su sexo era un volcán de luz que lo deslumbraba con sus guiños" no están mal, pero se repiten muchísimo. Le da casi más importancia a las escenas de sexo que a las batallas; al menos, en conjunto, hay muchas más páginas de sexo que de guerras.
Y luego está el narrador. Esto es algo increíble. Podría decirse que está en tercera persona semiomnisciente, porque a veces sabe qué piensa Harald y a veces cuando mira al horizonte. Y por si fuera poco, tiene expresiones tipo "nuestro héroe". Esto me ha llevado a plantear una auténtica tontería, pero si lo pienso bien me cuadra todo: el narrador es un acompañante de Harald en sus aventuras pero no un guerrero, alguien del siglo XVI o XVII, en pleno Renacimiento, que viajó atrás en el tiempo para escribir sus memorias, porque la novela, más que novela, parece una biografía novelada. Podría ser un monje, ya que al "despreciar" las batallas se puede decir que no tiene espíritu militar, pero sí narra todas las enseñanzas que Harald recibe por parte de los popes sobre los antiguos conocimientos, y no se corta en relatar las escenas de sexo de Harald. Y bueno, son ampliamente conocidas las historias de monjes que no aceptaban el celibato (por supuesto, no todos son iguales; no se puede generalizar). Como todo el mundo sabe, se dice que si se viaja al pasado y entras en contacto con él, el futuro cambia, lo cual explicaría el porqué de tantos cambios en la historia. Habría de solucionar la "inmortalidad" del narrador y por supuesto la pregunta de ¿cómo narices ha podido presenciar las escenas de sexo de Harald?Esto que he dicho es una tontería monumental, pero es una explicación a tantos "fallos" y anacronismos.
Ahora llega el duro momento de decir "recomiendo esta novela". ¿A quién se la recomiendo? Pues, sinceramente, no sé. Debo reconocer que a mí me ha gustado en el conjunto, no es de mis favoritas pero me ha entretenido, que es lo importante. Pero también digo que ha sido gracias a que dejé de verla como una novela histórica, y la leí como una de ficción con base histórica. Podría gustarle a lectores que buscan una novela con protagonistas vikingos, que no les importen los fallos históricos, o incluso a aquellos que buscan algo tipo medieval con sexo y hachas. O simplemente lectores que quieran entretenerse con un libro, sin ninguna pretensión más allá que el mero hecho de leer.
Este fue un regalo de mi hermano por mi cumpleaños. Una pena porque el libro prometía, pero lo importante es el detalle, así que ¡muchas gracias!