1. Preparar un lugar seguro dentro de casa donde se escuche menos el ruido exterior.
2. Cerrar persianas y cortinas, y encender la televisión o la radio. Ayudará a mitigar el ruido.
3. No dejarles en balcones ni cerca de ventanas abiertas porque podrían lanzarse o ahorcarse (si están atados) ante la desesperación y el nerviosismo.
4. Evitar dejar puertas y rejas abiertas para que no huyan y se pierdan debido al miedo.
5. Mostrar calma y normalidad transmitiéndoles naturalidad. Acariciarlos refuerza su estrés.
6. No ponerse nervioso y evitar la excitabilidad en el ambiente. Voz tranquila y gestos lentos.
7. Nunca regañarles por mostrar signos de miedo o ansiedad.
8. Procurar no dejarles solos durante el tiempo que dure el ruido.
9. Intentar interactuar con ellos jugando y practicando ejercicios de obediencia simples como el "sentado" o el "tumbado".
10. Buscar paseos alejados de los núcleos urbanos.
11. Llevarlos siempre atados con correa, aunque sea una cuerda de quince metros. Si intentan huir, incentivarles para que busquen en vosotros el refugio que necesitan.
12. Sacarlos a hacer mucho ejercicio antes de las noches con mayor ruido, estarán más cansados y un poco más tranquilos.
13. Mandarlos a un hospedaje o albergue lejos de la ciudad donde no estén expuestos a los fuertes ruidos.
14. En casos extremos acudir al veterinario para adquirir tranquilizantes (nunca medicar por vuestra cuenta).
15. Hay soluciones "alternativas" basadas en Flores de Bach y en la Feromona Apaciguante Canina (DAP) que emula las feromonas segregadas por la madre para mitigar el estrés de los cachorros. Siempre supervisados por el veterinario.
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