Desde pequeña siempre le había gustado escribir historias que llegasen a todo el público, soñaba con ver su nombre en el teatro de su ciudad.
Cogía su cuaderno, y lapicero en mano, salía corriendo por el campo hasta llegar a esa pradera en la cuál su imaginación volaba, respirando el aire fresco y escuchando el viento mover las hojas del árbol en el cuál ella se apoyaba.
Su historia predilecta era con una reina como protagonista, casada por obligación con un hombre al que no quería y amando en silencio a otro. Recluida en una vida que no le hacía feliz, viviendo intensos encuentros y arriesgando su corona por amor.
Y por fin había llegado el día , sus piernas le temblaban y le faltaba el aire, así es que intentó volver a aquella pradera, imaginándose el sol atravesando las hojas y dándole en la cara.
Respiró profundo...arriba el telón!