Con ella y los relatos que nos han ido regalando las participantes de los distintos 150 palabras hemos disfrutado estos Domingos. Así que gracias a Marta y a todas las demás.
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Con su mano acariciaba las trenzas que le había hecho su abuela. Aún no podía creer que esa ventanita se hubiera cerrado. ¿Quién la iba a peinar ahora que su abuela ya no iba a volver?
El suelo empezó a sentirlo cada vez más cerca, hasta que se derramó sobre él. No podía pensar en lo extraño que le iba a resultar.
Había ido a verla al hospital, y allí estaba adormecida. Pero entró y le sonrió.Le dijo que se acercara a la cama y se puso a peinarla como tantas veces había hecho. A Claudia le encantaban esos momentos con su abuela.
Le acariciaba la cabeza, y el cabello, mientras le besaba, y Claudia sonreía.
Se dejaba llevar por el amor tan grande que sentía. Ahora sólo serían recuerdos. Y supo que la ventana se había cerrado.
Este relato está inspirado en el cuento que relató El RIncón de Mixca
Nos vemos en la próxima entradaq