Nos llega a través de www.escolar.net de Público esta reflexión de Pilar Velasco. Ahí la compartimos con todos.
(si haces click sobre la imagen la podrás leer en su sitio original)
¿En qué momento y a quién se le ocurrió el desbarajuste político y policial de los últimos cuatro días en Madrid? ¿Quién dijo que resolver el “conflicto” era esto? La delegada del Gobierno Dolores Carrión habló anoche en la Ser y aseguró que la decisión ha sido conjunta entre Interior y el Ayuntamiento de Madrid. Pero no matizó si por decisión entendieron volver a poner el 15M en el punto más álgido y demostrar que los indignados, en España, no descansan siquiera el mes de agosto. Según fuentes policiales y la propia delegada, este tipo de acciones tienen más éxito en estas fechas. Respuestas antiguas para nuevos escenarios porque los veranos, en tónica con los tiempos, ya no son los de antes.
La imagen de la Puerta del Sol como una plaza cercada y tomada por agentes, furgones y cordones policiales; los ciudadanos identificándose, cartera en mano, en todos los accesos; la policía ordenando vaciar cafés y tiendas aledañas; la suspensión del transporte público en un enlace de metro clave además de turístico; la prohibición de dar un paseo, cruzar la plaza, usar el coche; o las fotocopias pegadas en cristaleras del artículo 139.2 de la Constitución recordando el derecho de libre circulación ya han recorrido el mundo. Al menos, han llegado a Latinoamérica y Estados Unidos (desde donde escribo). En CNN, después de las revueltas estudiantiles en Chile, hablaron de nosotros. De nuestra indignación y las protestas. Y digo nosotros porque, en la distancia, no hay debate o posturas enfrentadas. Todos somos la misma noticia. Españoles indignados y un gobierno en apuros. La amenaza del rescate y la prima de riesgo por las nubes. Ciudadanos en las calles y la policía cargando contra ellos. Y esta secuencia, exportada y traducida al inglés, responde más a un estado de sitio que a una protesta de jóvenes a quienes hay que impedir acampar en las plazas.
Si se miden las decisiones por su resultado ésta no pinta bien. Como ya ocurrió el 22M o con la intervención de los Mossos en Barcelona, las medidas que han tomado para resolver un problema de orden público – así lo consideran – dejan la primera y más grave carga policial en Madrid desde que arrancara el 15M. Con tres detenidos (doce según la comision legal de Sol) y veinte heridos, siete de ellos agentes. Y se producen, precisamente, en el lugar que menos hubiera preferido el Gobierno y su candidato, en el Ministerio de Interior. Para hoy, la marcha convocada de Atocha a Sol, pasando por la sede del ministerio en la Castellana, será masiva, con réplicas y gestos de apoyo en la mayoría de ciudades españolas. ¿Es esto lo que esperaban conseguir en agosto?
Si Rubalcaba pretendía tener un diálogo más o menos fluído con el 15M, incluidos guiños a sus reivindicaciones, lo que hoy tiene en las redes sociales es un reguero de hashtags en contra: #Rderepresion, #madridsinmiedo, #plazatomada, #4agosto. Y en la calle, cientos, miles seguramente, de ciudadanos en una movilización que igual que nunca necesitó pedir permiso para salir a la calle, tampoco es fácil prever qué decisiones tomará en las asambleas según transcurren los hechos. Anoche terminaron a las tres. Hoy, no parece que lo vayan a hacer antes. Como decía Antonio Fraguas en su Twitter, pase lo que pase, ellos, el 15M, tendrán la última palabra.