“Deseo que esa cabeza dentro de ese mítico casco con los colores de la bandera brasileña se mueva. Que alce su dedo pulgar en señal de que está bien. Que salga por su propio pie del coche. Pero la secuencia es otra bien distinta y está grabada a fuego en nuestras cabezas. Nada se mueve dentro de ese coche destrozado. Los médicos intentando sacarle, su cuerpo tirado inmóvil en el suelo, el helicóptero despegando con él… Con lo que quedaba de él, porque Ayrton Senna se había ido y con él se fue un pedazo de cada uno de los amantes de la F1″ (Nira Juanco).
El mismo sentimiento que expresaba Nira Juanco en estas líneas es lo mismo que pensamos todos cada vez que vemos esa vuelta a través de la cámara subjetiva del Williams de Ayrton Senna. Para muchos pilotos el tricampeón del mundo era su ídolo, la persona que todos querían ser y de la que aún hoy pueden aprender.
En cada deporte existen figuras memorables que perduran en la memoria de todos y que marcaron un antes y un después en la historia de dicho deporte, ese es precisamente el papel que tuvo Ayrton Senna en la Fórmula 1, el de crear historia.
Su vida profesional estuvo ligada a equipos como Toleman, Lotus, McLaren y Williams, aunque uno de los mayores recuerdos entre los aficionados, fue su intensa rivalidad con el piloto francés, Alain Prost, sobre todo durante los dos años en los que fueron compañeros de equipo en la escudería McLaren.
“No soy una máquina; no soy imbatible; simplemente, el automovilismo es parte de mí, de mi cuerpo. Cuatro ruedas, un asiento, un volante. Y esta es mi vida de siempre” (Ayrton Senna)
Ayrton Senna consiguió un total de 3 campeonatos del mundo (88, 90 y 91), 2 subcampeonatos (89 y 93), 41 victorias, 80 podios, 19 vueltas rápidas en carrera, 65 poles, 161 Grandes Premios y un total de 614 puntos conseguidos, palmares que sin ninguna duda hubiera seguido aumentando si no hubiese sido por ese trágico 1 de Mayo de 1994.
Aquel día durante el Gran premio de San Marino de 1994, la Fórmula 1 perdió a un campeón, a aquella persona que a pesar de conocer los riesgos, iba un paso más allá del resto, que decidía volar sobre la pista, ya fuera en seco o en mojado, él quería ser el más rápido y lo demostraba cada día.
“No sé conducir de otra forma que no sea arriesgada. Cuando tengo que sobrepasar, sobrepaso. Cada piloto tiene un límite. El mío es un poco arriba del de los otros” (Ayrton Senna)
Afortunadamente su muerte no fue en vano, a partir de ese momento la Fórmula 1 comenzó a tomar medidas para hacer de las carreras un deporte un poco más seguro. Cambios en los circuitos, mayores salidas de emergencia, monoplazas con mayor seguridad para los pilotos… Ayrton Senna murió, pero de alguna manera salvo muchas de las vidas de los pilotos que le sucedieron.
“Correr, competir, lo llevo en la sangre, es parte de mí, es parte de mi vida” (Ayrton Senna)