Revista Arte

20 poemas de amor y una culpable...

Por Víctor José Guindo Singh


20 poemas de amor y una culpable...
Palacio de Dragones. Collage 30X40 Cms interior enmarcado.

1---
Mujer.

Quiero viajar hasta tu vientre
para nacer de nuevo...:

Eres madre de los besos...,
Dueña del amor...:

Canta tu canción de cada día
Y así me harás más fuerte.


2---
El primer beso.

Sombra y silencio me envuelven
antes del Tiempo.

Calor y humedad me acarician…;
guardado como aljófar entre mágicas valvas…:

Lejos del Mundo
mis labios sin culpa,
aún sin lloros,
rozan con mimos la carne de Ella…


3---
Para una Infanta.

Fulgura lo profundo

De sus cuencas vacías…

Yace en su mecedora,
urdiendo tramas de retorno

En perpetuo extravío…

Su reloj ya no cuelga en la pared…:
Las agujas dan saltos
hacia el vidrio de la tapa;
el péndulo reposa como ariete enmohecido

Ya no hay puertas…

Duendes y brujas se perdieron
en la umbría del sitio
donde partió la Nana.


4---
En un parque.

Hélitro cortante:
deshoja de inciertos el silencio,
hinca la música
en esta hendedura del ocaso
donde navego el olor de tu cuerpo…

El Misterio sale de su estuche
mientras unjo, con la lengua,
las sagradas paredes del delirio…

Un grito es ya ciego
al evocar una frontera 
que no existe.


5---
Nostalgia.

Ondean tus bocetos
al soplo de un perfume
hincados a paredes de luz
en las secretas galerías del Tiempo...

Rezuma por mis dedos
la antigua romanza de tu piel...

Gime la memoria
al evocar destellos de húmedo filo...


6---
Mujer-Pez.

Recluso, como en el vidrio...;
en mis manos, las pompas de tu aliento.
Espiral de la imagen al deseo...:
Hacia el fondo...

¿Para qué respirar, entonces?

Cuando un disco de fulgor
se eternice de nuevo en lo grave de las horas
habrá ya tiempo a un Reino del aire...


7---
Para una Dama.

Linaje de brisa y espuma…
Los niños vienen a tu encuentro
por donde pasas.

Y eres tan suave en el amor
que miras como una virgen
asustada y hambrienta de lo que no conoce…

Eres la sombra del Estero
donde yace el montaraz cuando huye,
una y otra vez,
del oculto acecho presentido…


8---
La Tejedora.

Cuerdas, como Naipes,
tensaste en el abismo…:
Precaria urdimbre de arpegios
que un soplo feroz no rasga…

Desde mi torre
te observo danzar, desnuda,
encima de la roca ardiente…

Aracné, hechicera sin alas,
mejor prenderse en tu tela
que vagar la Estancia del aire…


9---
La Dama del Coto marino.

Sentado en esta hondura
un pez me confiesa su silencio…:

… Te mueves entre la brisa;
suelta sobre la blanca arena…

Perdona; con la magia de los Elfos
hago llover con sol, en tu paisaje,
la llovizna más dulce
que escurra por toda tu piel…;
húmeda espiral que hilvane aciertos.

Es letargo febril este Azul compartido…


10---
La Dama de los acantilados. 

Soy El Caballero de las olas encrespadas, 
vencedor del Hastío y del Cardumen…
Hilvano los arpegios de secretas caracolas
en briznas de colores impalpables…: 

Un aullido quedó hincado
en las púas de la roca
y unge las aguas…

Soy Árbol mensajero de cobijo que arrulla
y reposa La Niña en el tibio musgo de Mi Silencio
mientras La Noche paga, con sus horas,
el precio de La Mañana… 


11---
Antinea.

Un hechicero, en Tassili,
lame con cerdas tu piel y unge la roca...:

Ménade, Infanta o Bailarina...?

La pared de la gruta
es un vitral de los Espacios
donde tú vives...


12---
Hadassa.

La albura de un cuento remoto
viajó de vuelta hacia tu piel.

Arbol recóndito de fruto cautivo;
un aire suave
se pierde en la fronda de escarcha...

La cruz de la saetilla
dispone la Gracia perpetua de tu hechizo...:

En el crepúsculo,
naciendo del dolor de oleaje y espuma...

Viene huérfano de ópalos el Mar,
adornan la fiesta en la mirada
donde me hundo...


13---
Hadassa en Algaida.

Qué asombro de animal espantado
cruzó por tu senda hasta la espesura...?

Qué misteriosa lluvia
escurre por tu piel...;
y cuál sutil aroma
te salpica, completa,
el Niño de tu tiempo...?

Qué anónimas sombras vienen,
 de madrugada,
a visitar tu sueño...?

Hadasá...!  yerran las voces...:
y un Elfo te lame los labios
con una llama tibia...


14---
Estaciones.

Se me lían las distancias,
y el tiempo fluye en lentos remolinos
tornándote en el surco
del último recuerdo...

Te me pierdes a lo largo de salones,
tras un muro móvil de apariencia invisible...;
y tu voz flota en algún sitio,
olvidada del Eco...

Quiero encontrarte al otro lado
de esta lluvia de silencios
y alcanzar toda tu piel en un minuto
que se clave como punta
en el reloj secreto de nuestra geografía...


15---
Precinto mudo.

Devorando los nortes de mi sueño
crece la Aguja de roca encantada,
palacio que custodia El Silencio...:

En el recinto espiral con sus peldaños
yacen poemas con sólo la palabra de Tu nombre...

Un suave perfume de ternuras
roza los vidrios tapiados
y va a esconderse en las grietas del muro...:

En el ático
una niña candeal de ojos de ópalo;
extranjera en cada vientre,
no en el tuyo,
me mira y no comprende La Distancia.

Alzo la voz para herir al Centinela,
y sólo sale musgo de mi boca...


16---
Anónimo.

Desde un remoto paraje,
más allá de los recintos
de invisibles muros,
llega, débil,
un monótono vibrar desesperado...:

Es el eco de tu ansia
en las puntas de mi cuerpo.


17---
La Dama centauro.

Sobre un absurdo bosque de cabezas
cabalga una centaura de crin de soles...;
pareciera que el aire no la toca
mas se inclina ante su paso; 
y que algún lirio, oculto,
se marchitara de celos...

Mi ojo es una lengua con velamen
surcando un mar de suave piel
entre olas y espuma como tibio terciopelo rosa...

¡Si acaso me perdiera yo,
prendido a tus ancas,
por Dios sabe cuáles senderos sin retorno...!

¿Sabe alguien si tu lengua y la mía
serán las alas de una mariposa de carne
que descienda a los recónditos surcos de ambos cuerpos,
ungiendo con saliva los olores:
esos mudos y salvajes gritos de la piel...?

Sobre el misterio de la hierba donde reposas,
y de lo que mi boca nunca te dijo,
sólo tú sabes...


18---
Al dorso de la búsqueda.

Pavura de muchedumbre 
que no torna al polvo...

Qué hazaña en el frío silencio
de aquel oscuro Espacio...;
raptando, al azar de trémulos roces,
la más bella...:

En amplia galería
yacerá como nocturna mariposa
en el suave color de terciopelos...:

Soberbia marmórea, azul delicado;
tersura perpetua...

Náufrago, en medio de la Sala,
pronuncio su nombre, que ignoro...;
beso su boca, dormida...;
y  trato de alcanzar el sueño
del cual huyo...


19---
De nuevo Orfeo.

Busqué El Amor
como al acuoso fantasma
en muro frio de claustro secreto...;

bajo el sol nocturno de un día
que ignora amaneceres...;

en la abisal hondura 
de algún mar de silencios;

ciego, dentro del relámpago;

Entre la fina hierba, 
en laderas y cauces de tu piel...:

En pos de tu rostro, ausente,
como de Venus decapitada...,
sin brazos.


20---
sueño de la Desmemoria.


El domingo se hace largo cuando el amor se acorta.
Ludovica Squirru.

HOY es un domingo interminable,
no importa el día...;
huérfano de Dios, de fe y de amores presentidos
hago malabares en la cuerda de un arpegio
y escapar es una burla...

Te quedas un minuto más en mi sueño,
antes que el dolor se torne letargo
como el rumor imperceptible de la lluvia
en los techos de cerámica antigua...

Haces que tu olor quede prendido
en las grietas del aire,
y que nuestras palabras, como un soplo,
vuelen por los áticos
y se posen en alguna esquina...

Me marcas con el recuerdo
de alguna mirada como de azules
y entonces viajo al paisaje secreto,
al Santuario con ofrendas de silencio
para tu imagen, borrosa,
cautiva en los cálidos laberintos del Tiempo...

---
---

La Luna enmudecida.

No se sabe cuántos días
La Luna pasa de Nueva
sin salir de su negro disco de silencio...:

Acaso la vergüenza del cristal plata mentido
en la promesa de plenitudes
le selló el rostro...

Lobos, amantes y vampiros
Aúllan, suspiran y aletean entre sombras,
penitentes de esperanza...;

su tiempo es un instante detenido
en la memoria del último gélido destello... 


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