Hercólubus es un planeta imaginario ideado por Joaquín Amortegui Valbuena (alias V.M. Rabolú) en su libro Hercólubus, o planeta rojo. Según éste estaría situado en un supuesto sistema solar llamado Tylo, que estaría acercándose a la Tierra y profetizando la catastrofe apocalíptica del fin de los tiempos. Rabolú cita datos pretendidamente astronómicos para defender la existencia de este astro.
Al parecer, el Planeta X (también conocido como Nibiru o Hercolubus) fue descubierto por los astrónomos a principios de 1980 en los confines más remotos del sistema Solar. Se ha rastreado por observatorios infrarrojos; se ha visto merodear por el Cinturón de Kuiper y ahora se está acelerando directo hacia nosotros para entrar en el interior del sistema solar en 2012. Entonces, ¿qué significa esto para nosotros? Bueno, los desastres de la llegada del Planeta X a nuestro planeta adquirirán proporciones bíblicas, y lo que es más sus efectos ya se están sintiendo en este momento. Millones, incluso miles de millones de personas morirán, el calentamiento global aumentará, terremotos, sequías, hambrunas, guerras, colapso social, incluso fulguraciones solares asesinas... todo esto será causa de Nibiru cuando atraviese el centro del Sistema Solar. Todo esto sucederá en 2012, y debemos empezar a prepararnos para nuestra desaparición desde ya mismo...
Se ha enfatizado mucho en el final de la "Cuenta Larga" del antiguo calendario Maya. Según este calendario y el mito maya, algo va a suceder el 21 de diciembre de 2012. Ahora los fans de Nibiru parecen haber calculado que este planeta mortal hipotético, llegará desde una órbita excéntrica para causar estragos gravitatorios sobre la Tierra, provocando daños sociales, económicos, ambientales y geológicos, barriendo a una gran parte de la vida en la Tierra en 2012.
Lo siento mucho por los entusiastas de esta "profecía", pero los "hechos" que apoyan el Planeta X/mito de Nibiru, sencillamente no cuadran. No te preocupes, el Planeta X no llamará a nuestra puerta en 2012 y aquí está el porqué...
El planeta Neptuno fue descubierto en 1846 porque se detectaron perturbaciones orbitales en el planeta Urano
En 1843, John Couch Adams (un matemático británico y astrónomo) estudió las perturbaciones orbitales de Urano y dedujo que a través de interacciones gravitacionales, que debería existir un octavo planeta, tirando del gigante gaseoso. Esto llevó al descubrimiento de Neptuno, que orbita a una distancia de 30 unidades astronómicas del sol. Ha habido numerosas ocasiones en que este método se ha utilizado para deducir la existencia de otros cuerpos del sistema solar antes de que fueran observador directamente.
Neptuno también experimentaba perturbaciones orbitales, y en el descubrimiento de Plutón en 1930, se pensaba que el bien llamado "Planeta X" había sido descubierto. Por desgracia, la masa de Plutón era minúscula, y una vez que la órbita de Caronte (el satélite de Plutón) fue analizada se descubrió que la masa del sistema Plutón-Caronte era demasiado pequeña para afectar la órbita de Neptuno. La búsqueda del Planeta X continuó...
Después de años de especulación e investigación histórica, se creía que lo que un buen grupo de astrónomos estaba buscando era un gran planeta o una pequeña estrella, posiblemente, un compañero de nuestro Sol (haciendo del sistema Solar un sistema binario). El nombre de "Nibiru" fue desenterrado por el autor Zecharia Sitchin, en la investigación de la posible intervención de extraterrestres en la historia primitiva de la humanidad. Nibiru es un hipotético planeta tal como se enseña en la cultura sumeria (los sumerios existieron alrededor del 6000 a Jc al 3000 a Jc, antes que Babilonia, en el actual Irak). Hay muy pocas pruebas arqueológicas que sugieran que este mítico planeta tenga algo que ver con el Planeta X. Pero debido a esta dudosa conexión, los agoreros creen que el Planeta X y Nibiru son la misma cosa, un antiguo cuerpo astronómico que ha regresado después de una larga órbita más allá del Sistema Solar.
Bueno... entonces la conexión Nibiru o Planeta X puede ser un poco endeble, pero ¿existe hoy en día alguna evidencia sólida para Nibiru?
Se ha puesto mucho énfasis puesto en el "descubrimiento" de 1983 de un misterioso cuerpo celeste por el Observatorio infrarrojo espacial de la NASA, IRAS, en los confines del sistema solar, a unos 79.000 millones de km (540 UA) de distancia. Naturalmente, los medios de comunicación mundiales se entusiasmaron por este descubrimiento y comenzaron a hacer ruido sobre que quizá éste fuera el temido Planeta X. En realidad, los astrónomos no estaban seguros de lo era este objeto de infrarrojo (la clave está en la palabra "misterio"). Los informes de los medios de comunicación iniciales postularon que podría ser un cometa de largo período, o un planeta, o tal vez una lejana galaxia, una protoestrella o una enana marrón. Tan pronto como la última posibilidad se mencionó, de pronto esto se convirtió en el "descubrimiento" de que el Planeta X era en realidad una enana marrón orbitando en los confines de nuestro sistema solar.
Tan misterioso era el objeto que "los astrónomos no saben si es un planeta, un cometa gigante, una cercana "protoestrella" que nunca se calentó lo suficiente como para convertirse en una estrella, una galaxia distante tan joven que todavía está en proceso de formación de sus primeras estrellas o una galaxia tan envuelta en polvo que no permite que se reciba luz alguna de sus estrellas." "Thomas O'Toole, redactor del Washington Post, 30 de diciembre de 1983.
Continuará...