16/03/2013. Monte Walsh, William A. Fraker, 1970, USA
Uno de los contados trabajos de dirección del estupendo operador William A. Fraker y uno de los mejores western de los 70, centrado en el declinar de una forma de vida. A la vez retrato sincero de la vida de los cowboys y summa mitológico-crepuscular de los mismos en una síntesis de estilo USA y sensibilidad europeizante. Intenta compatibilizar el exterior naturalista con las intenciones estilizadas en un conjunto lírico atravesado de una melancolía nada artificiosa aunque en el tercio final se le vaya algo la mano en las intenciones de subrayar a Monte Walsh como el último de una clase hombres. Está llena de detalles, humor, ternura y tristeza, además de soberbiamente interpretada con Jeanne Moreau bellísima, Marvin tan bien como siempre y un Palance excepcional a contratipo como vaquero bonachón que solo desea asentarse.
19/03/2013. Infierno blanco, Joe Carnahan, 2011, USA
Una película escindida y malograda que al no querer conformarse con ser un relato lacónico de supervivencia desbarra entre melodramatismos, aspiraciones metafísicas y excesos verbosos. Pasada de metraje, reiterativa y con personajes por definir resulta estar, por el contrario, estupendamente rodada, con detalles de puesta en escena y composición de gran fuerza, buen uso del off y una muy física integración de los personajes en el paisaje que remite al western (bien se pudiera sustituir a los lobos por indios y tendríamos un western de frontera, tal y como sucedía en la más directa Centurión de Neil Marshall) aunque admitiendo detalles casi fantastique.
20/03/2013. Río de sangre, Howard Hawks, 1952, USA
Dos horas de verdadera felicidad en formato de relato de aventuras agreste, viril y lírico. Una película que se mueve al ritmo del clima y las estaciones, un canto melancólico y sin embargo vitalista desde la modernidad de 1952 a un sentido de la vida primitivo, básico y esencial. Cine de espacios abiertos pero no paisajístico, sentimental pero alejado de mojigaterías, depurado hasta parecer tosco como una talla en madera. Todo esto para contar las mil y una aventuras de un grupo de pioneros remontando el Missouri hasta donde ningún hombre blanco había llegado antes, no tanto para extender la civilización como para saber qué demonios habrá allí; esas cosas que se hacen por el simple deseo de hacerlas; y luego contarlas.
21/03/2013. Mannaja (El valle de la muerte), Sergio Martino, 1977, Italia
Spaghetti-Western terminal acometido por Sergio Martino a base de robar un poco de allí y otro de aquí, incluido de sí mismo en ese prólogo que fusila su estupenda Torso, para ver si había manera de seguir un poco más deslocalizando el carisma gañán de Maurizio Merli. Sin el afán trascendente de la medievalizante Keoma resulta poco más que un producto a contracorriente, simpático por ello, que regresa los lugares comunes del género con ciertos apuntes fantasmagóricos y detalles sádico-pintorescos como la tortura al protagonista o su preferencia por el tomahawk como arma ejecutora. Indescriptible tema central de los hermanos De Angelis, villanos con dignidad de parte de Philippe Leroy y John Steiner y algún detalle estético interesante, que después de todo Sergio Martino había sido un director sugestivo, aunque su mejor época también hubiese caducado.
22/03/2013. Masacre, Gordon Douglas, 1973, USA
Un mercenario que hace tiempo molestó a la Organización debe ahora afrontar la venganza de la misma… y esta su contraataque. Un rudo thriller blaxploitation al servicio de la masculinidad de Jim Brown, malo durante tres de sus cuatro tercios y soberbio en el último, electrificado por la presencia de Don Stroud como sádico asesino a sueldo y durante el cual Gordon Douglas realiza en ejercicio de concisión, laconismo y sentido crudo de la violencia que recuerda al gran director que es.
23/03/2013. Viaje sin destino, Rafael Gil, 1942, España
Comedia paródica sobre los tropos de las películas de caserones encantados que supone una plasmación cinematográfica del tipo de “Humor Nuevo” practicado por su guionista José Santugini desde antes de la Guerra Civil. Así la trama es una excusa para encadenar gags y chistes verbales, citar faquires y antropófagos o comediear con la fantasía escapista, el absurdo y los géneros populares. Un film típico, además, del estupendo Rafal Gil de los primeros 40 al servicio del no menos estupendo Antonio Casal, fugitivo de la rutina como le definió Santiago Aguilar, rodeado de característicos prodigiosos; en especial Alberto Romea y Camino Garrigó respectivamente demente dueño del hotel donde sucede el asunto y ama de llaves sorda como una tapia.
25/03/2013. Los Ángeles del Infierno, Roger Corman, 1966, USA
Clásico (¿fundador?) del cine biker acometido por Corman tras el ciclo Poe y previo a sus magistrales títulos gangsteriles, con los cuales comparte urgencia, sentido de la violencia y aspereza. Provisto de imágenes icónicas supone tanto un producto descaradamente exploit como un pesimista drama existencialista sobre el desencanto con un modo de vida. Reparto carismático y ecléctico, banda sonora sensacional y salvajismo en cantidades industriales.
26/03/2013. The Trip, Michael Winterbottom, 2010, GB
Una comedia realmente curiosa, producto por otra parte (y paradójicamente) típico tanto del carácter inquieto de su director como de la personalidad de Steve Coogan, su actor protagonista, que por demás es una profundización en los planteamientos de sus anteriores colaboraciones en 24 Hour Party People y Tristam Shandy. En definitiva una manifestación de ese cine (y televisión) del presente que elimina los bordes de la representación, planteando un ejercicio de autoficción y de (con)fusión. La excusa es un viaje por varios hoteles y restaurantes del Norte de Inglaterra que Coogan realiza para una revista y durante el cual le acompaña su amigo el también actor, y también cómico, Rob Brydon. Ambos realizan variaciones sobre sus roles públicos a lo largo de un desarrollo cómico-patético, brillante durante las largas improvisaciones pero en conjunto demasiado reiterativo y con caídas en el lugar común, aunque ofrece a cambio apuntes maliciosos (de todo tipo), un gran sentido de la observación, genuina complicidad y una autoironía bastante ácida.
27/03/2013. Backfire, Vincent Sherman, 1950, USA
Como en no pocos títulos noir de posguerra una historia sobre la imposibilidad de reintegración de los combatientes camuflada tras un relato criminal más o menos ordinario (esta vez más). Un veterano mantiene el sueño de levantar un rancho tras recuperarse al completo de sus heridas. Lo malo es que poco antes de salir del hospital su mejor amigo y socio se ve envuelto en un complot que incluye una acusación de asesinato. A partir de aquí una alambicada intriga (que se adivina a la primera y desaprovecha las cualidades paranoicas de su planteamiento) reconstruida en flashbacks y guiada por una pareja de improvisados detectives, el herido y su novia enfermera; lo cual, junto a ciertos rasgos diseminados por el metraje que tiene que ver con la personalidad del asesino, sugiere una lectura protogiallo. Más allá de esta curiosidad y de sus buenos intérpretes quedan los acogedores lugares comunes del género.
28/03/2013. Billy Liar, John Schlesinger, 1963, GB
Variación free sobre La vida secreta de Walter Mitty que rompió con el asfixiante realismo del movimiento no en base a negar el mismo, sino aplicando igual dosis de autenticidad a la vida imaginaria de sus protagonistas. Tom Courtenay se hace icono por segunda vez como el exaltado héroe, quien incapaz de huir físicamente de su entorno lo hace mentalmente, triunfando así en cierto modo sobre sus propias limitaciones… o bien al contrario, se refugia en la imaginación ante la imposibilidad de afrontar la realidad, negándose a asumir sus propias necesidades de ruptura. Una comedia al tiempo vitalista y triste, definitivamente ambivalente, que infiltró de pop el free cinema abriendo así el campo de representación.
29/03/2013. Cleopatra Jones, Jack Starrett, 1973, USA
Sin excusa ninguna un puro tebeo de acción protagonizado por una superheroína de barrio cruce de Flint y Luke Cage. Enfrenta a la descomunal Tamara Dobson contra una Shelley Winters genial como gangster lesbiana, sádica y desquiciada, casi una parodia tebeística de su cometido anterior en Mama sangrienta. El resultado, presidido por una demencial sentido de la moda y desbordante de carisma macarra, se aleja de cualquier tentación realista para plantear un combinado de humor, violencia hiperbólica y sensualidad anda mal dirigido por Jack Starrett, actor de carácter y uno de esos cineastas brutos de los 70 a los cuales merece la pena desenterrar.
29/03/2013. Flower Power (como una regadera), Joel Hershman, 2000, GB
Sepultada por culpa de un título español idiota una comedia amable y ternurista que remite por igual a la escuela Ealing como a otras películas coetáneas sobre la recuperación de la dignidad, en este caso unos presos dedicados a la jardinería que aspiran a participar en un concurso nacional. Plenamente lograda en sus aspiraciones, por modestas que estas sean, emociona con limpieza y encima está estupendamente interpretada.
30/03/2013. Woochi, Choi Dong-hoon, 2009, Corea del Sur
Una desmadrada mixtura de fantasía, wu xia, humor anacrónico, romanticismo y acción que en coherencia a este carácter poligenérico del cine coreano admite por igual parches tomados de las películas de superhéroes, el anime, Terminator, Un historia china de fantasmas o Los visitantes. Divierte y funciona a rachas, tanto por su imposible heterogeneidad como por la incontinencia en el metraje (un rasgo también del cine surcoreano) y la horterez de la estética digitalizada. La historia se ocupa de las hazañas de un mago pícaro y su fiel perro humanizado combatiendo a unos demonios legendarios en un lapso de cinco siglos.