Revista Opinión

2023: Nada bueno se avecina

Publicado el 01 enero 2023 por Liberal

Si estuviera escribiendo esta entrada hace muchas décadas atrás, sin duda el título parecería asombroso. Hace muchas décadas atrás, todo parecía, para algunos, estar mejorando. Mejor tecnología, mejor esperanza de vida, más «libertades personales» (esto es falso, pero así lo percibía mucha gente que confunde enseñarle sus partes íntimas como pervertidos a los demás), etc. Sin embargo, siempre hubo un grupo reducido de personas, en el que me incluyo, advirtiendo de que las cosas no iban por buen camino. Incluso, no parábamos de avertir que ibamos a ir perdiendo libertades, de forma paulatina, y así mismo ha sido. Abrimos el 2023 y hoy, si comparamos a tan solo 20 años atrás (o más), tenemos bastantes menos libertades en prácticamente casi todo, y si vives en Estados Unidos, el país es ya un país totalmente transformado en términos étnicos, raciales, y espirituales, exáctamente como algunos advertimos ya desde los años 90 y 80 que iba a ocurrir. Un país que tenga una demografía compuesta de gentes que no descienden de los amantes de la libertad no puede ser un país libre. Peor aún si esa creciente mayoría demográfica es de grupos raciales resentidos que piensan que los de raza blanca les «deben» algo. El pasado año 2022 ha sido un año horrible y, yo diría, se puso ya uno de los clavos finales en el ataúd de los hombres libres. En el 2023, nada bueno, políticamente hablando, se avecina. Recordad que casi todos mis pronósticos políticos suelen cumplirse y no hace falta ser brujo para contemplar la evidencia que nos rodea para saber hacia dónde vamos en el mundo occidental.

Aquí en EEUU (pero también en los países europeos) ya no hay ningún sentido de identidad nacional o espiritual, no es posible evocar ningún tipo de sentimiento familiar de un grupo tan grande de personas como las que hoy habitan en este país. El pueblo americano es, tal y como dijimos décadas atrás que iba a ocurrir, demasiado heterogéneo, demasiado dividido, demasiado egoísta, demasiado hastiado y, peor aun, demasiado confundido por la propaganda de los medios de comunicación controlados como para responder unidos, en la forma que sí podrían haber hecho y lo hacían hace 100 años atrás, cuando este país seguía siendo de mayoría blanca protestante. Hoy por hoy, los blancos solo componen el 59% del país y es el grupo racial que más sigue bajando en cuanto a nacimientos se refiere. La mayoría de las mujeres blancas hoy son feministas, y tremendamente anticristianas. De hecho, yo diría que el grupo racial más izquierdista y «woke» en EEUU, y así lo demuestran los datos del voto, son las mujeres blancas, sobre todo las que tienen título universitario. Ya incluso la famosa escritora Ayn Rand, nada sospechosa de ser religiosa ni conservadora, dijo que el peor enemigo de EEUU era las universidades.

Un pueblo racialmente dividido es un pueblo muy fácil de controlar. Ese ha sido el objetivo número uno desde los años 50 y 60 del siglo XX. Donde quiera que mires, desde la música popular al cine, los mensajes de propaganda son los mismos, son las mismas mentiras: todos somos «iguales» (unos más que otros, eso sí, como decía Orwell), y el hombre blanco cristiano, sobre todo el protestante, es el peor ser de todos. La propaganda alienta la forma más egoísta del individualismo. Los enemigos que controlan los medios de comunicación saben que solo pueden controlarnos si carecemos de algún tipo de sentimiento de solidaridad. Por eso han promovido todo tipo de «diversidad cultural» como lo llaman– parejitas homosexuales, banderita de «orgullo gay», exaltación de razas no blancas, feministas, transexuales, y ahora últimamente hasta promueven pedófilos, como hemos visto en el último escandalazo de la policía escocesa diciendo que los pedófilos son «personas atraídas a menores». Cuando los «reaccionarios» advertimos hace muchísimos años que la cosa no se iba a quedar en el matrimonio «gay», la gente se burló y nos llamó cavernícolas. Pues ahí tienen. La POLICÍA, siguiendo, ¡cómo no!, las directrices de BRUSELAS, ahora tienen más respeto a un pedófilo que a un cristiano. ¡Qué bajo y qué rápido ha caido el érase una vez «Gran» Britannia! No nos debe sorprender en un país en el que ya los cristianos proterstantes son una minoría. De hecho, no es del todo correcto llamarles ya británicos, pues siempre se entendió británico como miembro del protestantismo, y así oficialmente todacía hasta su reina o rey ahora, es el cabecilla de la iglesia. Más bien, al igual que los españoles o los estadounidenses actuales, son un conglomerado de seres humanos sin identidad que comparten tener el mismo pasaporte. Todo lo han ido promoviendo de forma positiva menos, por supuesto, a los hombres y mujeres de raza blanca y cristianos, sanos y decentes. Eso ni hablar, porque es al revés: nos pintan como enemigos de todo lo que ellos representan y bueno, si eres consecuente, en eso tienen razón. Ninguna persona de mente sana puede apoyar la basura demoniaca que nos han ido imponiendo en las últimas décadas.

Y esta propaganda de los medios controlados ha confundido a mucha gente. Ha hecho algunos de ellos
sentirse culpable por ser normal y sano. Ha hecho que algunos de ellos sientan que deben tolerar cada
especie de inmundicia y perversión. Los ha desarmado moralmente y los ha hecho vacilar en contraatacar. Fijaos en el caso de Madrid. Hay más banderas de «orgullo» gay en los balcones que banderas españolas. Estoy muy seguro de que hay gente en Madrid que se sienten asqueadas con la situación, pero tienen pánico, terror, de decir algo políticamente incorrecto y como la mayoría de personas son «lemmings», «borregos» que solo buscan la aprobación de sus amigos, pues nuestros enemigos tienen el perfecto caldo de cultivo para salirse con la suya. Hoy, España es uno de los países más degenerados del mundo. Nunca fue un país libre, ojo, pero al menos antes era un país por y para los españoles, con sus defectos y virtudes. Lo mismo podemos decir de EEUU, con la diferencia de que aquí todavía quedan más luchadores por la libertad porque las razas nórdicas son mucho más «duras» en esto que la mayoría de los mediterráneos pusilánimes y corto placistas.

Pero ciertamente, la propaganda no nos ha confundido a todos. Yo soy un ejemplo, y probalmente tú, el lector seas otro ejemplo. Si me equivoco en esto, si sientes que es tu deber tener amigos «trans», o sonreír cuando te pasas por al lado de una pareja mixta, o si dices aquello de «ningún ser humano es ilegal», «abrid fronteras», entonces esta página web no será de tu agrado. Véte a una página web con «diversidad» de la que te gusta, o véte a algún partido de baloncesto, o algún concierto de reguetón, donde te sentirás como en casa.

Los que controlan los medios, por supuesto no están de acuerdo con esta página. Les gusta hablar de la «dignidad humana» como si fuera un rasgo universal. Pero no lo es. Solo compara la forma en la que se solía vivir en América, EEUU, hace 30 0 40 años o incluso 70 años atrás con la forma en que los africanos, mexicanos, o asiáticos vivían y siguen viviendo en sus propios países.

En general, al hombre blanco (y este sentir es incluso más evidente e intenso en las razas nórdicas) no le gusta vivir apiñado como hormigas en un hormiguero, y tener a sus vecinos encima de él, compartiendo todo en común y sin tener casi nade de lo que puedan llamar «suyo». Lo natural es tener un pequeño espacio propio a su alrededor, tener privacidad, propiedad privada y dejar que los vecinos tengan la suya sin interferencias. No nos gusta que nuestras vidas sean reguladas por la mafia, o por el estado. Necesitamos la libertad de tener nuestras propias ideas (y hemos ido a la guerra en el pasado por ello, como en la Reforma protestante), hacer nuestras propias empresas, y beneficiarnos de nuestro propio esfuerzo y éxitos. No toleramos muy bien la corrección política forzada. Cuanto más el hombre sea «no blanco», menos le interesa su libertad. Este fenómeno lo vemos en la propia España. El catalan ha sido, tradicionalmente, entre los más «europeos blancos» de España, y eso se nota en su ansia por la libertad. Sin embargo, este discurso, a un andaluz o extremeño o murciano, le parecerá bastante «raro».

Por supuesto, así se vivía en EEUU antes de sufrir sus grandes «dosis» de «diversidad» impuestas por el estado y los medios de comunicación. Cualquiera con memoria sabe que se podía caminar por la noche sin que te robaran, violaran o dispararan. No existía las drogas en los colegios. CERO DROGAS. Todavía había suficiente respeto por la privacidad de otras personas y derechos de propiedad que no te tenías que preocupar de intrusos ni tener que clavar todo y cerrar con llave absolutamente todo para evitar que te roben. Todavía existen partes de EEUU así, cada vez menos, y son esencialmente las partes rurales blancas y protestantes. Pero dondequiera que el gobierno y los medios controlados hayan logrado transformar el país en un tugurio del Tercer Mundo, hemos perdido nuestros derechos, nuestra dignidad y nuestro honor. Hemos sido obligados a acostumbrarnos a un deterioro en la calidad de vida. Nos hemos visto obligados a tolerar todo tipo de comportamientos inaceptables, todo tipo de intrusiones inaceptables que nunca tuvimos que tolerar antes. Se nos exige tolerar todo tipo de inmundicia y perversión: trans delante de niños en los colegios, invasiones migratorias, músic asquerosa, hacinamiento, «sin techos» amenazándote por la calle o mientras comes en un restaurante, y turbas de «Black Lives Matter» que publican tu dirección si dices algo que no les gusta y hasta acosan y amenazan a familiares, aún si no tienen NADA que ver. Llaman a tu empleador y éstos te despiden por tener una opinión diferente, y por si eso no fuera suficiente, hoy pagamos muchos más impuestos para mantener el fraude. Obviamente, se espera, se exige, que ni se te ocurra quejarte al respecto, porque si lo haces, serás tachado de «supremacista blanco» y eso vale para que te declaren enemigo del estado, sin derecho a nada ni siquiera a un juicio justo porque hoy en los jurados meten a ilegales y a otras razas hostiles. Se cargaron hasta el sistema judicial anglosajón que era caracterizado por ser imparcial y hoy no es más que apto de república bananera.

Francamente, no creo que tengemos futuro. Lo siento, siento ser tan «negativo», pero esa es la realidad tanto moral como demográfica. Si viste la película del Gran Gatsby, sabes que esto ya se advertía y viene viniendo desde hace muchos años.

Comparto con vosotros un escrito mío, de una carta que escribí en 1995. Ha llovido bastante desde entonces y se ha cumplido TODO lo que escribí a pesar de que yo en 1995 era bastante jovencito:

No debemos caer en la trampa de mirar la situación actual en Estados Unidos y decirnos a nosotros mismos:
“Bueno, todavía no está tan mal. Puedo hacer algunos ajustes y aprender a vivir con ello”. Lo que debemos hacer en cambio es mirar nuestra situación actual, compararla con la situación que teníamos hace 30 o 40 años, y luego mirar cómo será la situación dentro de otros 40 años. Esa no será una situación con la que podamos convivir."

"Si no recuperamos nuestra moral e identidad protestante, habrá una proliferación de programas de reeducación como la que ahora impulsan los clintonistas para deseuropeizar la enseñanza de la historia en los colegios. Han diseñado cursos de historia estadounidense en los que Martin Luther King tiene más lecciones y cobertura que Colón, George Washington, Patrick Henry y Thomas Jefferson a la vez. Veremos leyes haciéndolo obligatorio para todos los colegios enseñar estos cursos de historia falsificada y robar a tus hijos y nietos de su sentido de identidad racial y espiritual. Veremos una avalancha continuada de inmigrantes, un afán aún mayor de los políticos en Washington para atender a estas minorías de manera que sus números aumentan. Veremos que la televisión y los otros medios controlados continuarán empujando más y más "diversidad." Y el resultado de todo será que en unas generaciones, el país estará totalmente transformado con una población que los padres de la patria NO reconocerían como suya porque ya no lo sería. Pronto, no tendrás donde esconderte.

Qué pena que tuve razón y se ha cumplido mi pronóstico. Hoy, a EEUU lo que le queda es el nombre nada más, pero es un país totalmente alienígena a lo que fue. 

Este caos cultural actual, el abandono de todos los valores, la moral nihilista...una vez que estas cosas se apoderan de la gente, ese es el fin de la historia de los pueblos. Se sumergen, y el enfoque histórico cambia a un pueblo más sano. Sí, estas cosas de las que he estado hablando son obvias. Todos sabemos que son ciertas. Pero aún es necesario para nosotros poder decirlo. Sabemos que hay fuerzas poderosas que intentan destruir nuestras libertades y civilización. Sabemos que estas fuerzas han recorrido un largo camino para alcanzar su objetivo. 

Mucha gente está ya demasiado corrompida. Hoy en día, hay muchas personas que aunque compartan "sangre", han caído completamente bajo el hechizo de aquellos cuyo objetivo es destruirnos. Sabemos que la gente bajo el hechizo de nuestros enemigos cree que los profesores deben ser obligados a enseñar que la transexualidad es un estilo de vida normal y saludable. Creen que la historia debe ser falsificada en los colegios para no herir los sentimientos de aquellas razas cuya historia es menos rica que la nuestra. Creen que nuestro deseo de vivir y trabajar con personas de nuestra propia tribu, nuestra propia raza, es perverso. “Racismo”, lo llaman. Les gustaría convertirnos en criminales y meternos en la cárcel. Les encantaría ver más avalanchas migratorias tercermundistas en EEUU, más conciertos de rock y rap, más hacinamiento, más "diversidad". No dudarían en, nada más puedan, ilegalizar que nosotros nos podamos reunir o publicar blogs como este. Son totalmente esclavos espirituales de nuestros enemigos y les gustaría esclavizarnos también.

¿Qué podemos hacer? 

Francamente, poco. Simplemente, ser conscientes que estamos viviendo en los últimos días de las pocas libertades que nos quedan. La mayoría de las personas en Canadá, Gran Bretaña, Francia y otros países donde no han tenido libertades constitucionales ya hace tiempo no tenían la libertad de expresión. Sí, claro, ellos pueden encender su tele y ver un un partido de fútbol cuando lo deseen. Incluso, pueden decir públicamente que no les gusta su gobierno. Eso sí, todo lo que sea temática como esta la tienen prohibida. Siendo realistas, para la mayoría de personas esto no es importante; ciertamente, no tan importante como poder ver su "fútbol" y tomar sus cervecitas. Pero tú entiendes al igual que yo que si perdemos la libertad, es perder la capacidad para proteger lo que más te vale. Es perder tu control sobre el futuro. En América, todavía nos queda algo de la Primera Enmienda. Si no se ejercen las libertades antes de que sea demasiado tarde, perderemos todo. 

La única forma de conservar lo que tenemos es formando un frente de resistencia militante, separatista y, sí, militarizada. Ya no hay otras opciones ni elecciones van a resolver el problema. El reto es que muchas personas que en teoría comparten lo que aquí se dice, no tienen el coraje de tomar acciones concretas. El gobierno ya ha demostrado, por cierto, que ni siquiera respeta los contratos que ellos mismos prometieron, como vimos en el repugnante fiasco de la estatua de AP Hill. No son de fiar. ¿Qué le hace suponer a los lemmings que próximamente no pasará lo mismo con Washington? ¿O Lincoln? Por eso yo ya no creo posible colaboración alguna con el estado. Cuando ya no sirven los intereses constitucionales, son ilegítimos y rperesentan a las masas revanchistas del tercer mundo y sus aliados. El 2023 no será un año positivo para las libertades en EEUU, ni mucho menos en Europa. Por eso ya no queda otra que la resistencia y desobediencia masiva hacia un estado ilegítimo.

























 





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