Me encantan los libros de cocina, pasarme la tarde leyendo e imaginando que cocino cada una de sus recetas, imaginando cada combinación de sabor, descubriendo nuevas formas de cocinado, nuevos trucos para cada preparación.
Llevo cocinando muchos años y he probado muchísimas recetas. Hay recetas que las preparas una vez y te gustan tanto que se quedan contigo durante años, cocinándolas prácticamente todas las semanas, recetas que sin darte cuenta han pasado a formar parte de tu recetario diario. Pero sigues descubriendo nuevas recetas, aumentando tu recetario y sin darte cuenta, pasas de preparar ese mismo plato casi semanalmente a prepararlo cuando te acuerdas de él que con el tiempo cada vez es menos. Y no es que haya dejado de gustarte si no que simplemente va quedando atrás.
Y un día, vuelves a coger un antiguo libro de cocina que hacía tiempo que no ojeabas y justo lo abres por esa receta que tanto te gustaba, que te trae tantos recuerdos.
Pues es justamente lo que me pasó con estos emparedados, llevábamos muchísimo tiempo sin prepararlos.¿Sabéis? No sé si os habrá pasado alguna vez que cuando llevas mucho tiempo sin probar un plato que te encanta, una vez lo pruebas nuevamente te sabe a gloria y no te explicas como has podido estar tanto tiempo sin prepararlo?
Nos ponemos el delantal?
Ingredientes para unas 6 raciones:
6 rebanadas de pan de molde
50 g de jamón
150g de carne picada de ternera
250ml de leche
2 cucharadas de harina floja o de todo uso
2 huevos L
30g de mantequilla sin sal
Sal, pimienta negra y nuez moscada
Aceite de oliva para freír
En una sartén al fuego, ponemos la mantequilla y una vez derretida añadimos la carne picada salpimentada y el jamón cortado en trocitos muy pequeños, rehogamos unos 5 minutos a fuego medio hasta que la carne se cocine. Añadimos las dos cucharadas de harina y mezclamos con la carne para que se cocine un minuto, incorporamos la leche y sin dejar de remover dejamos que se forme que engorde formando una especie de bechamel. Rectificamos de sal y añadimos un poco de nuez moscada al gusto. Apartamos del fuego y dejamos templar.
Colocamos abundante relleno en tres de las rebanadas de pan de molde, cerramos con una segunda rebanada y cortamos cada sándwich en triángulos, sellamos bien los bordes para que no se salga el relleno.
Batimos los huevos y añadimos una pizca de sal.
Ponemos una sartén al fuego con abundante aceite y cuando esté bien caliente sumergimos uno de los triángulos en el huevo batido para que se empape bien por ambas partes y lo pasamos a la sartén para que se dore. Pasamos a un papel absorbente para retirar el exceso de grasa y repetimos los mismos pasos con el resto de emparedados.
Si o si tenéis que probarlos. Quedan jugoso, cremosos y con un sabor increíble.
Apuesto que no tardareis en repetir a prepararlos y para volver a comerlos! Ya me contareis que tal pero os adelanto que a los mayores os encantarán y los niños los devorarán!
Un beso muy grande a todos! Muuuuuak