La Infanta Doña Elena visitando el museo el día 4 de febrero de 1999
En momentos especialmente complicados por la pandemia que nos aflige, el Museo del Calzado llega a su 22 Aniversario, en un edificio construido expresamente para darle acogida y potenciarlo como exponente del prestigio y calidad del zapato español.
¡Qué tiempos más diferentes de aquel 4 de febrero de 1999!. Ni los más derrotistas podían imaginar que dos décadas después, los habitantes de la tierra iban a estar casi confinados y con escasas posibilidades de deambular en libertad por los lugares de ocio y cultura.
Pero lo importante es asumir la realidad y amoldarse en cada momento a las circunstancias, tratando de compensar y superar los retos que la vida nos plantea.
¿Qué ha supuesto para Elda y para el sector zapatero el nacimiento de este Museo del Calzado? ¿cuáles han sido los créditos obtenidos tras todo este tiempo?
Se podrían decir muchas cosas y probablemente habría respuestas para todos los gustos, en mi caso permítaseme de nuevo hacer hincapié en lo que considero de mayor transcendencia.
Estamos convencidos que nuestro futuro como ciudad, a largo plazo, estará vinculada a la fabricación de calzados, no cabe en nuestra imaginación otro escenario, aunque la diversificación deseada sea nuestra meta final utópica.
Si ese axioma es realmente cierto y funciona como una proposición asumida por el conjunto de la sociedad zapatera, no cabe la menor duda que la aparición del Museo del Calzado ha supuesto uno de los logros culturales, en el sector del calzado, más importantes de las últimas décadas, y como principal destinatario, la Industria Zapatera en España y Elda como la ciudad que lo acoge.
Sin entrar a explicar lo que para la mayoría está muy claro, hay algo que se eleva por encima de todos los considerandos. Para vender zapatos también se debe prestigiar la industria que los produce, y el museo cumple de forma plena y extraordinaria con esa función.
Tratar de convencer la evidencia del valor intangible que el museo aporta al sector es algo innecesario.
Los beneficiados de esa fuente de prestigio, lo que llamamos "La Cultura del Calzado", son las empresas que producen cada día ese zapato que, aún gozando de las calidades máximas, no es suficiente para atraer el flujo de compradores. Los empresarios que desean mantener sus industrias, los responsables de administraciones públicas que se afanan para promover el empleo, saben que tienen un vehículo en sus manos muy potente y de primer orden que indudablemente ayuda a promocionar lo que sin duda es prioritario, fabricar zapatos y venderlos para generar vida en las ciudades zapateras.
Este día nos invita a la reflexión. seamos consecuentes con lo que tenemos, ¿estamos haciendo todo lo posible por dar mayor protección y solidez al Museo del Calzado, como centro de promoción de la industria de fabricación de calzados en España e impulsor del prestigio del sector?
¡Feliz Aniversario!