¡Aún quedan muchas comilonas por delante!
Espero que vuestros cuerpos estén tolerando los atracones bien. Mientras tanto, con la tripa tan llena que nos impide pensar con claridad, aquellos que nos encargamos de pensar en la cena de Nochevieja nos resistimos a cocinar poco. Tenemos que lucirnos y finalmente hacemos como ya hicieron nuestras abuelas y nuestras madres: preparar un menú como si del próximo apocalipsis zombi se tratara.
Y como este post es el de cocinillas por excelencia os voy a comentar mi última creación ¡la última cena del año! Cuando cuelgue este post aún no estarán preparados ni la mitad de los platos, algunos son elaborados, otros son muy facilongos, la mayor parte de picoteo. Mi saturado estómago se niega a preparar asados y cebatiles complejos para la Nochevieja, sin embargo voy acumulando ideas geniales y al final necesitaré una mesa como las de aquel mítico anuncio de lavavajillas.
Para empezar que no falten unos cortes de jamón, salchichón y queso, patrocinados por la cesta de navidad de mi señor esposo... ¡hay que darles salida! También habrá unas tapitas de queso de cabra con mermelada de pimientos rojos, totalmente recomendable.
Jamón (vía Wikimedia) y Rulo de cabra con mermelada de pimientos (vía Cocina y Recetas Hola)
El punto vegetal lo ponen una serie de encurtidos, unos pimientos rellenos de anchoa hechos por mi madre que son picantes como si vinieran del mismísimo infierno y unas endivias con crema de queso roquefort, tal como salieron mencionadas en un post anterior.
Pimientos rellenos de anchoas y Endivias con Roquefort (vía La Masía)
Los bichos del mar, todo un clásico en casa de mis padres, estarán representados por el salmón, que será presentado en rollitos con los panecillos y queso de untar aparte (¡que no se empapen, que me da mucho coraje!) Estarán las típicas gambas cocidas y un buey de mar. La preparación del buey es sencilla: ya viene cocido y ultracongelado, se deja descongelar lentamente en la nevera un día antes, se separan las patas, se abre el caparazón por abajo y se machaca con una cucharilla el interior de la concha, al que se le echa un chorrillo de rico vino blanco, ¡y listo!
Gambas cocidas y Buey de mar (vía Ictioterm)
Como plato elaborado también de picoteo tengo en mente esta maravilla de pan con bacon, romero y camembert, para plantarlo en la mesa recién salido del horno. Tiene una pinta de morirse y lo de arrancar trozos del pan recién hecho y pringarlos en el queso promete. ¡Espero que me salga tan precioso como el de la foto!
Pan bacon, romero y camembert (vía Kanela y Limón)
Mi plato estrella elaborado lo haré la mañana del 31, sin prisa pero sin pausa, para dejarlo reposar hasta la noche. Una empanada de carne con una masa clásica que ya he probado en una ocasión anterior. He de hacer mención a mi fuente, la Isasaweis de cuando aún colgaba recetas, y reconocer que sus enlaces a recetas en vídeo me ponen de mala leche, por suerte la receta está escrita. Siendo así, la foto de es otra empanada igualmente sugerente.
Empanada (vía Javier Lastras)
No voy a decir nada sobre las bebidas, aunque está claro que serán variadas y que el cava nos lo trasegaremos las señoras de la casa casi en exclusiva, porque nos encanta. Es más, pienso servirlo desde el principio y al final de la noche si hay que brindar se hará con sidra, que gusta más en este hogar.
Después de tanto picoteo no habrá ganas de nada más, ni dulce ni salado. Dulces navideños conocidos por todos son los turrones, cosas con chocolate y, mi as en la manga, si algún goloso se queda con ganas (y sólo si se quedan con ganas) es la lata de macedonia de frutas en almíbar. Reconozco que es un postre perro, muy perro, más que los que dicen "guau"... pero si al contenido de la lata le añadimos unos gajos de mandarinas (que todavía me quedan de las de Naranjas King, ¡gracias!), unos trozos de plátano, manzana y un chorrillo de anís, queda tan dulce y refrescante como socorrida.
Macedonia o Ensalada de frutas (vía Wikimedia)
El toque final son las uvas. Siempre a medianoche, con la cuenta hacia adelante, comenzando el año con el buche lleno y la esperanza de poder seguir llenándolo mucho tiempo. Si no habéis visto ya el post anterior ya estáis mirando las preciosas cestitas para presentar las uvas, os refrescaré la memoria:
Cestita de uvas (véase post 2260 de Labores en Red)
Que aproveche y... ¡Feliz salida y entrada al 2015!