Revista Comunicación

23 Wifi

Publicado el 27 febrero 2011 por Albert Perez Novell

Se han cumplido 30 años desde que se produjo el llamado intento de golpe de estado en España.
23 Wifi

No voy en este post a reflexionar sobre que hubiera pasado, si en el 81 hubieran existido los móviles,Wifi, blogs, faceboock, Twitter y todas las herramientas sociales 2.0 de l’actualidad. (Sólo teníamos tele, transistores y teléfonos fijos).
No es esta la línea que quiero seguir, el golpe no triunfó por múltiples causas: Presiones internacionales a la corona, (de ahí las horas y las dudas) desorganización de los golpistas, etc…. pero fundamentalmente lo que implosionó el intento fue ver el golpe como representación. Como una astracanada casposa digna del peor de los autores de vodevil, todo gracias a un operador de TVE que dejo la cámara conectada sin el piloto.
El golpe como representación:
23 WifiEl golpe como representación me sirve de excusa para una fugaz reflexión sobre los modelos mediáticos, su interrelación con los políticos y las redes.
De la Galaxia Gutenberg, pasando por la Galaxia McLuhan, hasta la actual Galaxia Google.
El 23 f se inscribiría, como representación, en las formas de actuación política del siglo XIX, época en que los pronunciamientos, los golpes, abundaban, y de los que sólo sabemos lo que nos cuentan las crónicas impresas, pero en este caso fue retransmitido en directo por una cámara de TV.  Lo que estaba pensado según las reglas de Gutenberg, fue expuesto en tota su obscenidad por el ojo de la aldea global de Mckluhan, la televisión.
Desde el punto de vista de la redes, la presentación del conflicto encaja en un modelo de red centralizada y jerárquica un emisor (o muy pocos emisores, “butanito” también cuenta) y muchos receptores. La resolución aun más centralizada, con el “Rey”, cual figura paterna de la aldea, tranquilizando al pueblo y ordenando a sus amigos la retirada a sus cuarteles desde la misma pantalla.
De ahí la fuerza del modelo que según McLuhan nos llevaría al aldea global (CNN (*)) todos bajo el influjo de unos cuantos canales o sistemas de comunicación, todos comulgando con lo parecido.
El modelo democrático (ver post liens pas dangereux del pasado agosto), el modelo social y el modelo mediático siguen pautas parecidas que se retroalimenta mutuamente. No se concibe una democracia de masas sin un modelo mediático también de masas, en términos de red, modelo descentralizado. El centralizado correspondería a lo que pretendían los golpistas una sola voz. (Dictadura).
Los grupos y organizaciones sociales, el ejercito, las empresas, la Iglesia, los partidos políticos, la familia, la escuela… siguen pautas parecidas se estructuran bajo modelos un poco descentralizados y jerárquicos. La comunicación en ellos fluye de igual forma.
Este modelo, evolución de la galaxia Gutenberg, ha funcionado y es muy estable en el sistema MckLuhan, pero existen más que indicios que apuntan a un cambio.
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En el terreno micro, en las empresas, por ejemplo, el nuevo sistema tecno-global, impone constantes adaptaciones al cambio a las que la estructura jerárquica no se amolda con la velocidad que le es requerida. Estos cambios en el modelo, entre otras consecuencias, implican la generalización de la inseguridad que se corresponde al desdibujamiento progresivo de los esquemas jerárquicos tradicionales, dando lugar a un proceso de empoderamiento en el que el sujeto aparentemente fortalece la capacidad de controlar su propia vida, pero por otro lado pierde las referencias que antes tenia, sobre las que construir una narración de vida (ver el interesante trabajo sobre Sennet y especialmente los dos casos reales que se exponen de Núria P. Olid, socióloga UB y NYU)
Este falso empoderamiento se desarrolla en paralelo a la eclosión de las redes distribuidas (Internet 2.0) un tecnología que se inscribe en una economía global indiferente a las fronteras.
Es cierto que la tecnología dominante no crea un modelo dominante de sociedad, en contra de lo que pensaba K. Marx, y prueba de ello es que en esta deriva del modelo actual, todavía las instituciones democráticas propias del otro modelo siguen siendo hegemónicas.
Pero, Internet es más que una tecnología (es más que una infraestructura). Internet genera a su alrededor una infoestructura (como dice mi amigo Alfons Cornella) y esto está fuertemente enraizado con lo cultural y ahí la cosa cambia. La vieja aspiración progre de los 60 en que se quería arrebatar el poder de comunicación a los nodos dominantes (BBC, ABC, RTVF, TVE, etc.. ) para que cada sujeto pudiera ser un comunicador, se hace realidad. Algunos teóricos de la época como Armand Mattelar decían, sin ruborizarse, que manipulando un receptor de radio a transistores se convertía en un emisor.
Esto no convierte al sistema de comunicación en una “olla de grillos”, porque existe un fenómeno en el desarrollo de las redes llamado clustering. Y es que amigos "el mundo es un pañuelo", o como se diría en inglés "what a small world it is".
Al clustering podríamos definirlo como la tendencia que tienen dos conocidos comunes a un tercero a conocerse entre si. O dicho a la manera del análisis de grafos, la tendencia a que dos nodos conectados a través de un tercero se conecten directamente entre si. Por este fenómeno de redes recibimos varias veces idénticos SMS de convocatorias  o varias recomendaciones en faceboock sobre el mismo tema, o los mismos cursis Powers Points de autoayuda.
El clustering hace que la gran red social se parezca más a una red de redes que a una única red muy interconectada. En el lenguaje del análisis estructural diríamos que la red social real tendería a representarse como un conjunto de "clusters" unidos entre si por puentes locales.
Debe entenderse la comunicación en red como una comunicación distribuida y clusterizada al mismo tiempo. Este fenómeno surge en las redes que crecen por agregación de nodos y en las que los propios nodos pueden determinan a quién se vinculan. Estas redes se llaman redes de agregación preferente (free scale networks en inglés) y fueron estudiadas por el profesor Barabasi quien las popularizó en su libro "Linked".
Con esto quiero decir que el nuevo modelo socio-cultural que se esta generando en base a esta infoestructura, deberá incidir directamente en las instituciones políticas como las estamos entendiendo hasta ahora.
Los partidos políticos nodos de una red descentralizada que en la era Mckluhan alcanzan su máximo esplendor, se verán sobrepasados por un escenario comunicacional distribuido donde los mensajes fluyen de otra forma y tiene un efecto distinto.
No vale travestirse de bloguero para entrar en esta nueva galaxia, como hacen los políticos ahora, es preciso un cambio más profundo. Aunque la transición no sera ni mucho menos tan rápida como vaticinana los tecno-gurus de Internet, debido presiamente a este efecto clustering que isomorfiza la red actual con las descentralizadas. Pero como sólo se trata de eso, parecido, pura analogía considero inevitable el deslizamiento a un nuevo modelo socio-politico-mediatico realmente distribuido, con consecuencias muy dificiles de predecir hoy por hoy.
Otro efecto que se produce en esta nueva galaxia es el de la larga cola derivada del teorema de Pareto. (ver post San Mateo, larga cola, trazabilidad, credibilidad y reconversión en los medios ) En esta larga cola, y pese al clustering, tendrán cabida todos por raros y minoritarios que sean, incluso Tejero o yo mismo.
(*) la CNN no es exactamente una cadena de información mundial, sino simplemente una cadena de información americana cuyo punto de vista sobre la información mundial es ante todo un punto de vista americano)
Continuará

Albert Pérez Novell

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