El desayuno es, como su nombre indica, la comida que rompe el ayuno, la que nos aporta la energía necesaria para todo el día, tanto para niños como para mayores.
Se ve mucha recomendación por ahí con recetas para los niños y tal, pero desde mi punto de vista lo más importante es predicar con el ejemplo y sentarse a la mesa a desayunar... y no me refiero a echarse un café por encima y salir corriendo al trabajo, adultos míos. Es el más difícil todavía, lo sé: preparar el desayuno, arreglarse para ir a trabajar y de paso dejar a los peques en el cole, salir pitando, ¡pero sin descuidar la comida! No podemos pedirle a los niños que se sienten a comer si nosotros estamos revoloteando alrededor, mal que nos pese. Habrá que intentarlo.
Lo primero: previsión. Si dejamos la mesa preparada para el desayuno la noche antes, ya tendremos una parte de la tarea hecha. Vasos para que corra el zumo y la leche, si hemos de calentar ésta última, el microondas será nuestro aliado para hidratarnos desde primera hora.
Preparación básica de una mesa de desayuno (vía Diplomagic)
Asimismo es una gran idea tener hechos de antemano bizcochos caseros con o sin frutos secos, que nos cargan de hidratos de carbono y minerales. Truco de conservación: guardar las porciones de bizcocho ya cortadas en una bolsa de plástico con zip, de modo que no les dé el aire y sólo haya que sacarlas y ponerlas en el plato. El formato magdalena o muffin también es una idea perfecta para tener listas las porciones, ¡y olvídate de los cuchillos! Ideal para acompañar la leche las mañanas más estresantes. Dentro de este tipo de desayunos también están las galletas.
Bizcocho de manzana, pasas y nueces (vía Soyvital)
La fruta cortada lista para comer, ya sea en trozos pequeños para añadir a un yogur o unos cereales o en trozos grandes para comer con la mano (la manzana con su chorrillo de limón para que no se oxide, pera picada, melón ahora en septiembre, gajos de naranja, plátano, melocotón, kiwi...) Todo sea por facilitar la tarea y que no haya excusa a la hora de comer. Igualmente son un recurso fácil y rápido las pasas, las ciruelas pasas y los orejones. Disponerlo en un pequeño cuenco ya junto al plato y ¡ración lista!
Ensalada de fruta (vía Bichitos de curauma)
En caso de que seamos vagos para masticar frutas a primera hora, podemos dejar la fruta picada lista para pasar por la batidora y dar forma en el último momento a un cómodo batido. De un sorbo estaremos vitaminados y mineralizados. Yo este verano me he hecho fan de las bolsas de frambuesas congeladas, añades unas cuantas al vaso de la batidora con el resto de ingredientes a temperatura ambiente, de modo que se descongelan solas y ¡explosión de sabor!
Batido de kiwi y plátano (vía Bulhufas)
Los cereales son un básico. En el caso de los industriales, muchos están enriquecidos con vitaminas, pero... ojito a los que están rebozados en azúcar por todas partes. Pueden ser sugerentes, pero también poco nutritivos. Es conveniente que tengan fibra y, si podemos convencer a los peques de tomarlos en plan papilla (escudémonos por esta vez en el nombre inglés para darle más glamour al asunto: decir porridge en lugar de "gachas de toda la vida", quizá nos haga ganar unos enteros) Esta opción de avena calentita al microondas, endulzado con miel, aromatizado con canela y alguna pasa por encima, puede ser ideal para el invierno.
Porridge con frutos rojos y frutos secos (vía RPP noticias)
Otro clásico son las tostadas con mantequilla y mermelada, pero puede ser un engorro tener que untar la mantequilla, sobre todo las frías mañanas de invierno. Si está dentro de los planes y la casa no es muy caliente, podemos dejar la mantequilla en la mesa durante la noche. También podemos sacarla de la nevera y llevarla a temperatura ambiente antes incluso de quitarnos las legañas.
Tostadas con mantequilla y mermelada (vía Pintando una mamá)
¿Y a quién no le gusta lo salado? Son mis desayunos favoritos, la barrita tostada con aceite de oliva y tomate picado (tomate que podemos dejar picado la noche antes en previsión) y un poquito de sal. Sin duda, disponer el aceite va a ser más fácil y rápido con una alcuza que andar untando mantequillas.
Tosta de pan con tomate a las finas hierbas (vía Guía infantil)
¿Que nos sobra tiempo? En un mundo de ilusión también es posible preparar unos huevos revueltos para disponer sobre una tostada de pan. Si además lo acompañamos de una loncha de jamón york, más rico aún. Realmente hacer el huevo es lo fácil, a mi lo que me amarga es tener más cosas que fregar en el momento de recoger. Con cosas me refiero a sartenes.
Huevos revueltos (vía Todos somos uno)
Como quiero que se note que me encantan las opciones saladas... Un panecillo tostado, untado de queso fresco con una lonchita de salmón ahumado y unas rodajas de pepino. Refrescante y revitalizante.
Bagel con salmón ahumado y queso (vía Buen apetito)
Y un último consejo, ¡fuera monotonía! No os acostumbréis a tomar todos los días el mismo desayuno, porque lo podéis llegar a aborrecer. Variad, no dejéis de lado la fruta o los tomates, incluid frutos secos, alternad la leche y los yogures, salid del eterno círculo del desayuno dulce y ¡Cargaos de energía desde primera hora!