Azúcar presente en refrescos y otros "inocentes" zumos y batidos (vía Directo al paladar)
En alguna ocasión nos podemos quedar sin hielo para tomarnos uno de esos refrescos y, puestos a rematar, ¿por qué no meterles un flash? Os aseguro que es una solución tan sorprendente como interesante. Igualmente, si los añadimos a nuestro vaso de agua podremos disfrutar de un extra de sabor. Lo bueno de esta solución es que el hielo del flash, al estar envasado al vacío, ni se evapora ni coge "sabor a congelador" por llevar tiempo dentro.
Polo flash como cubito de hielo, una razón para tener siempre en el congelador
También podemos refrescar con hielos grandes en jarras si utilizamos el molde de las magdalenas como cubitera. Extra de frescor y sabor: incluir unas rodajas de limón en el proceso. Si no queremos aguar nuestra bebida, también podemos congelar uvas, ¡recordad que dentro de nada es tiempo de vendimia!
Uvas como hielo para no aguar las bebidas y cubitos gigantes son limón (vía La voz del muro)
También podemos prescindir de azúcares y hacer nuestros propios refrescos y sorbetes, como por ejemplo un té con menta o hierbabuena que dejemos enfriar en la nevera.
Té con hierbabuena (vía Wikipedia)
El agua de sabores es una opción graciosa en la que podemos prescindir del azúcar perfectamente, además es llamativo y bonito, ideal para compartir con niños que no queremos que se suban por las paredes después de una ración de dulce. Las posibilidades son infinitas: con pepino, rodajas de limón o naranja, frutas del bosque congeladas, rodajas de chinola y otras tropicales, la propia menta o hierbabuena, piña fresca... Sólo hay que dejar el agua enfriar con la ruta dentro en la nevera y esta irá cogiendo el saborcillo.
Aguas de sabores (vía "tengo un horno ... ")
La bebida de yogur, también conocida como ayran en Turquía, Lassi en India, dugk en la zona de Persia..., es un capricho refrescante que personalmente me encanta. Sólo necesitamos yogur natural sin azucarar, hierbabuena o menta, un poco de sal... y más agua fresca. Es, por cierto, la compañía perfecta para comidas picantes.
Un vaso fresquito de ayran (vía ayran.com)
Un refresco tradicional, este no apto para niños, es la "palomita" en pueblos de Madrid y Guadalajara, también llamado sencillamente "paloma"en México, o "nuvolet" en la zona de Levante. También lo elaboran en Grecia con ouzo. Consiste en añadir agua muy fría a un chorrillo de anís y beber antes de que se caliente.
Paloma (vía Sabrosía)
Los batidos también son una opción muy nutritiva de la que hemos hablado en anteriores ocasiones y que también nos da mucho juego y color.
Chutes de vitaminas de todos los colores (vía Miss Morla)
Otra bebida muy extendida y con múltiples propiedades, aparte de la refrescante, es el agua de Jamaica o carcadé, también llamada einab, saril, sahína, wanjo, dabileni... dependiendo del país en que nos encontremos, según la página de la wikipedia. Se trata de una infusión de hibisco que se suele tomar fría y azucarada.
Té de hibisco (vía The Little Epicurean)
¡Buen provecho y buenas y refrescantes tardes!