La marea verde de la educación, la marea roja de la ciencia, la marea blanca de la sanidad y la marea naranja en defensa de los servicios sociales se juntaron este 26 de abril en la capital española para reclamar unos servicios públicos de calidad.
Manifestante 26A / Fuente: María López Valea
Cientos de personas se reunieron en Madrid con el objetivo de dejar claro al gobierno que no está de acuerdo con sus políticas de recortes, en una manifestación que recorrió desde las seis y media de la tarde, y hasta poco más de las nueve de la noche, las calles de la capital.
Entre los asistentes se podían ver personas de todas las clases y edades, desde niños que acompañaban a sus padres hasta los famosos “yayoflutas”,pasando por estudiantes y trabajadores de la sanidad; que al unísono entonaban cantos como “dignidad, igualdad y universalidad”.
Alrededor de las siete y media la cabecera de la manifestación, escoltada siempre por cuatro lecheras de la policía, llegaba a Neptuno, y apenas veinte minutos después a Cibeles al grito de “sí se puede” para iniciar la recta final del recorrido.
Una recta final con un momento de protesta especial delante del Ministerio de Educación, donde un grupo de personas pertenecientes a la marea verde leyeron un manifiesto, entre gritos de “Wert dimisión”, donde se reclamaba una educación pública de calidad de todos para todos.
A las ocho y media la manifestación llegaba a su punto final, en la Puerta del Sol, entre gritos de “esta deuda no la pagamos” y el sonido de la batucada que puso la nota musical durante todo el recorrido.
Manifestantes 26A / Fuente: María López Valea
Una manifestación que finalizó con la lectura de un manifiesto por representantes de cada marea, donde se denunciaron las privatizaciones y la falta de universalidad de la sanidad por parte de la marea blanca, el recorte en investigación y las malas condiciones laborales de los trabajadores por parte de la marea roja; el derecho de la ciudadanía a una cobertura social digna e integral por parte de la marea naranja; y la subida de tasas y el cierre de centros de educación secundaria por parte de la marea verde.
Una nueva jornada de protesta en contra de las políticas de un gobierno, que como decían algunos: “consideran un gasto lo que en realidad es una inversión”.