Revista Regiones del Mundo

27. Despedidas Y Bienvenidas

Por Lagunamov @Lagunamoc
“Les exprimía las regiones más recónditas de sus mentes, como el zumo de uva, todos los falsos ardores, exaltaciones e indebidos valores del alma humana”Colmillo Blanco
Mi último día en Puerto Madryn amaneció bajo la tutela de un fuerte sol. Tomé el desayuno pensando sobre si había sido correcta la decisión de coger un bus hasta Esquel en vez de ir haciendo dedo. Echaba de menos el plantarme en la carretera y desafiar a la suerte, bailar un vals inseguro con esos conductores que pasan y te miran sin saber, hasta el último momento, si te van a ayudar en tu aventura o no.

27. Despedidas Y Bienvenidas

Foto de Libertad

Pero el baile había sido pospuesto, me habían dicho que no sería fácil intentar llegar desde Madryn hasta mi destino. No era una ruta muy transitada y podía pasarlo mal en el periplo. Así que tuve que callar a mi espíritu aventurero y viajar de otro modo. Aunque si mi yo de aquel momento hubiese sido el mismo que el que está escribiendo estas palabras, ya os digo que hubiese hecho dedo otra vez, recientemente me han levantado en sitios inimaginables y muchos menos transitados que la ruta que tenía que recorrer en aquel momento. Fue una tontería el no haber vuelto desafíar a la suerte.
Me despedí de aquella ciudad costera de una manera clásica, dando un paseo por sus calles y por sus costas, avistando alguna que otra ballena desde el muelle y comiendo un rico cordero patagónico en uno de sus tradicionales restaurantes. Después, fui a hacerme la mochila y a limpiar mi habitación, mi reemplazo iba a llegar esa misma tarde y quería dejarla tal y cómo me la había encontrado.
El bus salia a las 21:00 horas y, para matar el tiempo, quise tener una última tarde viendo Friends y hablando con los demás viajeros. Dio la casualidad que, ese dia, emitian el capítulo final, ese en el que Ross le pide a Rachel que se quede en Nueva York y etc, algo quería que esa tarde hubiese más de un punto y final. Yo dejaba Madryn y Friends terminaba una de sus miles de reposiciones (lo mismito vamos, jeje).

27. Despedidas Y Bienvenidas

Adiós Madryn

Llegó la hora D, estaba nervioso por volver a la actividad del viajero, con muchas ganas de visitar nuevos lugares y nuevas personas. Me despedí de Vincent con un apretón de manos y deseándole toda la suerte del mundo, me lo había pasado muy bien en la Casa de Tounens y quería dejarlo claro.
-Gracias por todo y mucha suerte para ti también, nunca se sabe si nos volveremos a ver! - Me respondió Vincent.
Me puse la mochila sobre mis hombros y abandoné el hostal, un lugar en el que había vivido muchísimos buenos momentos. Mi equipaje no pesaba lo mismo que en la hora de mi llegada, estaba cargado de más cosas buenas y de menos malas.
Al llegar a la estación de bus, vi que el vehículo que me iba a llevar esa noche ya estaba estacionado y esperándome. La tradicional impuntualidad argentina estaba siendo tímida conmigo, no había salido a conocerme aún. Le di la mochila al guardaequipaje y me sorprendió que, casi todo el mundo, le daba propina, era como una obligación. En Puerto Gallegos también asistí a eso, así que le di 20 pesos y me subí al bus.
El asiento que me habían adjudicado era bueno, estaba en la primera fila de la segunda planta, lo que significaba que tenía una gran ventana frontal enfrente de mí para poder ver todo el paisaje (nocturno) de la Patagonia argentina. Al lado mío había un chico, Fede, un argentino que iba a pasar unos días con su novia en Bariloche (gracias por el sandwich!).
Me estuvo explicando algunas cosas sobre Argentina y sobre su futuro, yo, a cambio, también le conté cosas de mi viaje y del blog (espero que me estés leyendo!), muy simpático. También se había planteado la idea de ser mochilero y viajar a dedo.
27. Despedidas Y Bienvenidas

Tras hablar un rato con él, llegó la hora de dormir. No os voy a contar lo que soñé ni lo que dejé de soñar, pues estuve en uno de esos estados en los que solamente recuerdas el despertar, el cual fue delante de un cártel en el que estaba escrito en letras grandes "Esquel", mi siguiente objetivo. Me despedí de Fede y bajé de aquel vehiculo.
Lo primero que noté fue frío, mucho más frío que en Puerto Madryn, aquel compañero que me había abandonado tras dejar Río Gallegos había vuelto y quería hacerse notar. Hacía un frío del carajo y tuve que sacar el abrigo de mi mochila, la cual recogí  sin ninguna ayuda, pues el guardaequipaje estaba durmiendo o vete a saber donde con esa temperatura.
Ya estaba en Esquel y solamente me quedaba dirigirme a Villa Ayelén, donde me esperaba Ana, el contacto de Helpx. Pregunté a un hombre sobre cómo podía llegar hasta ese barrio y me informó que el primer bus hacia allá salía en unos 15 minutos, los cuales aproveché para ir al baño y tomar un café para recargar energía.
El conductor me dejó en la entrada y yo seguí el camino que me había indicado Ana en un e-mail hasta llegar a su casa. Piqué, parecía no haber nadie, así que piqué más fuerte. A la derecha se deslizó una cortina y se asomó la cabeza de alguien, me sonrió y desapareció, entonces se abrió la puerta principal y una luz me permitió ver a una mujer de unos 50 años de edad cuyos cabellos dejaron hace tiempo un hermoso color para pasar a ser de un no menos bonito blanco.
-Buenos días, che! - Me dijo de una manera simpática.
Me presenté y me invitó a entrar en su casa para así desayunar y refugiarme de ese cruel amigo que se había vuelto a unir a mi aventura. Me estuvo contando que ella tenía una chacra (así llaman aquí a las granjas) y que pedía ayuda a voluntarios porque había muchas cosas que hacer,  sola no podía dar abasto.

27. Despedidas Y Bienvenidas

Camino hacia Arriba la Luna

El complejo se llamaba Arriba la Luna y esperaba que, una vez completo, fuese una especie de comedor social. Mientras tanto, los voluntarios tenían disponible una casa (hecha de barro) para vivir allí y así poder colaborar en ese proyecto.
Mientras hablábamos, salió un niño muy pequeño de una habitación y se me plantó enfrente, tenia unos ojos envidiables y un pelo en el cual se dejaba ver un principio de rastas.
-Hola, pequeño hombrecito, tú quién eres? - le pregunté a la vez que le daba la mano.
No hizo nada, solamente me miraba mientras sonreía.
-Vamos, dile que te llamas Aluhe (diria que el nombre es griego, pero no estoy seguro) - dijo Ana.
Entonces me dio la mano y se sentó a observarme otra vez. Ana me contó que era su nieto y que su madre y él estaban viviendo con ella. Ana había perdido a su marido recientemente (un gran tipo por lo que me estuvo contando la gente) y, por ello, su hija Nadia y el chiquillo se habían mudado a vivir allí.
A los pocos minutos apareció Nadia, una chica de más o menos mi edad, muy guapa, con unos ojos color miel y con unas largas rastas. Nos sentamos a desayunar y a hablar más. Me estuvieron contando que en Esquel tenían problemas con la Megamineria.


27. Despedidas Y Bienvenidas

Jugando con Aluhe

Por lo visto, hace más de diez años, las compañías mineras intentaron establecerse en ese pueblo cerca de la cordillera de los andes, pero los ciudadanos se unieron y consiguieron parar la mina en un censo que pasó a la historia de Argentina, pues fue la primera vez que un pueblo conseguía aturar algo de esa embergardura.
Pero dicen que nada es para siempre y, por desgracia, la corrupción había llegado hasta tal punto que los políticos estaban volviendo a intentar poner una mina sin respetar la opinión de los ciudadanos. Por qué es tan problemático el tema de la mina os preguntaréis, pues fácil, la mina destruiría todo el paisaje (muy bonito) del que dispone Esquel y, lo peor de todo, es que los deshechos irian a parar al agua que beben, lo que le disminuiria la pureza y aumentaría la tasa de enfermedades derivadas del consumo de esta. Además de joder a los mapuches (nativos) que habitan el lugar.
Tras esta conversación sobre la megaminería, volvimos a hablar de Arriba la Luna. Estaría sólo, pues en invierno no solían recibir muchos voluntarios y mi tarea de la primera semana consistiría en ordenar y quitar la miel de las cajetas de las abejas. Fácil. Tambien me estuvieron contando que me llevarían esa misma tarde hacía allí (Arriba la Luna no estaba en Esquel, sino en Trevelín, un pueblo cercano) para así poderme instalar.

27. Despedidas Y Bienvenidas

La chacra

Ana me dejó en Esquel para que hiciese un poco de turismo y tras tres horas o asi de visitar algunos de los puntos fuertes de la ciudad, Nadia me recogió en su coche y me llevó a comer a su casa.
Mientras que ella estaba cocinando la comida, yo jugaba con Aluhe. Era un pequeño muy divertido y hasta consiguió que le leyera un cuento. Poco de después de comer se puso a llover y Ana me invitó a pasar la noche en la casa, pues no quería llevarme a Arriba la Luna con tal clima. Accedí encantado, eran unas personas muy acogedoras y me hacían sentir muy agusto con su presencia. Además, me dijo que ella tenía un programa de radio y que me invitaba a asistir esa misma noche a este, no iba a desperdiciar otra oportunidad de ser famoso! Jeje.
Por la tarde seguí jugando un rato con Aluhe, construímos objetos con bloques. Yo, creyendo que le gustaría, le hice una espada pero, al verla, me dijo algo que recordaré toda mi vida:
-Por qué construyes un cuchillo? Eso está feo, hace daño y yo no quiero hacer daño a nadie, está muy feo- Me dijo mientras la desmontaba.
 Es curioso como algunos niños tienen esa capacidad para sorprenderte y hacerte reflexionar con su pura inocencia. Me sacó una sonrisa y seguí jugando un rato con él hasta que mi cuerpo se dio por vencido y decidió, sin consultarme, por supuesto, darse un descanso.
Al despertar, el agua seguia pegando fuerte a las ventanas, parecía que estaba dotado de una voluntad que quería provocar el caos dentro de ese cálido hogar. Nadia y Ana preparon unas riquisimas empanadas para cenar y, cuando estuvieron listas, nos sentamos todos juntos en la mesa.
Me sorprendió mucho que, antes de empezar a comer, cantaron una canción para darle las gracias a la madre tierra por los alimentos. No se suelen ver mucho ese tipo de cosas por tierras europeas. Me uní a ellos (como pude) y luego cenamos. Estaban muy ricas.
Después, cuando la comida ya habia reposado lo suficiente en nuestros estómagos, salimos hacía la radio. El programa de Ana (Patagonia Forestal, Radio Nacional Esquel) de esa semana estuvo muy centrado en el tema de la minería, hablaron de eso durante un buen rato e incluso llamaron a una persona que habia escrito algo en relación a aquello.
Cuando quedaban unos 20 minutos para acabar llegó mi turno, me preguntaron muchas cosas, pero sobretodo acerca del capitalismo y de la crisis que se vive en España (tranquilos, también intenté hablar del viaje). Algunas preguntas fueron muy difíciles, tenía que pensar en demasiadas variables, pero creo que las conseguí responder correctamente, sin dar una falsa visión de mi país natal.
Al día siguiente, tras comer, me fui con Ana a Arriba la Luna. Cuando llegué, lo primero que me impresionó de la casa que me iba a dar refugio durante tres semanas es que estaba enmedio de la nada, no había casi nadie a su alrededor y gozaba de unas vistas envidiables de las montañas.
Además, la casa era preciosa. Sus paredes interiores (de barro todas) estaban decoradas por soles y lunas de relieve y, algunas de sus ventanas, estaban hechas de antiguas botellas de vidreo. También gozaba de dos caballos, América y Libertad, ambos muy bellos.
27. Despedidas Y Bienvenidas

Estuvimos haciendo limpieza y Ana me contó el funcionamiento de la casa de los voluntarios. Iba a vivir sólo, de momento sin electricidad (Estaba cortada) y sin agua caliente en la ducha, tenia que calentarme cubos de agua si quería lavarme. Cuanto más me contaba sobre la casa, más ansioso me ponía, era genial poder vivir una experiencia como esa. Muchos se habrían acojonado con la idea de vivir sólos, enmedio de la nada y usando velas para iluminarse. Pero a mí me parecia fantástico, era un tipo de experiencia que me atraía y que quería vivir durante el viaje.
Cuando la noche empezaba a asomarse tras la huída de los rayos de sol, Ana se marchó y me dejó sólo. Se iba a un congreso durante una semana y, como consecuencia, no vendria a ayudarme hasta que volviese. Me dijo que Nadia me visitaría un par de dias para que así tuviese algo de compañía y se fue deseándome lo mejor (no lo he dicho antes, pero durante ese fin de semana flipé por lo educadas que eran ella y Nadia, en serio) .
Me hice algo de cenar con los ingredientes que me había dejado, leí un rato y me fui a dormir. En mitad de la noche, cuando todo era oscuro y mis ojos no podían ver nada, algo me despertó, alguna cosa estaba en el salón haciendo mucho ruido. Me levanté rápidamente, enchegué una vela y salí a mirar.

27. Despedidas Y Bienvenidas

Comida para la semana

No parecía haber nada, ningún rastro de lo que provocaba ese ruido. Iba ya a volver a la cama cuando, entonces, vi que la puerta estaba abierta. Me puse una chaqueta y salí a la sala que servía de entrada a la casa. En medio de la oscuridad, alcancé ver unos ojos amarillos que me observaban, me acerqué a ellos y estos huyeron hacia afuera. Empecé a correr detrás de esa mirada.
Salí afuera y la oscuridad abandonó a mis ojos, una luna acompañada de un millón de estrellas adornaban el panorama nocturno. Era precioso, quizás el cielo mas bonito que he visto en mi vida. Todo el mundo tendría que poder apreciar un cielo como ese en cualquier momento.
Esa luna parecía poder iluminar hasta el corazón más tenebroso. Y las montañas, bajo esa espléndida luz, eran majestuosas, la naturaleza conseguía expresarse de la manera más súblime a través de ese paisaje.
Gracias a los rayos que emitía el astro nocturno pude observar que los ojos amarillos pertenecían a una especie de zorro, estaba sentado y mirándome, en paz. Me acerqué poco a poco y me arrodillé a contemplarlo. Estuvimos mirándonos fijamente y perdí la noción del tiempo.
 Bajo aquel hermoso cielo, enmedio de la nada y mientras observaba esa mirada dorada, mi corazón empezó a latir. Estaba muy emocionado, la adrenalina no paraba de fluir por mis venas. La idea de pasar tres semanas en Arriba la Luna me ilusionaba muchísimo, menuda aventura me esperaba!


27. Despedidas Y Bienvenidas
&version;

Volver a la Portada de Logo Paperblog

Dossier Paperblog