Cuando una no entiende de "frostings", "crumbles","muffins" y demás términos que me resultan parecidos a la ingeniería, pues para su cumpleaños no le queda otra que comprar la tarta. Eso, o tirarte tres intentos de tartadecualquiercosa frustrados, y como a mi el tiempo, no me sobra, y tampoco me apetece entrar en bucle y acabar de los pelos, pues voy a lo fácil y seguro.
Y lo fácil y seguro es la pastelería La Suiza, en el centro de Bilbao, una pasteleria de toda la vida, donde normalmente compro los roscones de reyes, y las tartas de cumpleaños (sí, vale, sé que tooooodos tendréis una receta súper fácil, que hasta un mono la hace. Pues seguro que yo la fastidio, dejemos la tarta a los profesionales de los blogs de repostería)
Esta vez no me encargué yo de reservar ni elegir la tarta, así que cuando fui, directamente cogí la que me dieron: tarta Niza, si no me falla la memoria con el nombre. Una tarta de mousse de chocolate, bizcocho de chocolate y cubierta de nata. Pero nata de verdad, de la buena, nada de nata tipo argamasa o cemento armado de esa que te echan en los batidos del Foster's Hollywood, y que no hay manera de comerse. Y el relleno, de un sabor suave, sin empalagar, ni ser excesivamente dulce. Normalmente, traen unos triángulos de almendra y guirlache, pero esta vez nos los pusieron en una cajita. ¿La razón? La tarta tiene que ir al frigorífico, donde los triángulos de almendra se reblandecen. Un punto más para La Suiza.
PASTELERIA LA SUIZAC/ Marqués del puerto, 4. Bilbao.944238625
Increible la oferta que tienen: desde los pastelitos de bocado, a las tartas pasando por los roscones en reyes (y días previos) y sin faltar, los croissants de almendra, altamente recomendados recién salidos del horno!La tarta que compré es una de las más vendidas, quizás sea por los ingredientes de calidad que utilizan, la nata que es de lo mejor que he probado (y eso que mi abuela hacia nata en el pueblo, pero claro, es otra película), el relleno, se deshacía en la boca, y a pesar de estar todos llenos, ninguno dejó nada en el plato. Sólo tiene una pega, bueno, dos: una, no se puede pagar con tarjeta; y las chicas que están tras el mostrador no son precisamente ni el alma de la fiesta ni las reinas de la simpatía.
Uy, se nos olvidó poner los triángulos de almendra!
Relleno de la tarta.
Los triángulos olvidados.